Descubiertos

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Hermione encontró la primera nota el segundo día después de aquel incidente entre sus libros de textos.

Quiero llegar a quererte aunque no me quieras, susurrarte amor aunque no me ames, quiero soñar con tu presencia.

...

Aunque nunca seas mía.

Cómo había llegado allí había sido un misterio pero de lo que estaba segura era de conocer al dueño de aquellas palabras. Lo que no entendía era porqué Draco seguía con aquel estúpido juego. ¿A dónde quería llegar?

Había decidido que el mejor modo de abordar aquella situación era hacerse la desentendida, ignorarlo por completo, hacer como si él no fuera más que una insignificante partícula de polvo la cual no era merecedora de su atención ni siquiera de su odio. Para eso, fue a hablar con Snape para pedirle que le cambiara de compañero y éste, asombrosamente, había aceptado. Había notado la mirada de molestia de Draco cuando se enteró de eso pero no había vuelto el rostro para mirarlo o para decirle algo.

Una segunda nota apareció sobre la mesa de la biblioteca mientras estudiaba.

Quiero quererte y solo puedo amarte, quiero olvidarte pero vives en mi mente, quiero no oírte pero gritas en mi corazón.

Quiero alejarme

...

Pero estas en mí

Después de haberla leído la enrolló con rabia convirtiéndola en un simple bollo de papel y luego la tiró en el cesto más cercano de basura.

¿Por qué no le hablaba de frente? ¿Acaso creía que con esas estúpidas cartitas ella caería de nuevo en sus brazos como cualquiera de las zorras malnacidas con las que se acostaba? ¡Pues es no iba a ocurrir! Jamás en su vida se convertiría en una más de las conquistas de Draco Malfoy!

Estaba en la sala común estudiando Transformaciones con Ron, aunque, en realidad, él sólo dormitaba en el sillón con un libro en el regazo. Harry y Ginny había desaparecido nuevamente en uno de sus "paseos" por los jardines del colegio. Dejó el libro que tenía en sus manos y se fregó los ojos. Ya estaba cansada. Era demasiado tarde pero como al día siguiente era domingo y no tenía que levantarse temprano había decidido quedarse a adelantar algo de tarea. Tarea que finalmente había finalizado por completo.

Miró a su amigo. Tenía la cabeza inclinada en un extraño ángulo a un costado y por su boca entreabierta caía un hilo de saliva.

-¡Hey, Ron!- llamó a su amigo mientras tocaba suavemente su hombro para despertarlo.

-¡Yo no fui, mamá!-gritó Ron despertando de repente- ¡Ah, Hermy! ¡Estaba teniendo una pesadilla!

Hermione sonrió.

-Fue sólo un sueño- lo tranquilizó- Ya es tarde. Ve a dormir que yo termino de juntar acá.

-¿Estás segura?- le preguntó mientras bostezaba y estiraba sus brazos por sobre su cabeza intentando desperezarse.

-Sí, seguro, ve a dormir. Nos vemos mañana.

Ron no se hizo rogar demasiado. Bostezó de nuevo y se levantó, un tanto tambaleante, para luego marcharse a las habitaciones de los chicos.

Hermione comenzó a acomodar un poco las cosas que allí tenía. Apiló los libros, tapó los frasquitos de tinta, limpió las plumas para que no chorrearan y enrolló prolijamente los pergaminos para que no tengan dobleces. Guardó todo dentro de su maletín y subió las escaleras que llevaban a las habitaciones de las chicas. Entró sin hacer ruido para no despertar a sus compañeras. Dejó su maletín al lado de su cama y se preparó para ir a dormir ella también. Abrió las cortinas de su cama y abrió las sábanas preparándolas para venir directamente a meterse dentro de ellas.

Enamorando a HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora