"-Sólo si Lex quiere trabajar con él."

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— ¿Qué vamos a hacer hoy? —Pregunta Rudy, sirviéndome el desayuno. Como lo había predicho, él se quedó a dormir conmigo.

—Podemos hacer lo que tú quieras hasta las seis de la tarde —él me mira confundido mientras toma su café—. La señora Cepeda me invitó a cenar esta noche, y no puedo decirle que no.

—Está bien, puedo quedarme aquí mientras tú vas a su casa, con tal de que me traigas un trozo de su lasaña, todo bien.

—Puedo decirle que voy contigo, a ella no le importaría.

—No, eso sería grosero, ella te invitó a ti; no quiero ser entrometido —niega con la cabeza—. Está bien, yo me quedaré aquí, no es como si te vaya a robar algo.


Ambos terminamos el desayuno y luego pasamos la mañana haciendo mi trabajo de radio. Él me ayuda con mi nota mientras yo nos preparo algo para comer y pido el almuerzo a domicilio; no quiero cocinar nada, después me da pereza lavar tantos platos. Cuando vuelvo a mi habitación, en donde estamos haciendo el trabajo, veo a Rudy viendo por la ventana, riendo.

Dejo el plato sobre la cama y me acerco. — ¿Qué estás haciendo?

—Al parecer Cameron llamó para que terminaran de limpiar su casa —se ríe, señalando a través de la ventana.

Cameron y sus amigos están terminando de quitar el papel higiénico que no quitaron ayer y vuelven a limpiar las paredes de su casa y a lavar su auto, de nuevo. Están Aaron, Grayson, otro chico igual a él, es decir su gemelo, dos chicos rubios, y otros dos chicos que también se parecen. Todos ellos, incluyendo a Cameron ayudan a limpiar el desastre que mi mejor amigo y yo causamos ayer.

Digo que son sus amigos porque definitivamente una empresa de limpieza no tendría como trabajadores a unos chicos tan jóvenes y guapos. Sí, porque están guapos.

—Son sus amigos —le digo a Rudy.

— ¿Cómo lo sabes?

—Conozco a tres de ellos —dejo de mirar a la ventana y me acuesto en la cama frente a la computadora—, y son muy jóvenes para trabajar. Ahora, ¿podemos continuar con esto? Quiero terminar antes de que llegue el almuerzo.

—No, ya está hecho —me dice, acostándose en la cama conmigo y tomando un sándwich de la bandeja—, lo terminé cuando estabas en la cocina. No es tan difícil.

—Dios, te amo tanto —dejo la computadora a un lado y me abalanzo sobre él para abrazarlo—. Gracias, gracias, gracias.

—No hay problema —toma mi computadora y coloca música.

Cuando llega el almuerzo, comemos en silencio y pasamos la tarde jugando juegos de mesa, viendo películas y jugando just dance. Cuando son las cinco de la tarde yo subo a mi habitación a cambiarme para ir a la casa de la señora Cepeda, mientras que Rudy se queda viendo películas en la sala.

Tomo una ducha rápida y del closet tomo un jean oscuro, una blusa blanca suelta, y completo la vestimenta con unas sandalias sin tacón. Amarro mi cabello en una coleta alta y hago mi mayor esfuerzo para maquillarme lo más sencilla posible. Cuando termino, bajo las escaleras y me encuentro con Rudy durmiendo en el sillón con la televisión encendida. Con mi teléfono le tomo una foto y luego le dejo una nota en la mesa de centro. Apago la televisión y después de tomar mis llaves, salgo de la casa.



El sol hasta ahora se está escondiendo y el cielo tiene colores cálidos. Miro instintivamente la casa de Cameron; y está limpia. Él y sus amigos hicieron un buen trabajo, al parecer. Niego con la cabeza para mí misma y camino hasta la casa de al lado. Toco el timbre y casi de inmediato la señora Cepeda me abre la puerta.

Just Kidding ; Cameron Dallas #HMAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora