Capítulo 13

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CAPÍTULO 13, INTERIOR DEL PALACIO BONNEFOY.

*Narra Feliciano*

Después de dejar a los demás peleando, Lilly, Ludwig, Tino, Kiku y yo nos adentramos en el Palacio Bonefoy. De alguna forma sabía que Gilbert no estaba muerto, y Ludwig también lo sabía. Recorrimos el palacio entero hasta llegar a las catacumbas. Allí, una puerta de madera vieja daba entrada a una habitación oscura sin ventanas. Con un candelabro, entramos y pudimos ver a Gilbert allí, tirado en el suelo. Tenía la espalda y las piernas cubiertas de sangre seca, y la respiración entrecortada. Nos miró y sonrió. Ludwig sonrió de una forma que no había visto hasta ahora, y corrió a abrazar a su hermano. Le cortó las cuerdas que le ataban a un palo astillado, y le ayudó a levantarse.

'' Vamos, tenemos que salir de aquí. '' Dijo Tino un poco asustado, al igual que yo. Era un sitio terriblemente oscuro y tenebroso, y no quería quedarme por más tiempo allí.

''Sí, hay que salir a ayudar a los demás...'' Dijo Ludwig.

''N-no... '' Dijo Gilbert. Le miramos atónitos.

'' ¿Cómo que no? '' Habló Kiku.

'' T-tenemos... Que... M-Matthew... '' Dijo en un susurro.

''¿Mathew? '' Preguntamos todos a la vez.

''S-sí.. Tenemos que... Liberar a Mathew... '' Después de contarnos la historia del porqué le habían capturado,Lilly, Tino y Kiku le ayudaron a salir afuera, y Ludwig y yo corrimos en busca del amado de Gilbert.

Llegamos a lo que era la habitación de Mathew, cual estaba cerrada con llave. Con una patada, Ludwig consiguió abrirla, y nos metimos dentro rápidos como un rayo. Un chico de estatura normal con pelo rubio nos miró asustado.

''¿Quiénes... Quienes sois? ''' Pregunto aterrorizado.

''Tr-tranquilo... Somos amigos de Gilbert. ''Dije, enseguida se calmó un poco. ''Venimos a rescatarte. ''

''H-he visto la pelea afuera... Alfred se está pasando. Hay que detenerlo. '' Dijo. Acto seguido, salió decidido de la habitación. Cogió un palo cual parecía una varita de una estantería del pasillo. Después de mirarnos, Ludwig y yo salimos tras él. Corrimos por todo el castillo, hasta lleguar a la puerta principal. Al abrirla nos encontramos a nuestros aliados dentro de una burbuja, algunos de ellos heridos. Alfred apuntaba hacia ellos, la gema roja parecía coger la energía de afuera. La luz se tiñó de rojo, el cielo de granate y nuestras caras también. Oh no. Conocía esa luz. Miré a Romano, Romeo, Romulus y Antonio, quienes estaban dentro de la burbuja. Tenían una cara aterrada, sabían lo que pasaría a continuación. Una lágrima cayó por mi mejilla. Romano, quien me miró sabiendo mis intenciones, negó con la cabeza y salió de la burbuja corriendo hasta llegar a mi lado. Alfred parecía no darse cuenta de lo que pasaba, pues sus ojos se concentraban en Kiku, Tino y Gilbert solamente, cuales ya estaban dentro del círculo protector. Antes de que Romano llegase a mi lado, salí corriendo hacia Alfred.

Romano gritó y al darme la vuelta vi que Ludwig y Matthew también me perseguían, los tres sabían perfectamente lo que estaba planeando hacer. Gilbert, dentro de la cápsula, miró hacia arriba para poder vernos. Y al parecer, también se dio cuenta. Avisó a los demás, quienes miraron me miraron, algunos con lágrimas, como por ejemplo mi abuelo. Lilly salió de la burbuja, y Vash la siguió. Romeo y Antonio también salieron, todos a por mí. A detenerme. Sin embargo, era ya demasiado tarde. Llegué a donde Alfred, y con un hechizo en italiano alcé la mano. La gema salió disparada en mi dirección, y me cegó con su color. Mi cuerpo comenzó a arder, la cabeza me iba a estallar en cualquier momento. Mis pies y manos se retorcían bruscamente. Mis párpados se cerraban con fuera, y mis dientes se apretaban entre ellos. Como si miles de estacas se clavaran en mi espalda, echaba mi cuerpo hacia delante. Grité desgarradoramente, mientras la luz me envolvía. Las lágrimas salían y salían y no dejaban de salir. Mi cuerpo dolía con cada movimiento, parecía que infinitas de espadas ardientes me tocaban, dejando mi cuerpo chamuscado. Era un dolor indescriptible. Las cicatrices se abrían, y la sangre brotaba. Mi sangre era de un rojo igual de intenso que el de la gema. Mis fuerzas se desvanecieron en segundos, pero antes de que la peor parte llegara, noté que un cuerpo se posaba delante de mí, para privarme del dolor. Y luego otro. Y otro.

Abrí los ojos estupefacto, jadeante, sollozante y sudando. Me encontraba en el suelo. Miré arriba, para ver a todos, todos, haciendo frente al sufrimiento de la gema roja. Estaban todos allí. Habían dejado la burbuja, para ir allí... Para que yo no sufriera. Las lágrimas de alegría salieron desde lo más profundo de mi interior. A continuación, vi una luz plateada salir de todos mis amigos, familiares y seres queridos. El plateado lo inundó todo. La gema roja cayó al suelo, apagada y haciendo que un pequeño hilo de humo saliera de ella hasta el cielo. Alfred Jones corrió hasta ella, pero al tocarla, se quemó la mano, cual retiró inmediatamente. Miré a mi alrededor. Todos aquellos seres que amaba, se encontraban en el suelo, jadeantes. Con respiraciones agitadas y con partes del cuerpo chamuscadas. Corrí a donde mi familia primero, y al ver que se levantaban lentamente, corrí hacia los Germanos. Luego, a los Nórdicos, y a Kiku, Yao e Ivan. Matthew también estaba bien. La alegría invadió mi cuerpo. Sonreí agradecido de que estuvieran a salvo. Corrí a los brazos de Ludwig, y lo abracé como nunca había abrazado a nadie. Roderich y Elizabeta se besaron, Matthew y Gilbert se abrazaban, Lukas y Mathias se abrazaban también con lágrimas en los ojos, pidiéndose perdón el uno al otro. Lilly, Vash, Kiku, Berwald, Tino, Emil, Yao... ¡Todos! Todos nos abrazamos juntos. Con una sonrisa verdadera en los rostros. Miramos todos a Alfred, quien estaba en el suelo, parecía muerto. Matthew se acercó cuidadoso a su hermano.

''Alfred... '' Susurró.

No hubo respuesta.

Matthew agachó la cabeza, llevándose las manos a la cara. Sollozó.

Gilbert se acercó y le pasó un brazo por el hombro. Antonio imitó la acción del albino, solo que al otro lado. Romano le dio la mano a Antonio, y Romeo se la tomó a él. Me acerqué, y agarré la mano de Romeo, y entrelacé mis dedos con los de Ludwig con la otra mano. Roderich y Elizabeta se unieron, y Lilly también. Lukas le dio la mano a Lilly, y Mathias se puso a su lado. Berwald y Tino se acercaron juntos, y después Emil entrelazó su mano con la de Tino. Kiku y Yao se la dieron a Emil, e Ivan se agarró de Yao. Yao juntó sus manos con el Abuelo Romulus, y éste con Folker. Y Folker unió el círculo dándole la mano a Gilbert.

Nos sonreímos entre todos.

''Volvamos. '' Dijo Yao, sonriente.

Nos separamos, y después de montar cada uno en su montura de nuevo, nos dirijimos al palacio de la Casa Germana.

FIN.

Kingdom WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora