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-Siento ser yo quien lo diga-Inició Iñigo.-Pero tenemos que salir ya de esta clase.

-¿Qué dices?-Preguntó, aún en shock, Victoria.-Tenemos que quedarnos aquí hasta que vengan a buscarnos.

-¿Quién? ¿Los zombies para comernos?-Contestó Iñigo.-¿Tu has visto como está el patio? ¡Es imposible cruzarlo!

-Tu eres el que quieres hacerlo...-Respondió Victoria.

-Yo creo que hemos de quedarnos aquí-Defendió Lucía la idea de Victoria.

-Opino igual que ellas, si salimos sería difícil sobrevivir, no sabemos lo hay fuera.-Dijo Ángela.

-Pero no tardarán en llegar, tirar la puerta y ahí si que moriremos.-Defendió su idea Iñigo.-Yo voy a salir hagaís lo que hagaís.-Dijo dirigiéndose a la puerta.

-Iñigo... Por favor, ¿no me entiendes?-Preguntó Victoria.-Miráme, no corro mucho, si hay fuera hay zombies me cogerían sin dudarlo...

-Esta bien... Me asomaré a ver como están los pasillos-Dijo Iñigo.

-Un momento... Silencio.-Mandó callar Rubén.

Detrás de la puerta estábamos oyendo gritar y pedir ayuda a Marisa, una señora de las personas más mayores del instituto encargada de darnos clase de biología.

-¿La dejamos pasar?-Pregunté.

-¡Claro! ¡Abrirla!-Exclamó Ángela.

Al ver que nadie se dirigía fui a abrir la puerta yo. Cuando la abrí me encontré a la Sra. Marisa tirada en el suelo mientras dos zombies, que anteriormente habían ido a nuestra clase, devorándola. Iñigo tuvo que cerrar la puerta por mí.

-Los siguientes seremos nosotros si no huimos ahora que están entretenidos comiéndosela.-Añadió tras cerrar la puerta.

-Entonces, vayamos.-Dijo Victoria.

No podíamos esperar más, así que Iñigo abrió la puerta lentamente y hechamos a correr sin un destino concreto. Iñigo corría el que más, tampoco nos esperaba porque íbamos demasiado despacio. Entró a la cafetería y nos espero para cerrar la puerta. Ángela y yo corríamos de la mano, Rubén nos seguía, después Lucía y finalmente Victoria, a la que desgraciadamente la cogieron y empezaron a comérsela como lo habían hecho recientemente con Marisa.

-¡No!-Gritó Lucía, que era la mejor amiga de Victoria, y fue corriendo hacia ella. Empezó a dar patadas a los zombies mientras lloraba sin parar, el zombie la agarró del pie y también la mordió. Estaba gritando y llorando a la vez, sabía que su vida se acababa y dijo sus últimas palabras sonriendo-Mejores amigas, no desde la cuna, pero si hasta la tumba.-Y cerró los ojos para esperar su final.

-¡Victoria! ¡Lucía!-Gritó Ángela llorando.- ¡Salvadlas porfavor!

Iñigo se volvió para intentar salvarlas, pero más zombies se acercaron a compartir los cuerpos de nuestras pobres y queridas amigas. Me quedé mirando como esas bestias acababan con sus últimos restos, no me lo podía creer, debía de estar soñando. Pude notar la fuerza de Ángela al abrazarme y llorar en mi pecho. Tengo que confirmarlo, yo también derramé alguna lágrima.

-No podemos hacer nada...-Dijo Iñigo con miedo el cuerpo. Nunca lo había visto así.

Nos encerramos en la cafetería y pusimos las mesas para bloquear la entrada. Dentro estaba encerrada la profesora de Física y Química aterrada, nunca me cayó bien.

-¡Chicos!-Exclamó al vernos.-Cómo me alegro de veros. ¿Qué esta pasando?

-No lo sabemos Amaya.-Respondí en nombre de todos.

-Tenemos miedo.-Dijo Ángela.

-Esperar, voy a ver si por aquí hay algún teléfono.-Dijo Iñigo mientras lo buscaba.

Se veía que por la cafetería habían pasado más alumnos, porque había mucha comida tirada por el suelo, y todas las sillas volcadas.

-¡Aquí hay uno!-Exclamó Iñigo minutos después.

-¿A quien vas a llamar?-Preguntó Amaya.

-No lo se... ¿Policía?

-Estarán intentando hacer algo... Lo mejor será a algún familiar para saber si están bien.

The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora