Capítulo 5

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Sabrina

Es increíble cómo tu vida puede cambiar en tan poco tiempo, apenas hace unos meses mi vida estaba bastante encaminada, sabía lo que quería y cómo lo quería, pero ahora todo es tan diferente. Básicamente no sé lo que quiero, no me conformo con lo que soy.

Miro mi reflejo en la ventana de mi cocina ¿Qué soy? ¿Quién soy? Soy una mujer que ha logrado muchas cosas, sí, pero nada que la haga realmente feliz, dejé de perseguir un sueño por pisar tierra y ahora ésta me está carcomiendo. Suspiro, ¿Qué quiero de la vida? No lo sé, pero estoy segura que no es lo que tengo.

El sonido de las llaves en la puerta llama mi atención...

-¡Hola bella!- Raymond entra alegremente a mi casa, mientras yo estoy preparando café. Miro la hora 07:15 p.m. y suspiro, lo único que deseo es estar sola.

-Hola Raymond ¿Qué haces aquí?- No puedo evitar mi tono de fastidio.

-¡Vaya! Qué manera de recibir a tu novio... vine a visitarte, ¿a qué más? ¿Te molesto? ¿Me largo?- Su tono de molestia se vuelve impresionante.

-¿Por qué estás tan intenso ahora Raymond? Tu no eras así, eras tan relajado y tranquilo, si nos veíamos chévere y si no, también.

-Me estoy tomando en serio esta relación Sabrina, tenemos años juntos, ya es hora de avanzar... Sabrina, yo me quiero casar contigo, tener hijos.

-Raymond... ya... no estoy preparada para eso, yo...

-¿Pero por qué? Ey, ¿Recuerdas cuando me dijiste que querías formar una familia conmigo? Estoy dispuesto a vivir todo eso contigo, ya no quiero esperar más.

-Raymond... para...

-Pero Sabrina... mi vida...

-¡Ya no te amo! Lo mejor es que terminemos esto, ya basta, no estoy lista para eso- Raymond se quedó de pie, inmóvil, por su expresión deduje que trataba de digerir lo dicho, sus músculos se tensaron y comenzó a respirar agitadamente. Ahora que lo veo realmente luego de tanto tiempo, me fijo en sus ojeras marcadas y sus cabello rubio alborotado, jamás había visto ese semblante de tristeza.

-Algo me lo decía... tienes tiempo distante y no dejas ese teléfono para nada... ¿Hay alguien más?

-No Raymond, nadie más....- No sé si creerme esto, pero por el momento no quiero pensar demasiado en ello.

-Tu no me puedes dejar... no lo puedo permitir.

-Raymond... ya... por favor... no lo hagas más difícil de lo que ya es.

-Sabrina tu me amabas, estabas entregada a mi amor, tu...

-Si Raymond ¡Lo estaba! Ya no... me cansé de esperar a que quisieras las cosas que yo quería, me cansé de estar detrás de ti siempre rogando tu amor, estoy harta de pedirte que me dediques tiempo, ahora tengo una vida diferente, me siento diferente y ya no hay vuelta atrás... así que por favor te ruego que no lo sigas haciendo más difícil de lo que ya es y lo asumas.

Y sale sin mediar palabra, sólo lanzando las llaves al mueble y sin voltear ni una última vez...

Lo he lastimado...

Pero me siento libre y no sé exactamente la razón, me sentía atada y no encuentro la explicación, tomo la taza de café y aún siento su tibieza, me asomo nuevamente a la ventana y unas lágrimas salen repentinamente, me siento libre... ¿Para qué?

A lo lejos escucho mi teléfono... es ella, Marianna... y una punzada en el estómago me golpea salvajemente... hemos reído, llorado y compartido tanto, a través de un teléfono, que las cosas creo que se han salido de control...lo reviso con desgana y emoción, es una locura lo que siento, no sé cómo hacer al respecto.

Un Placer Conocerte... HermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora