Subió nuevamente al coche en silencio, estaba tan cabreado de la actitud de esa chica que la ira fluía sin control alguno. Nunca estuvo en sus planes que ella se volviera quejona, llena de resentimiento y esa negatividad hacia el pasado que compartieron en algún momento. Era simple Harry jamás le daría lo que buscaba. Jamás le entregaría afecto a quien veía como una aventura pasajera.
-¿Estas bien?-Se volteó ligeramente dándole una simple sonrisa, Charlotte asintió volviendo a apoyarse en el asiento cerrando los ojos.-Iremos a tu casa ¿No?
-Harás algo por mí, luego iremos a casa.-Encendió el auto volviendo a conducir por las cálidas calles de la cuidad, sentía la suave voz de la chica tararear una canción de la radio.
¿Qué es?-Cuestiono inclinándose un poco para dejar un beso en su clavícula. Su lugar favorito para besar.
-Ya veras, Charlie.-Mascullo frenando bruscamente frente a una pequeña bencinera sus ojos brillaban al ver la tienda al fondo. Esto sería como una prueba.-Quiero que vayas allí y traigas una botella de Ginebra.
-Claro, ¿Cuánto es?-Sonrió esperando verlo tomar algo de dinero para comprarlo, solo estaba esa mirada divertida allí. Oh no.
-Toma la maldita botella y corre.-Mascullo abriendo la puerta y dándole un empujón suave indicándole que bajara. Esta asintió acomodando su cabello y caminando rápidamente.
Sus manos sudaban a más no poder, traía algo de dinero en el bolsillo pero quería sentir esa adrenalina que solo le entregaba este tipo de cosas. Observo al anciano del otro lado del mostrador anotaba en una libreta. Se acercó usando su mejor sonrisa. Sus ojos grises iluminados al ver su objetivo.
-Hola, necesito...baterías.-Balbuceo nombrando cualquier cosa que se le vino a las mente.-Mucha baterías, por favor.
-Bien señorita, iré por ellas.-Le sonrió haciendo que arrugas se formasen en las esquinas de sus oscuros ojos.
Al quedarse sola se acercó y tomo la botella en sus temblorosas manos, se escabullo logrando salir sin ser descubierta. La sangre corriendo con fuerza por sus venas mientras una sonrisa flotaba en sus labios. Subió al auto aferrándose al asiento cuanto el chico acelero notablemente haciendo rechinar los neumáticos, avanzo algunas calles hasta estacionar fuera de la residencia.
Se tomó un segundo para pensar que estaban dejándose caer de lleno hacia el amor. Eran tan jóvenes, y no les preocupaba en absoluto una mierda sus corazones. El de él, tan agrietado como el suyo. Iban a destruirse y de repente, se dio cuenta, que si era con Harry ya no importaba.
-¿No vas a venir?-Le dijo y se dio cuenta que ya había bajado y estaba mirándola un poco ansioso.
-Sí, lo siento.-Mascullo siguiéndolo hasta entrar a la casa, El aroma a cigarrillos y café lleno sus fosas nasales.
Entraron al baño y él se acomodó en el piso. Cuando ella lo imito observo las píldoras en su mano. Tenía hierba y la botella de ginebra a su lado. Coloco algunas de esas pastillas en su boca dándole un sorbo a la botella. No había logrado darse cuenta hasta en ese momento lo roto que en realidad Harry estaba. Y verlo sonreír minutos después fue espantosamente hermoso.
-Pon una bajo tu lengua, será suficiente.-Charlotte asintió haciendo lo que pidió, no tuvo efecto hasta pasados unos largos minutos donde todo su cuerpo tuvo una descarga eléctrica obligándola a tirar la cabeza hacia atrás.
