CAPÍTULO 6

2.2K 149 12
                                    

*POVYuri*

Los dos días habían pasado volando, o mejor dicho, cuando estaba con Sica el tiempo parecía no existir. Después de ese beso en la mejilla (que aun me confunde) no me he despegado de ella, ni porqué Yoona y Fany estuvieran ahí, inclusive le puse miles de pretextos a Minho para que no me fuera a ver y tuviera más tiempo con ella

La mañana siguiente de nuestra presentación fui a un parque

que se encontraba a unas calles del hotel en el que nos habíamos hospedado, me parecía un buen lugar en el cual pasar el tiempo mientras esperaba la hora de mi vuelo hacía la casa de mis padres. Busqué a Jessie, pero al parecer ya se había ido hace un par de horas, intente ir con alguna otra, pero todas estaban ocupadas. Al final, fui sola.

Cuando llegue a dicho parque me di cuenta que era demasiado tranquilo. Una que otra persona pasaba por sus alrededores. Me acosté en la sombra de árbol mire al cielo y cerré los ojos.  Esa tranquilidad era bastante reconfortante y relajante. Me quede unos minutos de esa manera

-¿Qué se supone que haces?- Dijo una voz femenina bastante familiar. Abrí los ojos de golpe y los frote desesperadamente, pensé que quizá me había quedado dormida. Volví a abrir mis ojos y a un lado de mis hombros se encontraba Sica hincada y con una sonrisa.

-¿Qué haces aquí? – Pregunté con los ojos abiertos como platos. 

-Yo pregunté primero- frunció el ceño

-Omm… pues estoy perdiendo el tiempo mientras sale mi vuelo. Verás… mi avión sale a las 12 y apenas son las 9- Me senté a su lado- ¿Y tú?

-Retrasaron mi vuelo. Ahora saldrá a las 2- Suspiró. Venía de regreso para ver si alguna estaba disponible hasta esa hora y de pronto vi a un vago tirado en un parque, enfoque más mi vista hacia el vago y me di cuenta que eras tú, así que heme aquí – Se sentó y acomodo en el pasto

-Ya veo… Espera ¿un vago? Está bien que no me haya vestido tan extravagantemente, pero no me veo tan mal ¿O sí?- Miré mi atuendo

-Aja…- Respondió mientras reía 

-Demonios- Cerré los ojos y me volví a acostar

-¿No es muy incomodo el suelo?- La voltee a ver, ella tenía su mirada en otro lugar

-Un poco

-Ven- dio unas palmadas en su regazo- Al menos para que no

te duela la cabeza

-Oh, no te preocupes, estoy bien

-¡Osh! ¡Todavía de que me preocupo por tu cochina cabeza!

-Pero me bañe hace una hora- Me reí al ver su expresión molesta- Ok, ok, gracias- Me acerque a sus piernas

-No, ya no- Se hizo a un lado

-¡Agh!- Jalé sus rodillas y me acosté

-Te dije que ya no- Me miró enojada, le sonreí, relajo el rostro y desvió la mirada hacia el cielo. Es tan linda.

Pasaron varios minutos en silencio, ella jugaba con mi cabello mientras yo solo permanecía con los ojos cerrados, relajándome. En realidad no me molestaba en lo absoluto, pero no quería que se aburriera 

-Entonces nos vemos dentro de 3 días en el departamento – Rompí el silencio

-Parece que no me pones atención cuando hablamos- Sonrió- Sí, recuerda no llegar tarde-

-¡Pero si tu eres la que siempre me deja esperando hasta una

hora!-

-El tiempo a veces no corre a mi favor, no es mi culpa

-¿A veces?- Levanté una ceja

-Muy bien… casi siempre- Se sonrojo levemente

-Tus mejillas de ardilla están ruborizadas- Piqué con mi dedo

índice su pómulo

-Claro que no- Junto sus cejas y se sonrojo aun más

- Awww… Que tierna- Seguípicoteando 

-¡Déjame en paz Kwon! ¿Quieres morir acaso?-

-Uy… que miedo ¿Qué harás? ¿Matarme de ternura?

-¡Ya!- Cubrió su cara con sus manos. Me levanté y empecé a jalar su manos, intentando quitárselas del rostro- ¡¡Que ya!!- Gritó y me miró furiosa. Aunque tuviera esa expresión en su rostro, se seguía viendo hermosa. Los leves rayos del sol que se filtraban entre las ramas del árbol hacían que el color chocolate de sus ojos resaltara.

Su piel blanca y suave parecía de porcelana, sus mejillas levemente sonrojadas le daba un toque pintoresco e infantil. Sin lugar a dudas, su imagen era la más hermosa obra de arte que alguna vez tuve el honor de ver. Sus labios semi abiertos, tan rojos y lizos, parecían más suaves y dulces que un algodón de azúcar.

En algún momento perdí el control de mis movimientos, tomé un mechón de esos perfectamente ondulados y sedosos cabellos suyos detrás de su oreja para después acariciar tiernamente su mejilla la cual se teñía de rojo cada vez más, la miré directamente a los ojos y me acerque lentamente a su rostro, ella cerró los ojos y acercó su mano a la mía entrelazando nuestros dedos, sentí su aliento estrellarse en mis labios, mis latidos se aceleraron y entonces… Sentí como algo empezó a vibrar en el bolsillo derecho de su

chaqueta, me aleje enseguida y bajé la mirada.

¡Demonios..!! Lo eh arruinado todo, quizá ella no me vuelva a hablar nunca o hasta… No, espera… ¿Entonces porqué…?

-¡Al diablo con esto! – Lanzo su celular a unos metros, colocó ambas manos en mis mejillas, jaló mi rostro hacia el suyo y… ¡¡M-m-me

besó!! 

¿La confusión? Mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora