Tragedia

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Buenas... Sé que dije que no iba a poder actualizar pero... ¡Sorpresa! Acá estoy con un nuevo capítulo con un final no muy agradable. Solamente espero que no me acribillen cuando lo lean.

Tengo ya toda la historia terminada porque en un ataque de inspiración la acabé pero no la publicaré si no hasta más adelante.

Un beso enorme para todos.

P.D.: Recuerden que yo siempre coloco finales felices para mis historias.

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Hermione se aferraba a la mano de Draco con fuerza a medida de que Dumbledore hablaba.

—Tendrán que permanecer en una habitación resguardados porque nos han informado que han visto a Lucius en el pueblo. Dos aurores vienen ya mismo para quedarse con ustedes y otros cuantos más comenzarán a buscarlo—hizo una pausa—No creo necesario decirles que tienen que obedecer cada una de las órdenes de sus cuidadores.

Ambos negaron con la cabeza mientras Draco le pasaba un brazo sobre los hombros de Hermione y la atraía hacia él de manera posesiva y protectora.

—¿Cree que mi padre pueda entrar al castillo?—preguntó Draco.

Dumbledore suspiró.

—No lo sé. Quiero creer que no pero aún así nadie sabe cómo logró escapar de Azkaban por lo que preferimos tomar las medidas necesarias para evitarlo.

Draco giró el rostro hacia su novia que tenía el rostro pensativo.

—¿Qué sucede?—Le preguntó.

—Creo que sé cómo hizo para escapar—dijo con voz apenas audible—Del mismo modo que lo hizo Sirius.

Draco no entendió porque nunca se había enterado de cómo aquel Black lo había conseguido, pero una simple mirada hacia Dumbledore le dijo que el anciano sí lo había entendido, pero lo peor de todo era que tener conocimiento de esta realidad parecía alterarlo aún más.

—Vayan al tercer piso. El profesor Snape los está esperando—les dijo con prisa mientras él giraba hacia el otro lado del escritorio y con prisa comenzaba a escribir una carta—Corran y no se detengan por nada.

Hermione asintió mientras tomaba del brazo de Draco y lo arrastraba fuera.

—¿Qué sucede?—preguntó Draco sin comprender nada de lo que estaba sucediendo.

—Tu padre es un animago—le respondió ella sin dejar de correr por el pasillo.

—¿Qué? No lo es—indicó Draco.

—Sí, lo es—refutó ella deteniéndose de repente para mirarlo de frente—Cuando Sirius se escapó lo hizo en su forma animal para que no lo detectaran... Cualquiera pensaría que los estúpidos del Ministerio tomarían medidas para que esto no volviera a ocurrir pero... ¡Tenemos que seguir!

Ella lo volvió a tomar de la mano y siguieron corrieron hasta el tercer piso. El pasillo principal de esta planta estaba desierto. Miraron a todos lados buscando al profesor Snape pero no lo encontraron.

—¿Profesor Sna...?— comenzó a decir Hermione en voz alta pero no pudo terminar porque Draco inmediatamente le tapó la boca.

Ella lo miró confundida pero él le hizo un gesto de silencio. Hermione asintió y Draco apartó lentamente la mano de su boca.

—Vámonos- le dijo susurrando.

—No podemos, tenemos que encontrar a Snape-—indicó ella—Si regresamos podríamos estar en más peligro. Además, él puede estar herido y si es así hay que ayudarlo.

Enamorando a HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora