Capítulo 14: Tuyuyu en el coco.

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-Trabajaré, si es necesario - le dije a Peter mientras que él veía las numerosas cuentas por pagar.

Todas las cuentas habían sido duplicadas, ya que mis padres dejaron de darnos apoyo en lo absoluto. Dejaron de pagar los egresos como luz, agua, hasta deteniendo el depósito de dinero en el banco.

-En serio, no tienes por qué molestarte - respondió.

-Si tengo por qué. No dejaré que seas el único quien pague los platos rotos por mi capricho de quedarme.

Él me miró con ojos desolados.

-No mentiré, las cosas se pondrán bastante difíciles. Pero no tienes que trabajar, no es una opción.

-Lo es - lo abracé fuertemente - No te preocupes, con un sueldo mínimo podremos pagarlo todo.

Lo miré con ojos de gato mientras él se padecía de mi.

-Está bien. Pero sólo por un tiempo.

Me puse de puntillas y le deposité un beso en la mejilla.

En realidad las posibilidades de tener un trabajo eran pocas, ya que tenía diecisiete años. Pero pensaba en la probabilidad de que Adam me diera un puesto en su negocio, o al menos se lo pediría. No soportaba ver a mi hermano pagar cuenta por cuenta por mi culpa, sintiéndome como ser un estorbo para él.

Pero por mucho que lo quisiera, era difícil para mi el contarle sobre mi relación con Adam. Sabía que no estaría de acuerdo para nada y yo no lo culpaba, para todos Adam era el típico chico que ningún suegro o cuñado quisiera tener.

Escuché el timbre de la puerta y me acerco a ella para ver quién toca.

-Vine por mi bebé - espetó Ophelia

Sonreí ante tal comentario. Ophelia cada vez se volvía más apegada conmigo que el momento anterior. Eramos como almas gemelas.

-¡Bebé! - chilló Ophelia al mirar a Peter quien se acercaba a nosotras.

Él corrió a los brazos de mi amiga y ésta se le montó encima como en las películas, para darse un profundo beso con todo y lengua.

-Hey, todavía soy menor de edad - hablé pero al parecer ninguno de los dos parecían prestarme atención, ya que Peter apretaba su trasero mientras ella sonreía sobre sus labios.

Me preguntaba si me veía igual de embobada que Ophelia cuando Adam hacía algo parecido.

Resignada estuve a punto de irme, cuando escucho los pies de Ophelia tocar superficie, fue cuando supe que la sesión de sexo con las manos había finalizado.

-Lo siento - dijo una Ophelia sonrojada - pero es hora de irnos bombón.

Asentí sonriente y caminé hacia mi hermano para despedirme de él, pero mi sonrisa se borró inmediatamente cuando vi una imagen bastante repugnante.

Era mi hermano sonrojado, con eso...

-¡Peter! ¡Por dios tápate! - grité horrorizada al mirar su "pito" sobresaliente encima de sus pantalones.

Ophelia se echó hacia atrás para soltar la carcajada más larga de su vida, al igual que mi hermano, quien riendo apenado se fue por las escaleras.

-Nunca vi a alguien en esta casa repugnarse por algo así - apuntó Ophelia.

-Y yo creo que nunca veré a mi hermano de la misma manera.

Ella rió a carcajadas mientras nos fuimos por la puerta principal, con destino a casa de mi amiga; mi casa por un tiempo.

MI PERFECTO DESASTREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora