Capítulo 5: Camino al Capitolio

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Me quedo un momento más en el Edificio de Justicia, sólo para poder ver a Katniss una última vez antes que la suban a ella y a Peeta en un automóvil que los llevará a la estación de tren de nuestro distrito. Viajarán directo al Capitolio en un expreso de lujo. Aunque la verdad, cada año que contemplo a nuestros tributos partir, siento que más bien es como si arrearan un par de indefensas ovejas rumbo al matadero.

Pues en realidad, ¿qué otra cosa son los Juegos del Hambre? Una espantosa y tétrica diversión, inventada hace setenta y cuatro años por el gobierno central que logró aplastar la rebelión de los Días Oscuros... para humillar y oprimir todavía más a los distritos que perdieron la oportunidad de derrocar la dictadura. Desde entonces las cosas empeoraron para los distritos. El 13 bombardeado hasta que no quedó nada ni nadie; opresión, esclavitud, crueldad y pobreza para el resto del país. Mientras en el Capitolio se divierten en fastuosos banquetes, fiestas opulentas y diversiones estúpidas como los Juegos, donde los niños de los distritos tienen que matarse entre ellos. Panem et circenses: pan y circo, como me explicó mi padre un día. Ellos comen y se divierten, nosotros pasamos las penurias y somos los títeres que los divertimos cada temporada. Bueno, mi familia no es pobre, mi padre no trabaja en las minas, es el alcalde y vivimos bien... pero eso no quita que tenga tanta impotencia cada año, durante y después de la ceremonia. 

Hoy, sin embargo, hay una nueva sensación. Es como una pequeña llamarada de esperanza. Si alguien de nuestro distrito puede ganar esos malditos Juegos, estoy segura que esa persona es Katniss Everdeen. No sólo porque sepa cazar con arco y flecha. Es lista y sagaz. Cazar es sólo una de sus habilidades; también sabe atrapar animales con trampas de lazo, que le enseñó Gale. Y sabe cuáles plantas y frutos son comestibles. Además, es buena trepando y escalando, sino, ¿cómo conseguiría los huevos, ciruelas y manzanas que de tanto en tanto le he visto suministrar en la tienda de abarrotes y locales del mercado? Por lo general, abastece al mercado negro del Quemador, pero cuando ella y Gale consiguen suficiente cantidad o algo muy preciado, lo llevan directo a un mejor comprador. Como la carne de ciervo que le venden a la carnicera o como las fresas que llevan cada semana a nuestra casa. 

- No llores por tu hermana... ella es muy fuerte, ella puede ganar este año -consuelo a Prim, posando con suavidad mis manos en sus hombros, no me atrevo a abrazarla porque es tan frágil y pequeña, se ve un poco menor de los doce años que tiene en realidad.

- Exacto Prim, ella va a ganar y volverá a casa contigo -escucho una voz grave y seria, aunque algo triste e impotente como yo; es Gale que se ha acercado a las Everdeen luego de despedirse de Katniss.

- Gracias por decir eso... Katniss es fuerte y valiente, me prometió que intentará ganar -dice Prim entre sollozos. 

Effie Trinket revolotea por el Edificio dando unas últimas instrucciones, molesta porque el vehículo aún no llega a recogerla a ella y a los tributos. Se lleva un minuto a la señora Everdeen y a Prim para "felicitarlas" por la valentía de Katniss. Luego los reporteros asedian a ambas pero madre e hija se secan rápido las lágrimas al ver las cámaras acercarse y se recomponen lo bastante para manifestar que Katniss es fuerte y valiente, que tiene posibilidades.  

Es entonces cuando me encuentro con los ojos furiosos de Gale Hawthorne. Si las miradas mataran, varios caeríamos muertos aquí mismo... porque si normalmente Gale está de mal humor, pues hoy parece a punto de estallar. Mira a casi todo el mundo con una ira que llega a estremecer. Y, claro, para variar, las toma conmigo.

- ¿Se te perdió tu lindo prendedor de oro, princesa? 

- No, no lo perdí... Yo misma se lo regalé a Katniss, para que le dé suerte y tenga algo que le recuerde al 12 -le respondo, con el mayor aplomo que soy capaz, intentando que no se me noten los nervios por tenerlo cerca, hablándome, ni la rabia que yo misma siento con esta situación.

Gale y Madge: Fresas en el BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora