Realidad

13.1K 942 37
                                    


¿Por qué tenía que aparecer ahora? ¿Cuánta mala surte tenía que tener para toparse con Bobby? No podía creerlo. Su mente había regresado a ese oscuro apartamento y esos días y noches, en los que esperaba pacientemente a que el regresara. Luego llegaba la paliza. La humillación verbal. La degradación que sufría con cada palabra que salía de la boca del hombre que ella creía amar.

Sin embargo, metida entre los brazos de Noah, en su camino al rancho, ella sabía que esos sentimientos que tuvo por Bobby una vez, eran insignificantes en comparación a lo que su corazón sentía al estar al lado del hombre. Acunada entre sus brazos, cerró los ojos y respiro el rico aroma de la piel que su nariz tocaba, justo bajo su terca mandíbula.

La mano de el subía y bajaba por su espalda, mientras las otra jugaba distraídamente con sus dedos, acariciando sus cortas uñas con las yemas de sus dedos, antes cogerle la mano y llevarse a los labios para besarla. El intentaba consolarla. Aun a decir verdad, no hacía falta. Contar con su presencia cuando se topo con Bobby, fue toda la ayuda que necesito. Estaba impactada por verlo, pero no había recaído en el miedo. Era cierto que estaba un poco temblorosa, pero estaba bien. Solo necesitaba regresar a un lugar seguro, tomarse una taza de té caliente y descansar un rato. Aunque probablemente Noah no la dejara ni a sol ni a sombra, durante los próximos días.

No le importaba. Le gustaba su compañía, y la seguridad que sentía a su lado.

Lo último que podía hacer era dejar que el miedo la llenase y ganase terreno en su vida. Eso no iba a ocurrir. Había luchado por dar un paso cada vez hacia una nueva vida, y el simple hecho de toparse con su agresor, no iba a acobardarla hasta meterla en un agujero nuevamente. ¡No Señor!

La musiquilla repetitiva de un móvil, le hizo abrir los ojos y parpadear unas cuantas veces. Levantando su cabeza de su cómoda posición en el hombro de Noah, vio como el hombre se estiraba un poco, solo lo suficiente para meter la mano en el bolsillo delantero de sus vaqueros y sacar su teléfono móvil. Paso la yema de su dedo por las teclas y pulso la de contestar. Llevándoselo a la oreja, gruño.

--Que.

Ella lo observo, percatándose por primera vez en el corto tiempo desde que habían salido del supermercado, que Noah parecía mucho más afectado por el encuentro con Bobby que ella misma. No había hablado con nadie, salvo con ella y procuraba estar tan cerca como podía. No que eso le molestara, pero le hacía preguntarse, que tipo de efecto había tenido la aparición de su ex-pareja y agresor, en Noah.

--Si, gracias... OK... De acuerdo, si, solo dile que coja un taxi. Yo pagare el viaje.

Un largo silencio después, Noah asintió.

--Gracias, Frank. Esto llega en el momento adecuado.

Dijo finalmente, antes de colgar la llamada y guardarse el teléfono una vez más.

Acomodados en la parte de atrás de la camioneta del señor Lachlan, ella se cobijo aun mas en el costado de Noah, pasando su brazo sobre el abdomen del hombre, miro hacia arriba. Estaba mortalmente serio. No era para menos, pero había algo en el que le decía que estaba triste, enfadado y disgustado.

--Noah.

Al oír su nombre, Noah inclino su cabeza hacia abajo, como si la mirara a través de los oscuros cristales que cubrían sus ojos ciegos. No sabía que decirle, solo quería que se alejara de cualquier mal pensamiento que pudiera estar teniendo. Si no fuese porque era imposible, diría que la temperatura alrededor del hombre, había descendido unos cuantos grados.

--¿Está todo bien?

El asintió.

--Bien.

Pese a su afirmación, ella sabía la verdad.

Cuidaré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora