— ¿Estás bien? Luces distraída —le doy un mordisco a mi manzana y miro a Rudy, quien me ve con curiosidad.
No ha sido mi mejor mañana. Se supone que estoy de vacaciones, es decir, ya acabé todo mi repertorio en las materias y los exámenes finales acabaron casi hace una semana. El trabajo de radio ya está hecho y mis notas están impecables. Pero no. Yo, de estúpida, matriculé música como electiva y, lastimosamente, ésta no acaba hasta esta semana. Sí, debo venir toda una semana sólo por una materia. Soy una idiota.
—Estoy estresada, sólo eso.
— ¿Y se puede saber por qué? —pregunta, buscando algo en su mochila.
— ¿El estar aquí por una semana entera solo por una materia no responde tu pregunta? —Respondo a la defensiva. Mi humor está por los cielos, tengo que venir todos los días de esta semana, sólo por tres horas. A demás, la imagen de Cameron en cueros no ha desaparecido de mi mente.
—Ya lo sé, ya lo sé... Pero podría ser peor —levanta los hombros. Entonces en mi mente agradezco que Rudy haya matriculado mis mismas materias, realmente no sé cómo podría sobrevivir esta última semana sola.
—Sí... —vuelvo a morder mi manzana y sigo viendo mi cuaderno de música sobre la mesa. Continúo mi lectura sobre la música nacionalista, hasta que siento una presencia delante de mí. Junto mis cejas y levanto el rostro, mirando un poco hacia arriba, encontrándome con el chico que no ha dejado mi mente en los últimos momentos.
Me sonríe y sin decirme nada se sienta en la silla que tengo al frente. Estamos en la cafetería y puesto que la mayoría de los estudiantes ya están de vacaciones, hay muchas mesas con sillas vacías, ¿por qué se sienta en mi mesa?
Miro a Rudy y él no despega sus ojos de Cameron: lo mira de arriba abajo, como si estuviera estudiándolo. Sonrío al notar que quiere morderse el labio, pero se contiene. Ay, Rudy nunca cambia.
Vuelvo mi mirada a Cameron y él cruza sus brazos por encima de la mesa y se recuesta, haciendo que su rostro quede cerca al mío, porque yo estoy inclinada casi de igual manera para leer mis apuntes. Él no deja de sonreír en ningún momento mientras me mira, lo que hace que mis nervios salgan a flor de piel, haciéndome sentir intimidada de alguna u otra manera.
Levanto una ceja en su dirección, haciéndole saber que su acción de sonreír todo el tiempo mientras me mira me confunde, pero eso sólo hace que él me levante una ceja también. Luce como si se divirtiera conmigo, con sólo verme o con sólo saber que no sigo su juego.
—Hola, Alex —me dice, finalmente. Yo le sonrío.
—Hola, Cameron.
Y entonces volvemos a quedarnos en silencio. Rudy, al parecer no se aguanta más y lo escucho suspirar.
—Sí, hola Rudy, ¿cómo estás? Oh, hola Cameron. Yo muy bien, gracias —dice, hablando solo, simulando una conversación. Yo no puedo evitar reír.
—La última vez que te vi querías matarme —le responde Cameron. Rudy pone los ojos en blanco y deja el cuaderno sobre la mesa para mirarlo también.
—Sí, todavía quiero matarte por lo que le hiciste a Alex, pero un poco de educación no está de más —le dice. Pongo mis labios en una línea, intentando no reírme. Cameron, a mi lado, suspira.
—Bien. Hola... Rudy —dice Cameron, tratando de enmendar su error.
—Olvídalo, ya la cagaste.
Entonces yo lanzo una carcajada. Niego con la cabeza, mirando a Rudy, y él me levanta los hombros de manera inocente. Cuando dejo de reírme vuelvo a centrar mi mirada en Cameron.
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Just Kidding ; Cameron Dallas #HMAwards
FanficAlex nunca pensó que tirar papel higiénico y huevos a la casa de su nuevo odioso y guapetón vecino le traería tantos problemas; pero había sentido que era su completo deber hacerlo. Estaba cansada de las fiestas y la música a altas horas de la madru...