d i e c i s i e t e

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Abrí los ojos lentamente, los párpados me pesaban más de lo que nunca antes lo habían hecho. Mi vista estaba completamente nublada, me era difícil ver con claridad pero pude distinguir la forma de alguien sentado en una silla al lado de la cama en la que me encontraba. Desperté con la pequeña esperanza de que todo hubiera sido una mal pesadilla, pero desgraciadamente noté que el dolor era real. Moví lentamente los brazos, la cadera y mi pierna derecha, era incapaz de mover la izquierda, como si no estuviera.

-¡Ha despertado!- Oí gritar a la persona que había estado sentada, pero al percatarse de mi despertar saltó de la silla.

A continuación entraron más figuras desconocidas por la puerta. Mis párpados me seguían pesando y me encontraba mareado, por lo que los dejé descansar.

-Christian, mi amor... Lo que me puedo alegrar de que estés bien.- Susurró Ángela a mi oído y me besó la frente.

-¡Aparta Ángela, puede que Christian sea un caminante!-Gritó Saray.

-No, no lo es.- Replicó Ángela.- Christian no es un caminante.

-Ángela...- Dije con mis pocas fuerzas.

-¿No veis? Es humano...

Noté como agarró mi mano y la besaba una y otra vez. El resto se fueron acercando y alguien puso su mano en mi frente para comprobar mi temperatura.

-Christian, ¿te encuentras bien?- Me preguntó Carles.

-Si... ¿Qué ha pasado?

Volví a abrir los ojos y pude ver las imágenes más claras, percibir las formas y figuras mucho mejor. Me encontraba en la cama de mi habitación, todas las sábanas llenas de sangre, con Ángela, Iñigo, el señor Smith, Saray, Carles y Freddy a mí alrededor, contemplándome con seriedad, hasta que el señor Smith se dignó a contestar, varios segundos después.

-Te mordió un caminante en la pierna en la invasión al poblado, tuvimos que cortartela para salvar tu vida-Levanté las sábanas y contemple que, efectivamente, no tenía pierna. En su lugar tenía un vendaje que me cubría el muñón.- Durante la operación te quedaste dormido y permaneciste así algo más de una semana, creíamos que habías muerto, por lo que te dejamos sólo en la cabaña unos dos días, lo que tardamos en limpiarlo de caminantes.

-Mi pierna...- Dije con ganas de llorar.

-Tranquilo,- Me dijo Iñigo.- tenemos estas muletas que robamos a un vagabundo devorado.

-Oh...

-Chicos, ¿podeís dejarnos solos a Christian y a mí?- Preguntó Ángela.- Creó que tenemos que hablar.

Todos abandonaron la habitación y nos dejaron a Ángela y a mí dentro. Ángela estaba sentada en la cama, y como no, yo tumbado.

-Christian, creí que te perdía... He pasado mucho miedo.

-Te dije que nunca te dejaría sola.

-¡Pero yo si lo hice! ¡Yo lo hice y por eso te mordió el caminante!- Gritó culpándose y con ganas de llorar.- ¡Fue culpa mía!

-No, Ángela..., no fue culpa tuya, ¿me oyes?

-Si que lo fue, si te hubiera acompañado quizás me habría mordido a mí en vez de a ti...

-Ángela, lo prefiero así, no te desearía pasar por esto.

-Por eso lo digo...- Dijo empezando a llorar.- No voy a aguantar mucho aquí, he visto lo que hay fuera, la cantidad de gente muerta, yo no conseguiré aguantar... Tu sí.

-Ángela... Por favor... no te deprimas...

-Pero es la verdad... Ahora con sólo una pierna te será tan difícil sobrevivir como a mí...

The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora