Sostuve a mi novia mientras la ayudaba a descender de la motocicleta. Inmediatamente rodeé sus hombros con mi brazo derecho y caminamos hasta la tienda, para abastecer el picnic de esa tarde con provisiones . Recorrimos los pasillos, entre gruñidos y risas por la tendencia de mi acompañante a escoger comida chatarra.
-¿Michi?
David, Chad y Bruce aparecieron por la esquina de un estante, mientras nosotros tomábamos papas fritas empaquetadas de éste.
David observó a Chelle con una expresión de sorpresa. Luego se percató de mi presencia a su lado y frunció el ceño, arrastrando la mirada a su amiga nuevamente.
-Se supone que estás en lo de Ana.
La acusó.
-Yo... estoy...
Titubeó mi novia.
-Mintiendo.
Sentenció el chico.
-Estás mintiendo.
Repitió.
Escuché un suspiro de frustración exhalado por Chelle, pero mis ojos estaban fijos en David, intentando comprender la situación. Él se giró y se fue, seguido por Bruce quien parecía casi igual de enfadado. Chad, en cambio, se quedó parado frente a nosotros. Lo miré y le encontré sonriendo ligeramente a Chelle.
-¿Cómo estás, Michi?
Preguntó.
-Estoy bien.
Sonrió ella.
Chad no pareció convencido de esa respuesta, pero asintió y sonrió con benevolencia antes de empezara caminar detrás de sus amigos.
Finalmente me centré en mi novia.
-¿Qué está sucediendo?
Inquirí.
-Lo de siempre.
Respondió, examinando el paquete de papas con fingido interés.
-No. Lo de siempre es que esos demuestren su odio por mí de manera ridículamente silenciosa cada vez que paso frente a ellos.
Repuse, señalando el lugar por donde los otros se habían marchado.
-¿Por qué ahora arremetieron contra ti?
Apunté mi dedo indice en su dirección.
Ella levantó la vista.
-Es que mi papá ha exagerado las cosas. Ahora, literalmente, me ha prohibido verte y se encarga de tenerme bien vigilada. Todos me tratan como a una niña.
Masculló.
Tensé mis músculos, molesto.
-¿Qué?... Él se ha mostrado hostil conmigo hasta el momento por mi reputación... ¿no?... No tiene verdaderos motivos para... ¿Por qué?
No pude evitar que la irritación se escurriera entre mis cortadas frases.
Chelle volvió ocultar sus ojos de los míos.
-Alguien nos vio en la salida del teatro, no sé quién... pero se lo dijeron a mi padre.
Su tono de voz sonó abatido.
Cerré los parpados con fuerza. El dolor que tenía albergado desde aquel altercado ardía constantemente en mi pecho, pero en ese momento me quemó con el recuerdo.
Después del interrogatorio de mi madre, y sabiendo que la apelación de Jeremy se llevaría a cabo en pocos meses, estuve un poco alterado esos días. Terminé,como siempre, descargando todo contra Chelle.
Habíamos asistido al teatro unos días atrás. Ella estaba ansiosa por disfrutar de la obra y yo necesitaba una distracción. Pero no logré distraerme en absoluto, y cuando salimos al estacionamiento por algún motivo estalló una discusión entre nosotros. De alguna u otra forma, la pelea se me fue de las manos y no medí mi fuerza cuando empujé Chelle, haciendo que tropezara y cayera al piso.
Reaccioné en ese mismo instante. Quise ayudarla a incorporarse pero se alejó de mí rápidamente. Fue la primera vez que detecté desprecio en su mirada, y también fue la primera vez en toda mi vida que lloré con intensidad durante toda la noche hasta caer dormido.
No soportaba el hecho de haberla lastimado.
Nos encontramos al día siguiente y ella se mostró indulgente conmigo, dispuesta a perdonarme. Pero yo estaba seguro de que la culpa estaría instalada conmigo para siempre.
-Lo siento.
Murmuré, abriendo los ojos.
Ella cargó en mis brazos la mercadería e ignoró esas palabras, cansada de oírlas.
El dolor no se fue por el resto del día, pero la agradable sensación de tener a mi novia cerca lo atenuaba. Cuando terminamos el picnic en el parque miré dubitativo mi motocicleta, no muy seguro de si debía acercarla a su casa.
-Supuestamente estás en lo de tu amiga ¿cierto?
Dije.
-Sí. Tomar un taxi sería lo mejor.
Después de su respuesta, cierto pesimismo se mezcló con el aire que respirábamos y se mantuvo allí de camino al radio de taxis. Sin embargo, una vez en nuestro destino, Chelle lo hizo desaparecer saltando sobre mí, enredando sus piernas en mi cintura y colocando sus manos detrás de mi cuello.
-Voy a extrañarte.
Murmuró.
Me reí y la sostuve cerca.
-También yo voy a extrañarte, preciosa.
Besé sus labios hasta que el coche que nos esperaba tocó bocina. Le sonreí mientras ella subía al vehículo. Vi al mismo alejarse y, justo cuando dobló una esquina, mi teléfono sonó. Lo saqué de mi bolsillo y atendí al número de Dunkan.
-¿Qué?
Espeté en forma de saludo.
-¡Una semana!
Exclamó el oficial, y luego hizo silencio.
-Sí. Gracias por ser tan especifico.
Ironicé.
-La apelación de Jeremy se ha adelantado. Es en una semana.
Aclaró.
Todo el aire se escapó de mis pulmones.
-No nos dará tiempo a documentar nuestra defensa.
Jadeé.
-Ese es el plan ¡Mierda! La corrupción en éste caso es tan evidente ¡¿Cómo puede...?!
Alejé el móvil de mi oreja mientras Dunkan despotricaba contra el sistema.
Algo helado recorría mi cuerpo junto con mi sangre. Había luces intermitentes que brillaban, obstruyendo mi campo de visión. Tomó todo mi control no desmayarme.
No importa lo que haga, Jeremy Bieber conseguirá la libertad.
Love is Possible (Bieber is Back #2)
Tatiana Romina
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Love is Possible -《Bieber is Back 2》
Genç KurguJustin Bieber es un adolescente atormentado que anhela su propia destrucción. En la secundaria, se reencuentra con lo único de su horrible pasado que nunca quiso olvidar: Michelle Mileston, su mejor amiga de la infancia. Ambos se involucran en u...