Marianna
─ Estoy cansada ¡No me quiero levantar! ¿No podemos simplemente quedarnos retozando todo el día y hacer el amor como dos salvajes? ─ Pongo cara de lujuria.
─ No mi amor, Román se ha esmerado en planificar este almuerzo y sería de mal gusto dejarlo plantado ─ Me dice Sabrina mientras se levanta de nuestra cama y mi mirada viaja por todo su hermoso cuerpo desnudo ─ Así que levántese bella durmiente.
─ ¡Pero es Sábado, mi primer Sábado libre! ─ Sabrina marca una llamada con el altavoz encendido.
─ ¡Hija! Buenos días ¿Cómo estás? ─ Escucho a Román en la línea.
─ Buenos días Román Bien ¿Y tú? ─ Le dice mi novia mientras revisa su celular.
─ Amanecí bastante atareado, por la logística del almuerzo. Pero justo ahora estoy mejor de tiempo ─ Suspira ─ Es que uno de los proveedores me salió con que no podía cumplirme hoy ¡Hoy! ─ Suspira nuevamente ─ Así que he tenido que mover cielo y tierra para poder cubrir ese espacio.
─ ¿Pero has podido resolver?
─ Sí claro, me ha costado un poco pero lo he logrado ─ Se escucha el sonido de unas teclas, como si estuviera escribiendo un mensaje ─ Por cierto ¿A qué hora llegan? No vengan muy tarde por favor, quisiera aprovechar de conversar con ustedes antes de que llegue el resto de los invitados.
─ Pues, por eso te llamo Román. Marianna está acostada y no quiere ir. Subrayo mis palabras, Marianna no quiere ir a tu almuerzo, me lo dijo claramente. ¿Qué hacemos al respecto? ─ Le lanzo una almohada y me mira divertida.
─ ¿Cómo? ¡Pásame a Marianna hija, por favor!
─ Estás en altavoz. Te está escuchando atentamente ─ Dice Sabrina con una media sonrisa.
─ Marianna Galves ¿Por qué no quieres ir al almuerzo que organicé para ustedes? ─ Me pregunta con un tono aparentemente enfadado, pero sé que sólo está bromeando.
─ Suegro, no le creas nada a Sabrina. Sólo lo hace para dejarme mal contigo. Claro que vamos a ir, no me lo perdería ─ Levanto la mano en señal de juramento, como si pudiera verme.
─ Tengo mis dudas ─ Dice pensativo.
─ ¿Acaso dudas de mi palabra, suegro? ¡Me ofendes! Pensé que jugábamos para el mismo equipo ─ Intento hacerme la dolida pero la risa puede más que yo.
─ Bueno ─ Piensa un poco ─ No creo que juegue para el mismo... ehm... equipo, para ser exacto. Tenemos diferencias notables ─ Se ríe a carcajadas.
─ ¡Muy gracioso! Me refería a que estabas de mi lado ─ Me río ─ Pero no te preocupes, claro que vamos a ir.
─ Bueno preciosas, las espero entonces.
─ Chévere Román, un beso ─ Le decimos al unísono y Sabrina cuelga.
─ ¿Acaso me has acusado con tu padre? ─ Levanto las cejas y pongo los brazos en jarras.
─ No sé de qué me hablas ─ Sabrina juguetea con el teléfono.
─ Ahora debes contentarme por haberme acusado. Me jugaste sucio querida novia.
─ Futura esposa. Y no, no te jugué sucio, estás balbuceando ─ Devuelve el teléfono a su lugar.
─ ¿Ah sí? ─ Me acerco lentamente ─ Tienes 5 segundos para pedirme disculpas Sabrina Núñez.
─ Nunez... ─ Arquea una ceja ─ Y no me voy a retractar.
─ Yo te digo como desee. ¡Retráctate! ─ Y la tomo de la cintura, pegando su cuerpo al mío.
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Un Placer Conocerte... Hermana
RomanceSabrina es una mujer independiente, decidida y centrada. Se dedica completamente a su trabajo y a alcanzar sus metas, sin embargo, su mayor sueño es ser escritora. Marianna es una joven soñadora y con un gran corazón, estudia idiomas modernos y des...