Los labios de Michelle se sentían húmedos y deliciosos, repartiendo besos por mi mentón. La tomé de su nuca y me separé un poco para examinar su rostro con mirada embelesada y una pequeña sonrisa.
-¿Qué voy a hacer contigo?
Susurré de repente, dejando que una expresión turbada borrara todo rastro de alegría en mí.
-¿A qué te refieres?
Inquirió ella.
-Se supone que debía transitar mi infierno en soledad, pero te arrastré al fuego conmigo.
Expliqué.
-¿Ésto te parece el infierno?
Preguntó, mirando alrededor.
El agua cristal del riachuelo avanzaba con la perezosa brisa de verano,y los árboles florecidos tocaban el cielo.
-No, pero...
Me interrumpí a mí mismo, sin saber que decir sin delatar cuánto estaba ocultando.
Chelle aprovechó ese silencio para hablar:
-Te esfuerzas demasiado por ver el lado negativo de todo, ahí está tu problema. Sí, tienes tus manías pero... ¿infierno? no lo creo. Todo marchó bien entre nosotros lo que va de vacaciones, y eso que nos hemos visto casi todos los días los últimos dos meses ¿no?
Pegó nuestras frentes y clavó sus brillantes ojos en los míos.
-Sí, nos hemos visto casi todos los días... y a escondidas. Gracias a tu padre, quien, por cierto, trató de atropellarme con su auto hoy otra vez.
Repuse con fastidio.
Ella rodó los ojos.
-Ahí lo tienes, te esfuerzas demasiado.
Fruncí el ceño, indignado, pero antes de replicar, Chelle se sentó ahorcajadas sobre mí.
-Deja de gruñir.
Me pidió con diversión.
Volvía sonreír y abracé su espalda, acercándola más a mí.
-Cállame, entonces.
Murmuré antes de besarla.
Nuestros labios estuvieron moviéndose juntos el tiempo suficiente para que mi corazón cosquilleara, pero en cuanto nuestras lenguas hicieron contacto, el mismo aceleró sus latidos.
Un segundo después de que sus dedos dejaron de enredarse con mi cabello, sentí su mano colarse por debajo de mi camiseta y deslizarse por mi estomago. Tensé mi cuerpo con indecisión, pero en vez de apartarme, seguí mi impulso de meter mis manos por debajo de su remera y acariciar su espalda.
No pude ser consciente del tiempo que pasó (no podía ser consciente de nada más que su boca sobre la mía), pero cuando reaccioné, me encontré tumbado en el piso, arriba de mi novia.
-¡¿Qué...?!
Susurré de forma inaudible, separándome con rapidez de su cuerpo y arrodillándome.
La neblina de unos viejos y dolorosos recuerdos intentaba dispersarse por mi cerebro. Tomé mi cabeza entre mis manos y la apreté con fuerza, desesperado porque el pasado no se colara en mi mente en ese momento.
-Justin...
La voz de Chelle llegó a mis oídos.
Me relajé, suspirando profundamente, cuando sentí su tacto sobre mi hombro.
-¿Estás bien?
Levanté la vista y me choqué con su expresión preocupada.
-Sí.Solo... duele.
Respondí con voz ronca, dejando caer mis brazos, recobrando el sentido por completo al sentirla a mi lado.
Ella asintió, y soltó un breve silbido.
-Nota mental: no provocar a Justin Bieber, se pone un poco intenso.
Bromeó.
Apreté mis dientes, entre fastidiado y divertido.
-Si es una nota mental, se tiene que quedar en tu mente.
Mascullé, arreglando mi ropa antes de ponerme de pie.
Estiré mi mano y la ayudé a hacer lo mismo. Se puso a sacudir la tierra de sus prendas, mientras yo observaba el pasto atascado en su cabello.Sonreí con ternura y empecé a quitarlo con delicadeza.
-Nota mental: obsequiar a mi novia un peine esta navidad.
Su mirada enojada logró que emitiera una risa divertida.
-'Si es una nota mental, se tiene que quedar en tu mente'.
Me imitó.
Di un paso para cerrar la distancia entre nosotros.
-No hay lugar en mi mente. La ocupas enteramente cuando sonríes.
Aseguré, besando su nariz.
Chelle enterró su sonrosada cara en mi pecho y yo la rodeé con mis brazos, comenzando a balancearnos de un lado a otro.
Disfruté esa alegría potente que me acaparaba cuando mi novia estaba conmigo, desplazando todo lo demás. Opacando incluso la idea de la inminente reunión fiscal que se llevaría a cabo al día siguiente, donde mis tormentos mas oscuros se harían presentes.
Absorbí cada bella sensación que pude de aquel abrazo, como si fuera un relámpago en la oscuridad, porque la vida real me golpearía en cuanto nos separáramos esa tarde;
y no sabía cuánto tiempo iba a poder soportar todo aquello hasta que me destruyera para siempre.
Love is Possible (Bieber is Back #2)
Tatiana Romina
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Love is Possible -《Bieber is Back 2》
Novela JuvenilJustin Bieber es un adolescente atormentado que anhela su propia destrucción. En la secundaria, se reencuentra con lo único de su horrible pasado que nunca quiso olvidar: Michelle Mileston, su mejor amiga de la infancia. Ambos se involucran en u...