Ella busca que la quieran en su forma, y no en las millones que existen. Quiere que la quieran única y no cualquiera. Tiene la mirada clavada en todos, pero mira como nadie. Es una chica sin filtros, sin pelos en la lengua. Es la gata que camina por los tejados en medianoche en busca de una caricia, pero huye al primer toque. Lo de sus ojeras ya nos lo cuentan las canciones.
Su mano es sostenida con fuerza por el chico que la guía hasta la casa, puede sentir el frio aire golpear sus piernas desnudas. Aquel vestido gris no era muy cálido. Cuando llegan a la puerta sus ojos topan con los de Renee quien la observa con tristeza. Sabía que debían hablar. Pero Harry gruño jalándola hasta el interior del inmueble.
-Déjame hablar a mí, no dejare las cosas tan fáciles para ella. Ve a coger tus cosas.-Murmura besando su frente con dulzura caminando hasta la puerta.
El rizado camina quedando frente a la rubia quien alzo las cejas en forma de provocación, quería solo correr hacia su amiga y abrazarla. Pero ahora estaba su patético novio allí con mala cara. Y Charlotte no hacía más que observar con las lágrimas aflorando.
-Eres tan patética ¿No tienes dignidad? Llevaste a mi Charlie a ese antro junto al gilipollas de Spencer ¡Jodida estúpida! Pudo haber muerto por una sobredosis ¿No lo ves?
-El que la metió en esto fuiste tú idiota, la llenaste de drogas porque no puedes darle cariño ¡No sabes amar! Tú la hundiste en esta mierda al igual que yo. ¿Pero quien le ofreció el cielo? Solo pudiste darle un poco de coca e ilusiones rotas.
-¿Quieres quedar como la heroína? ¡Una jodida victima! Ella jamás me dejara ¿Sabes? Estaremos juntos por la eternidad, tendremos un final feliz. Como en los cuentos de hadas.
-Tu eres el dragón malvado ¿No? El papel de príncipe no te queda Harold. Jamás te quedo ni siquiera con Franks te funciono ese teatrito ¿No?
-¡Cállense maldita sea!-La voz rota de la chica resonó haciendo a ambos girarse con asombro, sus ojos llenos de furia mientras se aferraba al umbral de la puerta.
-Charlie...-Renee susurro tratando de acercarse pero fue empujada por la castaña quien se rompió a llorar desgarradoramente, sus manos cubriendo su rostro.
-¡Ya oíste! Será mejor que te esfumes. Ya no te quiere, nos largaremos lejos de toda esta mierda. Mírala por última vez Rens.-Mascullo Harry con una sonrisa torcida.
Charlotte se acercó tirando los brazos sobre su cuello sujetándola a su cuerpo, aspiro en su cuello sintiendo los delgados brazos de la rubia acariciando su espalda. Se apartaron mientras Renee dejaba un beso en su mejilla.
-Solo llámame si las cosas no funcionan, iré por ti a cualquier parte. Pequeña llorona.-Acaricio su cabello alejándose de una vez.
La rubia asintió suspirando, camino alejándose sin antes ver como su amiga caía en los brazos del chico sin dejar su llanto incesante. Con los labios susurraba palabras inentendibles. Pero aquella agua salada que brotaba de sus ojos era suficiente explicación. Ella estaba tan hundida que sus ojos se volvieron un mar tormentoso.
Cuando todas sus cosas más importantes quedaron en el auto y la puerta cerrada. Ambos entraron al carro abrochando sus cinturones. El cielo estaba iluminado por estrellas que brillaban en una fría noche. Harry condujo dejando atrás su ciudad natal, su vida, sus raíces y todo lo que fueron alguna vez. Y ella lucia preciosa aquella noche mientras las estrellas se ponían en su mirada.
-Yo te prometo, llevarte a otro mundo. Uno en donde los dos nos sintamos a gusto con quienes somos.
Y ella le sonrió, pero su sonrisa fue una pistola llena de espinas, porque las balas ya las llevaba como recuerdo o lección. Y es que el amor te deja sobre la mesa el contrato de supervivencia una vez dichas aquellas dos mortales palabras.
Las señaléticas que indicaban que abandonaban la cuidad estaban quedando atrás, llevaban horas en el camino a ningún lugar. Charlotte miraba a Harry conducir mientras mordía su labio. Se acomodó en el asiento buscando quedarse dormida pero solo podía pensar en todo y en nada, en que era lo que venía y que podía salir mal.
--¿A dónde vamos?
-Somos tú y yo, bebe. Siempre seremos tú y yo....
Estaciono en una cafetería de horario extendido, bajaron tomándose de la mano hasta el interior del local. Había algunos señores sentados en un rincón. Y las empleadas de turno. Harry se acercó al mostrador mientras Charlie se sentaba frente a las ventanas. Una chica se acercó con una libreta y aquel ridículo uniforme.
-Cafetería Baker's de Clinton Branch serás atendido por Ally Watts ¿Cómo puedo ayudarte?
-Uhm, quiero un desayuno completo para dos que contenga Curry. Y un café mediano sin azúcar, por favor Ally.
-¿Sabes que es la madrugada? Los desayunos comienzan a las ocho de la mañana. Compañero.-murmuro con obviedad mascando su goma de mascar ruidosamente.
-Escucha, la chica de ahí espera que le lleve una buena cantidad de tocino y huevos. Ella acaba de salir del hospital, es el amor de mi vida y no quiero decepcionarla.-Hablo apuntando a la castaña que estaba dibujando caritas en los vidrios empañados.
-Mira hare esto solo por ustedes, se ve que necesita comer ¡Esta en los huesos! Solo ve a su lado y esperen su orden...-Murmuro sonriéndole caminando hasta la cocina.-Le colocare una petición de noviazgo con tocino, parece que lo necesita.
-Gracias...-Le respondió caminando hasta la mesa sentándose frente a la chica que le sonrió apoyando su cabeza en su mano bostezando.
La camarera se acercó colocando los platos en frente de cada uno, le dio una sonrisa a la castaña volviendo a su lugar de trabajo. Charlotte tomo unas papas metiéndolas en su boca de un bocado. Los rayos del sol empezaban a salir logrando calentar un poco el ambiente. Harry sorbía su café de a poco.
-¡Oigan quiero que todos le demos una mirada a la pareja de la mesa tres al lado de la ventana! ¡Porque habrá una sorpresa!-Ally murmura llamando la atención de aquellos hombres que se acercaron.
-¿Pero qué....?-Ella murmura confundida viendo a la gente rodearlos.
-Uhm, sabes que lo cursi no va conmigo, pero demonios lo diré de una vez ¿Quieres ser mi novia? Todos guardan silencio viendo a la chica que sonríe enternecida, se pone de pie acercándose a harry para dejar un beso en su boca cortamente. Los aplausos y los silbidos causan euforia.
-Claro que quiero, baboso.
Se besaron como la primera vez, sintiendo aquel fuego ardiente en su pecho. Sin importarle el lugar o las condiciones en que estuvieran, siempre habrá amor. Porque él era su hogar de todos modos.
Pero a veces no solo basta tener alguien a quien amas a tu lado, no cuando una avalancha de destrucción avanza cada vez más rápido hacia ti.
O hacia la persona que más quieres.
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Black Velvet † H.S
Fanfic❝Los chicos destruyen corazónes, yo destruyó mentes.❞ ADVERTENCIA: Esta historia constará de escenas sexuales, lenguaje explícito y violencia si no te sientes cómodo con ello, te sugiero que no lo leas.] Historia completamente original.