Capitulo 35

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Su mirada estaba puesta en la ventana, llevaba tanto tiempo sentada allí. Luego de alejarse varios kilómetros Harry decidió arrendar una casa cerca del lago de la ciudad. El parecía muy feliz pero el problema era Charlotte. Se sentía demasiado decaída incluso para mirarle a la cara.

-¿Estas bien?-Él se acerca buscando un beso pero ella gira la cara evitándolo por completo. No iba ser capaz de soportarlo más.

-Nada está bien, harry.-Murmuro jalando la tela de su camiseta cubriendo un poco más su cuerpo. Jugueteo con sus dedos sin darle ni una mirada.-Esto se acabó.

-¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Qué demonios va mal ahora?-murmuro pasando sus manos por su cabello totalmente confuso, la actitud de ella había cambiado totalmente.

-Todo, ya no me iré contigo. Y creo que esto llega hasta acá, sigue tu camino solo. No tengo fuerzas para luchar contra el mundo para poder estar contigo, ya no.

-Tú no estás diciéndome esto, tú no puedes hacerme esto, no estoy para tus bromas, amor.

Ella repetía en su mente que no debía llorar, pero la forma en que él la puso de pie tomándola por los hombros con rudeza, jadeo cuando sus dedos se presionaron en su piel con fuerza. Harry estaba perdiendo los estribos demasiado rápido esta vez.

-Es lo mejor, ya nada es igual. No puedo dejar que mi vida se arruine de esta forma ¡No tenemos futuro alguno! Estamos muy mal...-Susurro apoyando la cabeza en su pecho.

-¡No, no lo estamos! ¿Estas escuchando la mierda que hablas? El destino es una mierda, la gente destinada no existe, nosotros somos distintos a ellos. Ni siquiera somos almas gemelas, solo éramos dos idiotas con una enferma necesidad de ser queridos ¿Qué paso? ¿Qué demonios cambio?

-¡Yo! Han pasado meses quizás años intentando que todo mejorara, pense que era cuestión de tiempo. Pero t no lo ves aun, he dejado toda mi vida por ti. Abandone mis estudios ¡Mi familia! Porque tú eras todo lo que creí necesitar.

-Solo dices estupideces, ambos dejamos todo atrás para ser felices ¿No lo eres? ¿Qué más necesitas de mí, maldita sea?

El la empujo totalmente cabreado, sus ojos llenándose de lágrimas. No iba a perderla. No podía perder lo mejor que le ha pasado, ella solo sorbió su nariz tomando una larga respiración. La miro completamente dolido.

-Solo quería una familia contigo, quería volver a sentirme segura pero luego me llevas a tu infierno y yo estaba demasiado cegada por amor. Pero ya no. Se acabó.

-T-tú me amas ¡El amor no se termina de un mes a otro! Pero ¿Quieres oír algo? Estoy tan jodido por ti que si quieres largarte ¡Hazlo! Ya no te mantendré aquí conmigo.

-Harry....

El limpio el rastro de lágrimas con su manga, tomo su billetera sacando dinero y aventándoselo con desprecio viéndola llorar. Tenía un fuego en su interior que quemaba a cada minuto cada pedazo de su corazón. El que ella rompió totalmente. Sabía que perdería el control.

-Hay suficiente dinero allí, solo dame una noche. Ninguna prostituta ha ganado tanto como lo harás tú en unas horas. Tómalo o déjalo muñeca.

-¡Cállate! No hagas esto...-Ella le habla caminando hasta la puerta, dispuesta a marcharse sin mirar atrás pero fue apresada contra la pared por su cuerpo.

-Te amo...-Mascullo besando sus labios, las lágrimas se mezclaban con sus bocas pero sabía a gloria, a tristeza y a una despedida que no es admitida aun.

Ella asiente caminando con el hasta el cuarto, se quita los zapatos recostándose en un lado viéndolo imitar sus acciones. Se besaron en silencio. Como la primera vez que se vieron, pero ahora estaban a punto de explotar con todo aquello.

-D-dijiste que me fuera...-Ella solloza en su pecho, mirando por un segundo sus ojos que parecían solo ser un estallido de lágrimas.

-No siempre debes hacerme caso, pequeña tonta.-Sonrió acariciando su cabello. Se sentía como la mierda. Como si hubieran quemado su corazón y devuelto a su pecho.

El espero que ella se durmiera, se puso de pie dejando la caja que cargo consigo hace tanto tiempo. Camino al baño sentándose en el inodoro Sabiendo que luego de eso no había más, quizás debía solo irse y abandonarla. Dejarla vivir tranquilamente.

¿Pero cómo vivir sin ella?

Sus manos abrieron la caja tomando la pistola entre sus manos, porque nada dolía más que verla llorar por su culpa. Que destruir su vida desde que toco su mano y se sintió en el paraíso. Y gritaría que la ama con cada latido de su corazón toxico de terciopelo negro.

Le hubiera gustado ser aquel chico ideal, enseñarle a recitar poesía en vez de mostrarle como cargar un arma o como curar heridas tantas veces, pero Harry le enseño que la vida es bella a su manera. Y siempre será bella mientras sus ojos grises brillen.

Y nada dolió más que verla llorar tratando de impedir lo inminente, y el solamente susurro un último te amo librándola de su infierno. Dándole su libertad de una vez...

Jalo el gatillo.


Black Velvet † H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora