Mierda.
El mundo escapaba bajo mis pies, mi cara estaba pálida, mis manos temblaban frenéticamente y como resultado el teléfono se me deslizó de las manos cayendo al suelo, haciendo un gran ruido pero que mis oídos no escucharon realmente. Sentía que mi corazón latía más fuerte de lo normal y mis sentidos seguían centrados en el mensaje que había recibido hace unos segundos ¿Alguien me estaba espiando? ¿Acaso lo conocía? La curiosidad me estaba asesinando en mi interior.
-¿Pasa algo, Elena? - preguntó Ophelia.
-No... no pasa nada - titubeé.
Ella me miró con reprobación.
-¿Cómo te sientes? - dijo ésta vez Cecilia - Estás muy pálida.
-Sólo estoy un poco deshidratada, no es nada - caminé hacia la cocina por un poco de agua.
¿Tenía algo que ver con Adam? ¿Quién diablos era? ¿Si quiera estaba mirándome en ese preciso momento, tomando una botella de agua? Temblorosa, cerré la cortina de la ventana.
Miles de preguntas se formulaban en mi cabeza y no tenía respuesta para ninguna de ellas. No sabía qué hacer, tenía miedo hasta de ir a la policía porque si iba ¿estaría esa persona viéndome? ¿me secuestraría y me mataría para cerrar mi bocota? Probablemente.
Y el decirle a otras personas, como a Adam, sería exponerlos en riesgo.
Cerrar mi bocota por los momentos sería lo mejor. Así, la vida de nadie estaría en riesgo aunque un poco, la mía. Podía terminar muerta en un callejón y nadie sabría el por qué.
«A lo mejor era una broma de cualquier conocido, o el vecino» pensé.
Subí las escaleras, llegué a la habitación, me desvestí, tomé una larga ducha, me puse la pijama y me metí en la cama... para que después y de la nada se formulara otra de tantas preguntas en mi cerebro ¿Qué me depararía el futuro?
.
Narra Adam.
11:46 pm; visualizo en mi reloj.
Los gritos de la gente animada no me dejaban escuchar las palabras que me decía Mandy, tampoco hice mucho esfuerzo en escucharlas. Más bien, estaba preguntándome en dónde carajos compraría una caja de cigarrillos porque ésa que tenía en mano, era la última. El lugar estaba lo suficientemente animado como para alegrarme la noche, pero qué va, extrañamente sin la presencia de Elena o Peter sería un gran reto. También me preguntaba si ella se encontraba bien...
Mandy me miró fijamente a los ojos, probablemente esperando una respuesta a todo lo que me había dicho. Como si no supiera que mi cabeza no andaba en la conversación. Aunque comencé a prestarle atención porque sin darme cuenta ella había dicho algo: "Elena".
-¿Ah? - insunué desorientado.
Ella vaciló un poco molesta por mi falta de atención antes de hablar.
-Me preguntaba que si Peter sabe que sales con Elena - dijo sobre la música.
-Si, lo sabe - señalé el moretón en mi mandíbula.
-Eso pensé - rió cínicamente - Tal vez si hubieses optado por salir con una mujer de verdad, hermanos mayores no estarían golpeándote - ronroneó bajando un poco su escote y pestañeando un par de veces.
Vacilé antes de responder.
-Sé por dónde vienes... - hablé con una amplia sonrisa - Pero no volveré a acostarme contigo.
Su sonrisa provocadora se desvaneció.
-¿Por qué? Soy todo lo que buscas. Y éstas son nuevas, necesitan estreno - señaló los implantes de sus senos.
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MI PERFECTO DESASTRE
RomanceElena nos relata sobre su vida a los 17 años cuando inesperadamente se enamora del típico chico más codiciado y rompecorazones de la ciudad, pero luego de una gravisima noche de alcohol el destino les pondrá ciertas barreras ¿Serán capaces de supera...