Harry se acercó tomando su mentón entre sus huesudos dedos llevando el porro a sus labios dejándola dar una calada. Podía percibir lo que ella experimentada. Recordó la primera vez que se narcotizo y las sensaciones que lo llevaron a volverse dependiente de aquellas drogas que lo hacían estar en un paraíso constante. Acaricio su sudado cabello dejando un beso en su frente.
-Estas con los ojos tan abiertos, las pupilas dilatadas, sonríes tanto. Por cada cosa y miras a todos lados como si hubiera alguien más aquí cuando solo estamos nosotros dos. Cualquiera que te viera pensaría que te acaban de sacar de un hospital psiquiátrico.
Se puso de pie ayudándola a levantarse y cargándola hasta su habitación, sentía la euforia en cada parte de su cuerpo y algunas sonrisas se le escapaban. La dejo sobre la cama haciéndola rebotar ligeramente. Ella se acercó trepando sobre su regazo besándolo con fuerza su lengua enredándose placenteramente con la suya. Presiono su cuerpo al suyo.
-¿Si te follara ahora, algo cambiaria para ti?-Pregunto deslizando sus manos por sus piernas escuchándola gemir en su cuello. Su aliento pesado y caliente golpeando en su piel.
-S-sí, todo cambiaria pero quiero que lo hagas.-Balbuceo cerrando los puños en su camiseta besando su cuello suavemente. Olía a hospital y perfume, quizá ese es el aroma de la droga.-Quiero que me toques, Harry. Como si fuera tu puta esta noche.
Suelta una sonora carcajada cuando la empuja dejándola recostada de nuevo, frunce su ceño y ella hace un pequeño, casi diminuto puchero mientras él lo mira de reojo. Lo observa allí entre sus piernas mordiendo sus labios hasta parecer que dolía.
-He comenzado a necesitar que estés cerca. Ni siquiera quiero solo follarte, maldita sea. Es como, quiero tocarte y besarte, mantenerme contigo hasta que yo mismo me sienta cansado de eso, pero no puedo pensar en ti de esa manera, me odio a mí mismo cuando lo hago, el deseo sexual es opacado totalmente con el deseo amoroso.
Sentía su corazón como si fuese a salirse y la respiración se le cortaba. Como empezaba a desesperarse pero cuando él deslizaba sus manos por su rostro quitando su cabello lograba tranquilizarla tanto.
-Páralo, por favor.
-¿Qué quieres que pare?-Pregunto expulsando la última bocanada de humo del porro dejándolo en el cenicero.
-Esto que siento por ti, no quiero sentirlo más. Haz que se detenga, termínalo, duele.-Farfullo abriendo los ojos, logro verlo con los ojos brillantes mientras algunas lágrimas amenazaban con salir.
-Lo siento, Muñeca. No puedo terminar algo que tú comenzaste. Este es tu desastre, y tu deberás ver como lo solucionas.-Su cuerpo se ladeo sin que ella pudiera detenerlo y su cabeza choco con su pecho.-Ahora duerme un poco.
Se apoyó en la almohada sintiendo sus brazos enroscados en su cintura. De esa noche, iba a recordar muchas cosas. Su forma sutil de rechazar su oferta sexual, porque le demostró que con sus palabras que ella era más que un cuerpo para él, recordara también las caricias constantes a su espalda, subiendo, bajando, besando su frente, cantando bajo porque es una de las cosas que suele hacer antes de dormirse. Pero no se durmió. Se había puesto de pie saliendo de la habitación. Él se había ido, y no sería la primera vez.
Esta sería solo una, de todas las que seguirán.
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Hola, espero que esten muy bien bueno lamento la tardanza me he ido de vacaciones y he llegado hace algunas horas ;) subire el proximo mañana.
Buenas noches, las adoro.
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Black Velvet † H.S
Fanfiction❝Los chicos destruyen corazónes, yo destruyó mentes.❞ ADVERTENCIA: Esta historia constará de escenas sexuales, lenguaje explícito y violencia si no te sientes cómodo con ello, te sugiero que no lo leas.] Historia completamente original.