v e i n t i t r e s

10 2 0
                                    

Una vez duchados, aseados completamente y con ropa diferente. Pasé de llevar unos vaqueros rotos, un plumífero manchado de sangre y de tierra, una camiseta gris, que anteriormente habían sido blanca y unas botas, a estar vestido higiénicamente: llevaba unos pantalones de chándal y una sudadera, debajo de un chaleco rojo. También tenía unas playeras que me enamoraron desde el momento en que las vi.

Incluso, ya nos habíamos instalado. Iñigo y yo elegimos una litera para dormir. Él dormía abajo y yo arriba. El señor Smith, como nos lo había indicado Madalen, dormía en una planta diferente, y Saray, en otra casa.

Ahora estábamos los cuatro sentados en un banco, comentando el lugar, las personas y que íbamos a hacer a partir de ahora.

-Este lugar me gusta.- Dije agradecido porque pronto tendría mi pierna.

-A mi me resulta un tanto extraño.- Comentó Iñigo.

-Yo pienso lo mismo,- Dijo Saray.- ¿habéis visto las pintas de esa mujer? No la veo muy formal para dirigir un lugar así...

-Ahi tienes razón.- Agregó el señor Smith.- Fumando en el despacho, y con esa ropa de camuflaje...

-No judgeís a las personas por su apariencia...- Dije.- Madalen es una buena persona que nos ha recibido con los brazos abiertos y si poner ninguna pega.

-Christian tiene razón...- Siguió Iñigo.- Mirarnos con que pintas llegamos a Competray, y sin embargo nos aceptaron a pesar de estar sucios.

-Una cosa, tenemos que buscar a Alex y a Ingrid.- Recordó el señor Smith.- No me pareció bien lo que hicieron.

-Pero señor Smith... Ahora formamos parte de ellos, no busquemos problemas.- Intenté hacerle cambiar de opinión.

-No se, no se...

-Bueno, ¿habéis pensado a que os vais a dedicar?- Preguntó Iñigo.

-La verdad es que me gustó la idea de trabajar en la enfermería.- Respondí.

-Yo prefiero encargarme de ir a por provisiones.- Dijo Saray.

-Yo... Yo no se...- Habló Iñigo.

-Yo estoy como tú Iñigo,- Dijo el señor Smith cruzando los brazos.- Tal vez la pregunte si puedo hacer algo relacionado con mi antiguo trabajo, director de marketing.

-Espero tenerlo claro para mañana...- Dijo Iñigo.

-Supongo que lo conseguirás.- Animó Saray.

-¡Hey chicos!- Nos saludó Madalen.- Venía a llevarme a Iñigo, para ponerle la pierna ortopédica.

-No, se equivoca. Iñigo soy yo.

-El de la pierna soy yo, Christian.

-Oh, siento la equivocación.- Dijo Madalen riendo.- Bueno, Christian, ¿preparado?

-Si,- Dije ilusionado. Pero, ¿puede acompañarme Iñigo?

-Hombre claro, la duda ofende.

-Muchas gracias.- Agradeció Iñigo.

-¡Os vemos luego Saray y señor Smith!

-Hasta luego chicos.

Nos pusimos de pie, agarré mis muletas y me dispuse a seguir a Madalen, que acaba de encender su segundo cigarro.

-Y que chicos, ¿os gusta Competray?- Preguntó.

-Si, claro.-Respondí.

-Es un gran sitio.- Comentó Iñigo.- Parece muy seguro.

The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora