Capitulo 7.

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Tatuado, efusivo, fugaz, tentador, exasperante, peligroso, oscuro, atrayente, misterioso, fulgente, pero sobretodo muy, muy, muy difícil.

Su anatomía se estrella contra la puerta ya cerrada, Su boca se deshacía en un beso acalorado, permitiéndole a Harry saborear su labio inferior. Traslado sus manos a su camisa quitándole los botones de forma vertiginosa, su torso tatuado quedo a la vista.

-Eres tan bonita.-Tarareo en su cuello succionando su piel, robándole un gemido.-Tan receptiva.

Ella suspiro sonoramente paseando las manos por su pecho, su mirada descendió a sus vaqueros ajustados, un gran bulto estaba en ellos. Una risita se apodero de ella, Ella lo ponía así. Charlotte se apartó un poco para poder respirar, pestañeo algunas veces tratando de asimilar todo, estaba con un chico masoquista, caliente y malditamente imprescindible.

-Vamos a mi cuarto, Charlotte.-Su voz era muy bonita, alta, clara y tan llena de vida que te daban ganas de reír y llorar a la vez. Sujeto su mano conduciéndola por el pasillo, hasta empujar la puerta blanca.-Debes ayudarme en algo.

-¿En qué?-Cuestionó quitando algunos mechones de cabello rebelde.

-Me tienes cachondo.-Tarareo con fascinación apuntando su entrepierna.-Quiero ver lo que puedes hacer con esos muslos.

Y ahí estaba él, con el rostro demasiado cerca del suyo. Su belleza aturdió su mente, era demasiada, un exceso al que no podía acostumbrarse. Acabo recostada totalmente con el rizado encima, seguía mimando su piel marcando sus dientes, reclamando su tacto enloquecedor. Desliza sus dedos por sus piernas separándolas.

-¿Cuál es tu película favorita?-Charlotte murmura acariciando su cabello.- ¿Cuántos años tienes?

- Veintidós, no tengo película favorita.-Suspira plasmando una sonrisa de lado.-Me gusta el porno.

La besa de nuevo, con más insistencia esta vez, sus manos aprietan su cintura. Su respiración, su cuerpo pegado al suyo, estaban tan cerca que no había ninguna diferencia.

-¿Flor favorita?-Esta vez el pregunta mordiendo sus labios.

-Diente de león.-Susurra para luego gemir en su boca.

-¿Por qué?-

-Porque son libres y...salvajes, no puedes comprarlas.-Sonríe al verlo fruncir el ceño haciéndolo lucir guapo.

La chica se estremece quedando en ropa interior bajo su penetrante mirada, sus mejillas no tardan en tomar color cuando Harry se quita los vaqueros quedando únicamente en unos calzoncillos negros remarcando su lechosa piel.

-Oh muñeca, te sentirás tan jodidamente bien.-Farfulla tirando de sus rizos hacia atrás, alborotándolos

-¿Debo llamarte papi, como en las películas?-Las palabras fluyen sin darse cuenta, se lamenta al ver la cólera filtrar en el chico.

.Se aparta bruscamente quedando de pie, su mandíbula esta tan tensa que puede jurar que no puede hablar. Sus puños a cada lado de su cuerpo hacen que el miedo la recorra.

-Vuelve a decir eso.-Dice en voz baja, ronca y amenazante.-Y, juro que no respondo.

La tranquilidad con la que le habla le pone la carne de gallina, es como si estuviese amenazándola de verdad, no entendía cuál era su problema, según Pandora a los chicos les pone ese apodo. Se pone de pie acercándose a su tensa figura, Harry no se ha movido solo mantiene su mirada en un punto ciego tratando de controlar sus propulsiones.

Black Velvet † H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora