Propuesta

35 0 0
                                    

Habían escapado del colegio saltándose las horas de clases para ir a internarse en el bosque prohibido y llegar hasta aquel sitio que Draco le había mostrado en su primera cita. Caminaron tomados de la mano y en completo silencio, ambos perdidos en sus pensamientos. Por primera vez a Hermione no le importó perder unas horas de clases porque sabía que lo que tendrían que hablar Draco y ella era mucho más importante que cualquier otra cosa.

Draco hizo aparecer una manta y la colocó sobre el suelo donde ella y él se sentaron. Al principio sólo hubo silencio, uno muy incómodo en el que ni siquiera se miraron, pero luego Hermione decidió que ya había sido suficiente.

-¿Por qué no me lo dijiste?- le preguntó con la voz entrecortada.

Draco no la miró al responder.

-¿De qué serviría?- inquirió él encogiéndose los hombros levemente-¿A caso te sirve ahora saberlo? Mi padre tiene muy arraigadas esas ideas de la sangre pura y no cambiará de parecer.

-Pero podemos intentar convencerlo...- comenzó a decir ella desesperada por hallar una solución a aquel problema.

-No, Hermione- la cortó él alzando la vista para mirarla a los ojos intentándole de hacer entender- Con mi padre no puedes dialogar de esa manera. Él no va a cambiar de opinión. Cuando se entere, si es que ya no se enteró, activará la maldición.

-¿A caso quieres decirme que no hay nada que hacer, que te vas a rendir así como así? No puedes hacer eso, Draco.

-Y no lo haré- le aseguró tomándola de una de sus manos- Eres muy importante para mi y no dejaré que mi padre nos separe.- hizo una pausa- ¿Me amas?

-Sí- respondió ella sin siquiera dudarlo.

-Entonces confías en mí lo suficiente como para dejar esta situación en mis manos.- indicó tomando su mentó con la mano para alzarle la cabeza cuando ella bajó la vista-Mi padre es cruel, orgulloso y un idiota de primera pero eso no quiere decir que no tenga debilidades. De hecho, tiene muchas, así que sé como deshacerme de esta maldición fácilmente.

Hermione asintió con reticencia.

-Confío en ti- le dijo ella- Pero eso no quiere decir que él vaya a jugar limpio.

Draco sonrió.

-Somos Malfoy- le recordó sin dejar de sonreír- Ninguno de los dos pensamos hacer eso. Pero yo tengo más ventajas que él.

-¿En serio? ¿Cuál?

-Te amo.

Hermione lo miró confusa.

-¿Qué tiene que ver eso?

-¿Acaso Dumbledore no dice que la mejor arma contra el mal es el amor?- le preguntó él-Yo tengo una razón por la cual luchar contra él, una razón por la cual vivir y querer respirar el resto de mi vida para sentir tu perfume, ver tus ojos y hacerte ruborizar.

A pesar de que sabía que era Draco la misma persona que siempre le había mandado esas cursis cartas de amor nunca fue tan consciente del lado romántico de él como en ese momento. Se le acercó y besó sus labios con infinito amor. Cuando se separó le sonrió mirándolo a los ojos. Alzó una de sus manos y corrió un mechó rubio de la frente de él para luego acariciar su mejilla con su dedos. Draco tomó esa mano dentro de la suya y giró el rostro para depositar un beso en la palma.

-¿Qué piensas hacer?- le preguntó Hermione.

-Ahora iré a ver a Dumbledore para que me deje salir mañana para ir a visitar a mi padre.

-¿Y si no logras convencer a tu padre?- preguntó con preocupación.

-¡Qué confianza me tienes!- exclamó él sonriendo.

Enamorando a HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora