3} Surprises

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El agua caliente de la ducha impactaba contra mi cuerpo y lo relajaba por completo. Me quedé unos largos segundos parado bajo la lluvia para tranquilizar mis músculos antes de empezar a asearme. 

Coloqué champú en mis manos para luego proporcionarle masajes a mi cuero cabelludo con ellas. Enjuagué la espuma que creó esa acción y acto seguido apliqué mucho acondicionador en todo mi pelo. Usé el jabón en la esponja para restregar bien todo mi cuerpo, y cuando dejé que el agua lavara los restos de ese gel, noté como el transparente liquido se desprendía de mí oscurecido por la suciedad.

Una vez fuera de la bañera, después de secar mi torso y anudar la toalla a mi cintura, empecé a sentir las consecuencias de la maldita pelea. En realidad, con un analgésico se solucionaría, pero quiero sentir esto para la próxima vez que haya un altercado conmigo. Este recuerdo va a ser aliento suficiente para impulsar mis puños a la destrucción.

Unos golpes a la puerta me alertaron.

-Justin, soy Cody. Mamá quiere hablar contigo.

Transmitió la voz de mi primo.

-Ya voy.

Avisé, en tono apacible.

Cody era la única persona con la que yo llegaba a ser amable, y es porque él me ha cubierto en muchas ocasiones, ademas de que siempre me dejó tranquilo.

Me vestí rápidamente, pasé por mi habitación para tomar la puta nota de amonestación y me dirigí a la cocina donde sabía que encontraría a mi tía.

-Hola.

Saludé cuando la vi sentada sola a la mesada de la cocina.

Deposité la nota delante de ella y seguí mi camino hacia el refrigerador, sacando el jugo de este. Esperaba que ella solo la firmara sin siquiera verla y siguiera con lo suyo, como usualmente pasaba, pero para mi sorpresa oí que aclaró su garganta y habló:

-El director ha accedido a que te quedes en St. Cloud ya que pude hacer que crea esa historia de que ese chico te provocó primero.

Me giré para enfrentarla y llevé el jugo a mis labios para beber un trago, pero mantuve mi mirada en la de ella, dejandole saber que esperaba a que continuara su relato.

No iba a gastar energías explicándole que esa historia era verdad.

-Pero me dejó muy claro que no tolerará otra rebeldía de tu parte.

Prosiguió.

Lamí de mis labios el sabor frutal que el jugo dejó en ellos y asentí.

-Está bien.

Concordé, sin estar realmente de acuerdo.

Pero ella volvió a carraspear, entonces apoyé mi espalda contra la heladera para seguir escuchando.

-Y yo tampoco toleraré mas de tu parte, Justin. Es demasiado. Para todos.

Explicó con nerviosismo.

Ella no me temía, como el resto de los mortales. Esa inquietud no se debía al miedo hacia mi persona, sino al miedo a herir los sentimientos que creía que yo tenia. Pero yo desistí hace mucho tiempo de buscar algo dentro de mi que no fuera dañino porque jamas lo he encontrado. 

Soy una bolsa de mierda pura. Y estoy muy bien con eso.

Ella se puso firme y yo alcé las cejas, expectante a sus siguientes palabras.

-Si algo como esto vuelve a repetirse...

Señaló la nota en la mesada.

-...te sacaré yo misma de St. Cloud y asistirás a la escuela pública de Driven.

Culminó con determinación.

-Está bien.

Repetí, tratando de sonar arrepentido o algo así.

Eso había sido algo nuevo. Mi tía tratando de ponerle un inútil freno a mi errática conducta. Fue algo que presenciar.

Volví a poner el jugo en su lugar y me dirigí a la sala de estar. Tanteé el bolsillo trasero de mi pantalón para asegurarme de que mi billetera se encontraba allí. Tenía un buen trabajo que empleaba los fines de semana y que me dejaba una paga generosa. La mayor parte de ella se la entregaba a mi tía a pesar de sus objeciones, pero me quedaba lo suficiente para tragos fuertes y peligrosas apuestas.

Me miré al espejo y acomodé vagamente algunos de mis desordenados mechones castaños, esquivando mis vacíos ojos mieles. Me encaminé a la puerta de entrada, dispuesto a liquidar ese dinero hoy, pero una dubitativa voz me detuvo:

-¿Justin?

Mis ojos se encontraron con el gesto nervioso de Mandy, a quien no había visto y estaba jugando con su nuevo teléfono celular sobre los sillones.

Mi prima menor estaba hablándome, cosa que nunca pasaba mientras podía evitarse. Hoy era un dia de sorpresas.

-¿Si?

Traté de no sonar duro como lo hacía con la mayoría de las personas, después de todo no tenía motivos para hacerlo con ella.

-¿Puedo ver tu motocicleta?

Su pregunta fue tan rápida que necesité un par de segundos para procesarla.

Por supuesto, mi moto.

Mi última y más preciada adquisición se encontraba aparcada en el patio delantero de la casa. Le hice un gesto con la cabeza para que me siguiera y ella saltó de los almohadones para ir detrás de mí. Notaba su andar ansioso mientras nos acercamos al vehículo. Una vez frente a él, no fue capaz de reprimir un molesto chillido.

La examinó unos minutos que aproveché para sacar un cigarrillo de mi paquete. Lo coloqué entre mis labios y acerqué el mechero a la punta rebosante de tabaco. Aspiré cuando el fuego hizo contacto y de inmediato mis pulmones se llenaron del dulce humo.

-Es genial.

Declaró Mandy, todavía fascinada con mi motocicleta.

-Sí, genial.

Afirmé, y remolinos blancos se escaparon de mi boca junto a esas palabras.

Ella me miró con timidez.

-Gracias. Voy a volver a entrar.

Anunció y se fue.

Miré al cielo. A pesar de que algunos rayos de sol aun se filtraban por el horizonte las estrellas ya eran visibles en el firmamento. El cielo prometía una noche calma y por alguna razón ya no tenía ganas de escaparme.


Love is Possible (Bieber is Back #2)

Tatiana Romina


Love is Possible -《Bieber is Back 2》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora