-Ya te dije que después iré a verme con un médico - dijo Ophelia como por décima vez mientras yo me colocaba mi pijama.
-Pues ya lo sabes - respondí con cierta jaqueca - ¿Tu período no está retrasado?
-Sí lo está - respondió al borde de la ansiedad - Espera ¿Qué hay del tuyo?
-¿Qué? - dije desconcertada.
-¡De tu período! ¿No has tenido retrasos?
Traté de recordar la última vez que había tenido el período y el resultado me alteró un poco, mi jaqueca aumentaba.
Negué con la cabeza avergonzada.
-¿Sería posible que nosotras estemos...?
Negué con la cabeza rápidamente mientras pongo mi dedo índice en sus labios.
-No... lo digas - murmuré al borde de la desesperación.
-Pues mañana mismo compraré pruebas de embarazo para nosotras. Y ni se te ocurra decirle algo a alguien - amenazó - No es que andarás de boca suelta, mucho menos con Adam.
Asentí nerviosa.
Definitivamente en mis planes no estaban quedar embarazada.
¿Y si en realidad lo estaba, y si estaba esperando un hijo de Adam?
Mi corazón latía a mil por hora y mi piel estaba lo suficientemente fría, mientras inconscientemente me comía los cueritos que tenía en mis dedos.
Ni siquiera tuve la menor idea de preguntarle al idiota de Adam si nos habíamos protegido ¡Es que yo lo supiera si no hubiese estado tan borracha! Qué estúpida, al parecer estaba embarazada y ni siquiera recordaba el haberlo concebido. Eso podría considerarse una violación.
¿Y mis padres, Peter, qué dirían ellos? Me dejaron más de un mes en Miami y ya estaba embarazada. Sin duda estaba muerta.
¿Y si mi amiga y yo estábamos embarazadas, las dos? ¡Eso sería el fin del mundo!
Toda mi vida estaba arruinada.
Suena el timbre y la expresión de Ophelia era de angustia, no tenía tiempo para nadie en aquellos momentos. Y mucho menos yo, que era una niñita de diecisiete años probablemente embarazada.
-Ve a ver quién es - dice mi amiga sumamente estresada.
Su rostro me indicaba que la estaba pasando muy mal, y aunque yo estaba en la misma situación, ella lo estaba tomando mucho peor.
Bajé las escaleras con suma vagancia y obstinación, y me conseguí con los padres de Ophelia en la puerta principal, algo alterados. Me acerco mucho más rápido para comprobar si era lo que estaba escuchando.
-¿Cuándo te quitarás esos tatuajes tan horribles? - dijo la señora Evelina.
-¿Y tú cuando te quitarás esas horribles arrugas? - dijo Adam al parecer algo fastidiado.
Ella se sorprendió un poco para después irse muy fastidiada junto a su esposo.
Justamente a la persona a quien menos quería ver, se había aparecido para verme. Pensé que mi día era muy malo, pero me di cuenta que había empeorado.
Estaba vestido con unos jeans negros y polera de mangas blanca. Podría describir su olor como a shampú con crema de afeitar, y miré su rostro para comprobar que estaba recientemente afeitado.
-Quería ver ese tuyuyu - sonrió de oreja a oreja mientras me tomó por la cintura aferrándome a su cuerpo, quedando a centímetros de su boca. Y como cosa rara, comencé a ponerme nerviosa.
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MI PERFECTO DESASTRE
RomanceElena nos relata sobre su vida a los 17 años cuando inesperadamente se enamora del típico chico más codiciado y rompecorazones de la ciudad, pero luego de una gravisima noche de alcohol el destino les pondrá ciertas barreras ¿Serán capaces de supera...