CAPÍTULO 16:

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POV JESSICA

Esta vez lo Iba a dejar claro. No quería que nadie que no fuera yo tomara posesión de MI YUL.

Me miró con los ojos como platos y después soltó una risita.

-Woow… Siempre habías sido celosa y posesiva conmigo, pero esta vez sí que me has sorprendido- Sonrío aún más por un unos segundos, pero después cambió sus facciones a unas un poco más serias- Pero aunque me encante la idea, no puedo permitirme ser solo tuya- Apartó sus brazos de mí y se acomodó de nuevo en su asiento.

-¿Por qué?- Fruncí el ceño 

-Porque debe haber igualdad, y tú no me perteneces a mí- Le dio un sorbo a su jugo.

-Ah… Era solo eso- Le arranqué otro trozo con los dientes a mi pan.

-¿Era solo eso? ¡Ósea que te da lo mismo!- Me miró con reproche.

-Pues… No somos nada ¿O sí?- Seguí comiendo.

-¡Agh! Tienes razón- Se levantó dando un fuerte golpe con sus palmas en la mesa y dispuesta a marcharse, dio la media vuelta. 

-Terminaría con Donghae si lo fuéramos- La tome de la muñeca y la miré, sonreí al ver su cara de desconcierto.

-Ah… Ya lo entiendo. Ya recordé que eres chapada a la antigua- Soltó una risita y golpeó con su palma su frente.

-¿Eh?- Ahora la confundida era yo. Me sonrió con esa hermosa y característica sonrisa seductora suya y levantó una ceja.

-Eres realmente adorable- Envolvió mis manos entre las suyas, se puso de cuclillas frente a mí y mordió su labio inferior levemente. 

-Jamás eh hecho esto antes pero… tú… -La sangre empezó a llegar a sus mejillas, tiñéndolas de un tenue rojo- tú eres especial – Sonrió dulcemente – Quisieras… ser… amm… - Empezó a frotar el dorso de mi mano con su pulgar, síntoma de nerviosismo- Bueno, ya sabes… ser mí… - Cerró y apretó los ojos, mientras su agarre también se tenso y sus mejillas se sonrojaban por completo- ¿SER MI NOVIA?- Soltó por ultimo con el tono de voz un poco levantado. Mi corazón dio un vuelco, haciendo que mis palpitaciones se aceleraran dramáticamente y mi rostro se ruborizara de la misma manera que el suyo. Tragué saliva pesadamente e intenté actuar normal.

-¿Tan difícil fue hacer eso?- Sonreí nerviosamente

-¡¿Qué?!¡¡ Me encantaría ver que lo intentaras!!- Abrió sus ojos de golpe y se sonrojo por completo

-Eres muy linda- Susurré. Me acerqué a ella y le planté un pequeño beso en su mejilla

-¡¡Ah no!!- Se puso de pie y me jaló del ante brazo, llevándome con ella- Yo fui la que hizo la parte más complicada. Ahora dame mi premio- Colocó sus manos en mi cintura y me pegó a su cuerpo, besando suavemente mis labios. Coloqué mis manos en su rostro, acariciando su mejilla con mi pulgar y disfrutando cada delicioso masaje que sus labios le daban a los míos. Me sentía tan tranquila y feliz, pero al mismo tiempo, cierto nerviosismo hacia que mis piernas tambalearan. Era sorprendente como ella podía causar tantas emociones a la vez con tan solo un beso.

Deshizo la dulce conexión, beso mi mejilla y se acercó a mi oído.

-Gracias- Susurró suavemente. Un cosquilleo distinto apareció en mi estomago, acompañado de una onda eléctrica que recorría mi espalda, la cual hizo que me sonrojara por completo. ¿Qué diablos había sido eso?

- ¡No hagas eso!- La aparte de mí y cubrí mi oreja con mismanos.

-¿Hacer qué?- Preguntó desconcertada, miró el lugar que mis manos cubrían y sonrió- ¿Te da cosquillas?

-Se siente raro- Giré mi vista en otra dirección, lo cual hizo que Yul soltara una carcajada y empezará a caminar a un paso lento hacia mí.- ¿Q-Q-Qué diablos haces?- Empecé a ponerme nerviosa al ver como una sexy sonrisa adornaba su rostro. 

-Sabes… Recordé que hace rato hiciste que de verdad me avergonzara- Comencé a retroceder.

-Yo no lo recuerdo

-Pues yo sí- Siguió caminando hacia mí – No es divertido para mí que entres a mi cuarto cuando estoy solamente cubierta por una toalla- Levantó una ceja – Mereces un castigo- Sonrió aún más.


-Un cas…-En un descuido choqué con el brazo del sofá, haciendo que cayera en el de espaldas.

-¡¡Perfecto!!- Corrió y se puso sobre mí con una agilidad extraordinaria, tomó mi rostro con ambas manos y acercó sus labios a mi oído- Sí, un castigo- Susurró. Me estremecí al sentir su cálido aliento rozar las paredes de mi oreja.

-¡Quítate!- Exclamé mientras intentaba con todas mis fuerzas apartarla

-¿Por qué?- Siguió susurrando y soltando risitas.

-¡Porque quiero!- Seguí empujándola.

-No, es muy divertido- ¡¡Demonios!! Era mucho más fuerte que yo. Me estremecí y apreté ligeramente su sudadera, las ondas eléctricas seguían recorriéndome cada que su respiración entraba en contacto con mi piel, se apartó un momento para observar mi rostro y después sonrió – Ya entendí – Apartó los mechones que cubrían mi oído y se acerco a él, pero esta vez no susurro nada. Lamió mi oreja de abajo hacia arriba lentamente, mordí mi labio fuertemente para no producir ningún sonido raro, repitió su acto y mordió un extremo de esta.

-Creo que fue demasiada tortura por hoy- susurró por última vez y se puso de pie. Ha decir verdad, las sensaciones que causaba eran extrañas, más no torturantes.

-¡¡Eres una tonta!!- Le grité y cubrí mi rostro con mis manos para ocultar el rubor en él.

-¿Lo soy?- Dijo en tono de niña pequeña. Separé un poco mis dedos para poder ver la expresión que hacía. Me miró, colocó su dedo índice en su boca e hizo un gesto de inocencia.

-¡Ja! Que te vaya a creer tu abuela- Hizo un lindo puchero- Y sí, sigues siendo tonta, aunque hagas eso- Cubrí de nuevo mi vista.

-Pues tú eres hermosa- El poco rubor que había bajado de mi rostro, volvió a hacerse presente

-¡Deja de decir esas cosas!- Presioné más mis manos hacia mí.

-¿Dije alguna mentira?- Susurró en mis labios dejando un pequeño beso en ellos. No me había dado cuenta en qué momento se había acercado tanto – ¿Sabías que eres adictiva? Mientras más te beso, menos quiero apartarme de tus labios. 

-No tienes porqué apartarte- Coloqué mis manos en sus hombros y la acerqué, posando mis labios en los suyos. Era como si nuestros labios fueran imanes en forma de piezas de rompecabezas que encajaban a la perfección. Envolví su cuello con mis brazos y ella enrollo los suyos en mi cintura.

-Esta vez no te alejaras ¿cierto?- Dijo en un hilo de voz y con un brillo de melancolía plasmado en su mirada.

-Nunca me alejé de ti- Le dediqué una sonrisa y coloque un mechón azabache detrás de su oreja – Tú fuiste la que se alejó de mí- Fruncí el ceño.

-¡¿Pero de quién fue la culpa?!- Levantó las cejas.

-Bueno, sí…- Arrugué la nariz- Pero esta vez no seré tan tonta como para lastimarte y dejarte ir.

-Y esta vez si intentas irte te romperé los tobillos y te ataré, para que te quedes siempre conmigo

-Ok… No sé si eso me da miedo o me da felicidad- Solté una risita- Pero es tiernamente terrorífico 

-Obvio jamás te lastimaría- Cerró los ojos y frotó su nariz con la mía, dándome un famoso “beso de esquimal”.

¿La confusión? Mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora