Capítulo 2

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Marianna

La luz de la mañana se cuela por la ventana y alumbra cada uno de mis movimientos, ya son las seis de la mañana y aún no salgo a trotar, es que hoy ha sido de esos días en los que prefiero quedarme en casa durmiendo todo el día.

Miro a mi lado y César, mi novio, duerme plácidamente, en el fondo lo envidio por poder dormir tan profundamente, en cambio yo desde hace muchísimo tiempo no he podido gozar de ello.

Y es que apenas puedo dormir de tres a cuatros horas cuando mucho... no desde que ocurrió aquello...

Me levanto de la cama tratando de sacudir la pereza y me dirijo a la ducha, un buen baño de agua fría para despertar mis nervios que se encuentran apesadumbrados y listo.

-Buenos días mi amor- César me saluda sentado en la cama, lo miro y me da nostalgia, con su cabellera alborotada y su cara de mucho sueño, siento mucho cariño por él.

-Buenos días dormilón- Me acerco y le doy un pequeño beso en la frente.

-Tener que salir tan temprano un fin de semana me pone de mal humor, no entiendo cómo es que mi jefe no respeta el tiempo de los demás.

-Nada ganas con quejarte, solo dañas tu día e igual debes ir, así que es mejor que vayas tranquilo, a menos que no le hagas caso y te quedes en cama todo el día.

-No, debo ir... yo no sé cómo haces para estar tan tranquila siempre, nada te perturba... a veces es estresante- Le ofrezco una media sonrisa.

-Mucho tiempo de práctica supongo- Termino de calzarme mis deportivos- Bueno, voy a salir a correr un rato.

No le doy tiempo de responder y salgo a toda prisa para relajar mis músculos...

Vivo en una Isla del Caribe y todos los días salgo a trotar a la orilla de la bahía, es muy gratificante, sentir el viento salado y el aire repleto de mar y calma. Me detengo unos minutos a observar el horizonte, el sol se pone tímidamente y lo detallo tal como si estuviera admirando una obra de arte.

-¡Marianna! Casi no vengo, es que anoche me tomé unas copas con unos compañeros de trabajo y la cosa subió un poco de tono, así que básicamente he dormido alrededor de tres horas- Fernanda llega justo cuando comienzo mis estiramientos y calentamiento, es mi amiga desde que llegué a la Isla, es Gay y un poco alocada, a veces salgo con ella pero me cuesta seguirle el ritmo.

- ¿Tu de fiesta? Eso es realmente raro- Le sonrío y ella me da un pequeño empujón- Y cuéntame, ¿Qué hiciste? No quiero detalles sexuales y no te rías que es en serio.

-Tu siempre de aburrida- Me saca la lengua mientras comenzamos a trotar lentamente- Pues fuimos a "La dulce manzana" y había barra libre, así que básicamente nos tomamos hasta el agua del grifo... en fin, lo que sé es que amanecí con un dolor de cabeza terrible y una morena espectacular a mi lado- Negué con la cabeza- Lo peor es que no me acuerdo de nada ¿Puedes creer eso? Le pedí su número porque debo probar sin una gota de alcohol en mi cuerpo para poder contar con mis cinco sentidos y disfrutar a plenitud.

-Nunca cambias querida

-Y tu siempre de aburrida querida- Ahora soy yo quien le saca la lengua- Y cuéntame ¿Cómo está todo? ¿César? ¿Te llevó a la playa e hicieron el amor apasionadamente o fueron a bailar y pasaron la mejor noche de su vida?- Le levanto una ceja por su sarcasmo.

-No hice gran cosa, escuchar un poco de música hasta que llegó a casa y nos acostamos... quita esa mirada que sólo dormimos.

-Ay Marianna no comprendo por qué estás con él, es bastante aburrido, no son precisamente la pareja de ensueño, mereces alguien mejor- Me mira fijamente y yo niego con la cabeza.

Un Placer Conocerte... HermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora