c a t o r c e

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El día amaneció con nubes muy grises, pocos rayos de Sol eran capaces de atravesarlas. Nos encontrábamos todos en la cafetería desayunando leche con galletas y comentado sobre nuestro nuevo hogar.

-Yo me encargaré, con ayuda de Iñigo y Christian, de vallar el recinto.- Dijo Saray.

-Yo me encargaré del huerto.- Se ofreció el señor Smith.

-Si no es molestia, ayudaré a Saray y a los chicos con la valla, es lo más importante para mantener esto seguro.

-Entonces yo me quedaré con Freddy ordenando un poco la cafetería.- Dijo Ángela.

-¿Y yo?- Preguntó Tamara. Todos la miramos riendo, nos habíamos olvidado de ella por completo.

-Tu puedes ir a recoger leña por los alrededores para encender las chimeneas de las cabañas.- Propuso el Señor Smith.

-De acuerdo, me parece bien.

Al acabar de desayunar Iñigo, Carles, Saray y yo nos adentramos al bosque en busca de troncos de árboles y todo lo que nos sirviera para usarlo de valla. Por supuesto, llevamos un cuchillo cada uno, por si acaso, y el Saray y Carles una pistola, al ser mayores de edad ellos podían y nosotros no... Excusas.

-Echo de menos a Rubén.- Me confesó Iñigo, íbamos unos metros más alejados de Carles y de Saray.

-Yo también, pero de eso ya hace unos días, hay que mirar hacia delante.

-Lo sé, lo sé, pero su muerte me ha afectado mucho.

-Un día moriré yo, no estoy preparado para esto.

-Christian, no morirás.

-Aún así, si lo hago, no dejes nunca a Ángela- Supliqué remarcando el nunca.- Pase lo que pasa, ¿de acuerdo?

-Pero no vas a morir...

-Da igual, en caso de que pase, ¿me lo prometes?

-Si...- Respondió desanimado.

-Muchas gracias.- Le agradecí con un abrazo.

-¡Chicos!- Nos llamó Saray.- Ayudarnos a llevar este tronco.

Iñigo y yo corríamos hacía ellos, les vivimos con un tronco muy gordo, un metro de ancho, pesaría lo mínimo cien kilos, no se como pretendían llevar todo eso cuatro personas. Empujábamos todos a la vez, emitiendo algún que otro grito de esfuerzo.

-¡Esto es imposible!- Exclamó Iñigo cuando tan sólo habíamos avanzado cinco metros en unos diez minutos.

-Venga, que sólo nos quedan unos pocos metros.- Animó Saray.

Media hora tardamos en llagar hasta el refugio, colocamos el gran tronco en la parte trasera de modo que ya tendríamos un lado perfectamente defendido, prohibiendo la entrada de cualquier caminante y/o humano.

-Estoy agotado.- Dijo Iñigo cansado.- Voy a darme una ducha rápida y mañana sigo ayudando con la valla.

-No tenemos agua caliente.- Dije riendo.

-Da igual, con agua fría.

-¿Seguro? Te recuerdo que estamos a principios de invierno.

-Mejor que esta sudado... Cogeré algo de ropa y hablamos en unos minutos.

Mientras él se duchaba, yo me acerqué hasta el porche de mi cabaña, dónde se encontraba Ángela jugando con Freddy.

-Hey mi amor.- Saludé dándola un corto beso en los labios.

-¿Qué tal cariño?- Me preguntó sonriendo.- Me alegra que hayas vuelto, estaba preocupada.

-¿Sois novios?- Preguntó riendo Freddy.

-Si.- Respondimos los dos riendo.

-Que suerte tienes Christian,-Me dijo Freddy.- Ángela es una chica encantadora.

-Lo se, y estoy encantado de tenerla.- Respondí sonrojado.

-¿Cómo la conocisteis?

-Fue gracias al instituto...- Dijo Ángela.

-Cuando empezamos a ir juntos a la misma clase.- Continué.

-Nunca habíamos tenido el placer de mirarnos.

-Y la primera vez que nuestras miradas se cruzaron...

-Supimos que estábamos hechos el uno para el otro.- Dijo Ángela suspirando, añorando los buenos recuerdos.

-Wow, que suerte teneís.

-Lo sabemos.- Respondimos.

-¡¡Freddy!!- Gritó Carles que se acercaba corriendo hacia su pequeño.

-¡¡Papi!!

-¿Qué tal con Ángela?- Preguntó su padre.

-Fenomenal, quiero que sea mi canguro mientras tu estes fuera.-Respondió emocionado, lo que hizo que Ángela riera.

Nos quedamos los cuatro hablando durante un buen rato, pero tampoco teníamos nada más que hacer. Me gustaba estar sentado en el porche de lo que a partir de ahora sería nuestra casa, contemplando la otras cabañas y el precioso paisaje. Mirándolo bien estos cinco edificios parecían un pequeño pueblo, con el paso del tiempo quizás lo acabaría siendo.

Iñigo salió relajado de la ducha y se unió a nuestra conversación.

-Esta cabaña me encanta.-Añadió.

-Tienes razón Iñigo, es muy amplia.-Dije.

-Lástima que tengamos que compartirla con tu novia...

-¿Qué has dicho?-Preguntó Ángela.

-Lo que has oido, tu pensamientos negativos nos traerían malas energías.

-Iñigo, ¿de qué hablas?-Pregunté.

-Todavía sigue mosqueado porque le hice abrir los ojos.

-¿Qué pasó?-Preguntó Carles que andaba perdido por la conversación ya que cuando eso sucedió no nos conocíamos.

-Nada,-Respondí.-Ángela dijo que nuestras familias estarían muertas r Iñigo se ofendió.

-Bueno chicos, tranquilos.-Dijo Carles.-No querréis dar mal ejemplo al pequeño Freddy.

-Me callaré sólo por él,-Dijo Ángela.-Pero esta noche te cagas...

-Ángela... cariño... relajate.

-Es que el imbécil de tu mejor amigo me saca el tema días después.

-Bueno,-Dijo Carles.-Veo que el ambiente no se relaja, me voy con Freddy a dar un paseo por aquí.

-Vale, hasta luego.-Me despedí. Ángela e Iñigo se dedicaban una mirada asesina.

-Suerte para aguantar a estos dos Christian- Me deseó Carles.

-Gracias, la necesito.

Una vez que Carles y Freddy se alejaron volví a la discusión de Ángela e Iñigo. Las dos personas más importantes en mi vida. El ambiente no había mejorado mucho, ambos estaban muy enfadados, y además por una tontería, y vivían en la misma casa...

-¡Chicos!-Exclamé sin obtener respuesta. Al parecer estaban muy ocupados discutiendo.- ¡Chicos!- Grité más fuerte haciendo que sus miradas se centraran en mí.-Dejad de discutir.

Ángela se levantó del banco y si dirigió al interior de la cabaña sin decir nada.

Iñigo se dirigió a la cabaña de Saray y Tamara, tampoco dijo nada.

-Así da gusto tener grandes amigos.- Dije a la nada.

El aburrimiento que ahora tenía me llevó a pensar, y el pensar me hizó acordarme de aquel libro que me había regalado Tamara semanas atrás, ni si quiera había comenzado a leerlo, por lo que decidí que este era el momento perfecto para empezarlo.

Mente abierta.

Suena bien.

The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora