Dejándose llevar

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Buenas... Acá les traigo un nuevo capítulo. Pero antes de que lo lean les tengo que advertir que casi al final hay algo de Lemon...
Espero que les guste o que por lo menos no se aburran leyendo. Besitos.

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-¿Por qué lo hiciste, Malfoy?

Draco se volvió sorprendido y contempló a Hermione.

-Ah... Eres tú, Granger- dijo volviendo a contemplar el cielo nocturno.

Después de hacer que la Elfa a la cual había sobornado colocara la última carta en la habituación de Hermione había ido a la torre de astronomía para sentarse a pensar. Nunca hubiera imaginado que ella pudiera ir por ahí, buscándolo (o tal vez no) para preguntarle aquello así de frente.

-Sí, soy yo- respondió ellas mientras se iba a sentar al lado de él- ¿Por qué lo hiciste?- volvió a preguntar mirándolo fijamente.

-¿Hacer qué?- inquirió él haciéndose el desentendido.

-No des vueltas y dime. Sé que fuiste el que me envió todas esas estúpidas cartas y los regalos que, por ciento, te devolveré.

-No sé de que hablas.-aseguró.

Hermione entrecerró los ojos sospechosamente pero luego adoptó un aire más tranquilo.

-Es una lástima porque en verdad me gustaron.

-¿En serio?- preguntó Draco volviendo la cabeza hacia él con rapidez.

-¡Lo sabía! ¡Tu fuiste!- exclamó mirándolo triunfante- ¡¿Por qué?!

Draco quiso pegarse a sí mismo por haber caído de aquella manera tan estúpida. Hizo una mueca antes de contestarle con una pregunta.

-¿Por qué crees?

Ella se encogió de hombros mientras se miraba las manos.

-Vamos, Granger, deja de dar vueltas y dime qué sucede.- le dijo él algo molesto.

Hermione alzó la vista y lo miró confusa.

-¿De qué rayos hablas?

-Estás aquí, hablándome medianamente bien, sin gritos, insultos ni reproches... Algo te sucede. Y, además, ¿tú vagando a estas horas? No eres de las que rompe las reglas si no tienen una buena razón para hacerlo, y por lo general si lo hacías era siguiendo a tus perritos falderos ¡Y aquí no están!

Hermione lo contempló con una expresión que Draco no supo cómo interpretar porque no era enojo ni sorpresa y, mucho menos, aceptación. La vio apartar la vista a sus manos de nuevo mientras mordía suavemente su labio inferior.

-Besé a Harry.

Esas simples tres palabras bastaron para destrozar el corazón de Draco y sentir un terrible odio asesino hacia Potter.

-¿Y por qué me lo cuentas?- preguntó con frialdad intentando que ella no se diese cuenta de cuan afectado estaba.

Hermione dudó antes de hablar.

-Porque... no sé a quién más decírselo.- confesó finalmente ante la asombrada mirada de Draco- Ginny dejó de ser mi amiga hace mucho tiempo ya y no puedo ir a contarle esto a Ron. Luna vive en su propio mundo y, a pesar de que lo considero mi amigo, esto no es algo que le diría a Neville. Y tu fuiste uno de los pocos que se dio cuenta de lo que yo sentía por él a pesar de que intenté impedirlo.

Cualquiera habría pensado que ante un beso de la persona amada ésta se sentiría feliz; sin embargo, este no era el caso de Hermione que tenía una expresión de pura aflicción. Y para Draco esto sólo podía significar una cosa: que la castaña ya no sentía amor hacia el idiota de Potter, al menos no con la misma intensidad; cosa que le permitía a él tener más esperanzas.

Enamorando a HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora