"-No, pendeja. Se parece a mi mamá."

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Un chico alto, de cabello oscuro y sin camisa me abre la puerta. Y éste no es Cameron, porque Cameron es moreno, y mucho más alto y este chico es de estatura un poco baja, más blanco y con perforaciones en las orejas.  Junto mis cejas a modo de confusión, y él me sonríe de lado.

—Hola, preciosa, ¿en qué puedo ayudarte?

—Buscaba a Rose, ¿ella está aquí?

Sonríe abiertamente: —Oh, tú debes ser Alexandra.

—Alex —asiento, extendiendo mi mano hacia él. La toma y me hala para darme un beso en la mejilla.

—Soy Grayson, un placer —vuelvo a asentir con la cabeza—. Pasa, pasa, todos están adentro.

Se hace un lado para dejarme entrar y eso es lo que hago. La casa está ordenada, algo increíble teniendo en cuenta que antes de que me abrieran la puerta creí que estaban tirando cosas y haciendo desorden. Ya saben, lo que hacen los chicos.

Es similar a la nuestra, a excepción de los muebles y las demás cosas, claro. Localizo a Rose sentada en el regazo de Carter en uno de los sillones de la sala, acompañados de Cameron y de Grayson. Hay una taza de palomitas y doritos en la mesa de café del centro, y ellos detienen su conversación cuando me ven entrar.

—Hola, Alex —Me sobresalto ante la voz de Cameron a mi lado. No creí que estuviese tan cerca, ¿no estaba en el sillón?

—Hola —Todavía sigo enojada por su fiesta de anoche.

— ¿Cómo estás? —Está dándome esa sonrisa de lado que también me dio anoche. La diferencia es que ahora no está bebiendo, o al menos eso creo.

—Si te refieres a cómo dormí con tu patética fiesta hasta las seis de la mañana... Bueno, estoy bien —él se ríe, negando con la cabeza.

—Alex —llama Rose, por lo que volteamos a verla—, los chicos nos estaban contando cómo fue que se conocieron; siéntate.

Me abro paso entre la gente y me siento en la esquina del sillón largo que está vacío, pero luego Cameron se sienta a mi lado. Escucho con atención cómo Grayson, cuenta efusivamente la primera vez que vio a cada uno de los chicos.


—No debí comer frijoles en el almuerzo.

Me volteo ante la voz del desconocido y veo a un chico entrando a la sala. Trae la gorra hacia atrás y una sudadera azul oscuro con un logo en el centro que reconozco de inmediato. Antes de siquiera presentarme o preguntar quién es, me levanto del sillón y lo encaro.

— ¡¿Eres fan de los halcones marinos de Seattle?! —El chico parece aturdido al principio, pero después de escuchar lo que acabo de decir, una sonrisa se forma en su rostro.

—Sí, ¿tú también?

— ¿Bromeas? ¡Son el mejor equipo del mundo! —Casi grito. El chico sonríe aún más y se acerca a mí, extendiéndome su mano.

—Soy Aaron.

—Alex —la recibo y le doy mi mejor sonrisa—. Vivo en frente.

—Oh, sí, Cameron me habló de ti —Mis ojos se abren de la sorpresa al oír eso. Miro a Cameron y éste tiene una mueca en su cara, diciéndole gestualmente a Aaron que no debió decir eso, pasando una mano por su cuello y negando con la cabeza—. Ups.

Rose y Carter se carcajean en el sillón, y no tardan en seguirle Grayson.

—Como sea, ¿cómo estás? Pensé que a las chicas no les gustaba el fútbol americano.

Just Kidding ; Cameron Dallas #HMAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora