Capitulo 21

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Su mirada verdosa bajo rápidamente al piso, Charlotte lo sabía. Era inútil decirle sus sentimientos a alguien que no los conoce. A alguien que no tiene una puta idea de lo que poner los intereses de alguien más sobre los tuyos. Bufo tomando su chaqueta despidiéndose de Renee quien le sonrió desde la puerta del cuarto.

-Suerte.-La escucho susurrar para luego volver a encerrarse, la castaña asintió caminando hasta la puerta sin girar a ver si Harry la seguía.

Se abrazó a si misma comenzando a caminar con dirección a su casa, podía soportar los sermones de Pandora por algunas horas solo con poder recostarse en su cama a dormir en paz. Sentía un gran nudo en su pecho el cual hacia sus ojos picar. Cubrió su boca callando su llanto. No podía detener el temblor en sus rodillas y la imagen de ese chico rizado que estaba calando fondo en su mente. Una y otra vez.

Empezó a correr sin importarle el ardor en sus pulmones, sus manos hachas puños mientras respiraba aún más agitada. Se sentía tan estúpida por creer en un amor tan imposible. En un chico que solo buscaba cariño pero no sabe darlo de vuelta. Su incesante marcha la llevo a sentir como su cuerpo dejaba de funcionar. Solo escucho el fuerte impacto contra la acera y todo se volvió negro.

(...)

Estaba a salvo, podía sentir su cuerpo otra vez. Se removió sobre lo que parecía ser una cama. Sostuvo su cabeza notando el molesto palpitar. Gimoteo reconociendo la habitación. Demonios aunque tratara de escapar de él siempre terminaba de vuelta en sus garras. La puerta se abrió dejando ver al rizado quien lucía extremadamente cansado.

-Hola.-Murmuro sentándose a su lado, alboroto su cabello alejándolo de su rostro.

-¿Cómo llegue aquí?, ¿Qué me has hecho?-Pregunto pensando en que quizás la drogo o algo parecido, no solía desmayarse nunca. Y solo lo sentía extraño.

-Te desplomaste en medio de la calle, te lastimaste un poco.-Murmuro enseñándole su brazo vendado el cual tenía algunos moretones a la altura de la muñeca.-Nada grave.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me trajiste de vuelta?-Murmuro quitando las mantas con brusquedad, se puso de pie sin importarle el bamboleo de sus piernas. No quería estar allí.-Debo irme a casa, ahora.

-No, estas muy débil puede ocurrirte algo malo.-Se acercó tratando de que volviera a recostarse pero Charlotte lo esquivo, no quería sentir su tacto porque caería en su juego de nuevo.

-¡Deja de fingir que te importo!, es malditamente inútil. Quítate la máscara demonio.-Murmuro rechinando los dientes. Se impulsó para darle un empujón lo cual solo lo hizo tambalear.

El rizado suspiro acomodando su camisa, estaba tan cansado que solo quería recostarse junto a ella y charlar sobre cosas sin importancia. Pero allí estaba ella con esa actitud de mierda, con sus ojos bañados en rencor. Como les recordaba a Franks. Como si la historia estuviera repitiéndose de una mala manera. Solo sabía que debía mantener la calma si no quería cometer una locura.

-Estoy jodidamente enamorado de ti, nunca te haría daño. Nunca dejaría que lo hicieran contigo, estuve s-solo intentando evitarlo, pero eso es lo que no entiendes. Todo este tiempo solo quería salvarte.

-¿Salvarme?, si intentaras hacerlo no hubieras permitido que hubiera probado la droga, no dejarías que estuviera en una casa llena de perturbados. Tu estas salvándote a ti mismo de quedarte solo. Porque soy la única idiota que ha permanecido contigo, Harry.

Se formó un incómodo silencio. Donde la castaña jalaba su cabello con ansiedad viéndolo meditar mientras jugaba con sus brazaletes. Se sentía tan impotente que podría gritarle miles de cosas hirientes aunque terminaría calmándolo luego.

-No me amas, solo crees que lo haces. Y aun si lo hicieras, yo siempre te amaría más, te necesitaría más, más cerca, más conmigo, vería tus virtudes por sobre tus defectos, sería una completa imbécil por ti, ese siempre será mi problema.

-Sabes que no es verdad.-Paso su mano por sus cabellos, en un acto de estrés repentino.-Pero me da igual, sigue creyendo que soy un hijo de puta sin sentimientos, sigue creyendo que nunca te voy a querer como tú lo haces. Si decirte que mataría a todo el mundo solo para que tú estés a salvo no es suficiente para ti, nada lo será.

Los ojos grises de Charlie se acoplaron a los suyos, sus manos temblaban mientras lo veía acercarse. Solo respiro con fuera notando su duro agarre en su cabello cuando su boca se encontró con la suya. Estaba luchando contra todas esas mariposas en su estómago. Pero él se lo ponía aún más difícil. Se apartó caminando hasta la puerta. No se giró solo lo abandono.

Tomo dos tazones colocando bolsitas de té de jazmín, el agua estaba recién hervida. Tomo el hervidor vertiendo el líquido humeante maravillándose con el relajante aroma. Camino con ambas hasta la sala dejando una sobre la mesita de café. Soplo dándole un sorbo viendo por el rabillo del ojo al rizado quien se sentó en el sillón contiguo. Tomo su taza dándole una sonrisa.

-He comprado azúcar, está en la alacena.-Murmuro haciéndola recordar que Harry no la consumía y eso debió ser por las innumerables quejas de ella.

-No debiste hacerlo.-Mascullo encendiendo el televisor, se mantuvo observando un programa noventero sobre curiosidades. El conductor tenía un muy peculiar peinado.

Cuando se giró, su vista fue directa a la pálida piel del cuello de Harry la cual contaba con una marca rojiza a un costado. No era tonta. Sabía que era un chupón. Un nudo se formó en su garganta dejando la taza de té sobre la mesa. Se levantó caminando al baño donde se encerró. Se apoyó contra la puerta sintiendo sus ojos húmedos. Su móvil vibro en su bolsillo indicándole que había recibido un mensaje.

"¿Estas bien?" H.

"Todo bien, solo es un momento difícil"

Cerro los ojos cubriendo su boca para que su llanto cesara, se sentía tan sensible, tan rota. Pero allí estaba él preguntándole como estaba. Como si nunca hubiera estado con otra persona. Pero a estas alturas solo necesitaba que le mintiera y le digiera que era la única. Aunque no lo fuera.

"Lo sé, han pasado mucho últimamente"

Asintió limpiando sus mejillas, sorbió su nariz mientras una débil sonrisa aparecía en su boca.

"A veces, pero lo sé. Te amo Xx"

Su mensaje no tardó en llegar, Mucho menos aquellos espasmos en todo su cuerpo por sus palabras.

"También te amo, Charlie"

Lo leyó viendo que había enviado otro enseguida.

"¿Qué te parece si hago la cena?, amor"

Abrió la puerta lentamente, lo observo apoyado en la pared con el móvil entre sus manos mientras sus ojos brillaban llenos de lágrimas. Se acercó siendo acogida por sus fuertes brazos.

-No dejes de decirlo, nunca. Por favor.-Sollozo en su pecho, sus manos sujetando con fuerza su camisa azul marino. Sentía sus dedos acariciando su cabello con suavidad.

-Amor, amor, mi amor.-Susurro sintiéndose tan bien, aunque sabía que las cosas terminarían arruinándose aún más. Pero ya era muy tarde para que escapasen de la realidad.

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Hola :)

¿Como están criaturitas del señor? Yo estoy bastante cansada estos días pero siempre tendre tiempo y ganas no me faltan nunca de actualizar y seguir escribiendo. Bueno espero que tengan linda semana.

Posiblemente este sea el capitulo más sentimental que escriba en Black Velvet, luego de esto vendran bastantes sorpresas buenas como malas. 

Mucho amor, abrazos y besitos de gato...

Rosita.

Black Velvet † H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora