Capítulo 12: ¡Sobrevivió!

594 43 10
                                    


El maldito panadero lo hizo... confesó su amor por ella. Yo sabía que miraba a Katniss en la escuela y cuando nos íbamos a casa, sabía que le gustaba pero pensaba que sólo era eso, una atracción. Ahora resulta que está profundamente enamorado de ella "desde siempre". ¿Dice la verdad o es sólo una estrategia planificada para conquistar a los patrocinadores y al público? Una declaración de amor, en especial una sufrida, no correspondida y sin esperanza, como en este caso, te gana el favor de la audiencia. "Pobre chico", pensará la gente. Querrán apoyarlo. 

Sin embargo, algo dentro de mi cabeza me indica que la declaración es verdadera. 

La multitud se compadece del tributo enamorado y quieren saber más, así que el maldito entrevistador sigue sonsacando detalles, como quien hurga en una caja de tesoros de otra persona, sin su permiso. 

- Eso sí que es mala suerte -opina Caesar luego de la confesión de Peeta Mellark.

- No es bueno -añade Peeta resignado, bajando la mirada. Nuevo suspiro colectivo.

- Bueno, nadie puede culparte... es difícil no enamorarse de una jovencita tan encantadora -ahora lo consuela y agrega-: ¿Ella no lo sabía?

- No hasta ahora...

Claro que Katniss no sabía nada, conozco bien su postura ante un posible romance, me ha dado el portazo en la cara ya dos veces cuando intenté decirle lo que siento y que nos casáramos o nos fuéramos al bosque con nuestras familias. Y aún sin tocarle el tema, ella ha manifestado total rechazo en salir con chicos, tener novio y menos hijos. Su manera de reaccionar ante la confesión también denota que ella no lo sabía hasta ahora. Creo que nunca se había dado cuenta de las miradas del menor de los Mellark, pero yo sí y tampoco lo culpo por ello. Apenas el entrevistador, los espectadores y todos comprendieron lo que Peeta dio a entender con su frase "porque ella vino aquí conmigo", las cámaras apuntaron de inmediato a Katniss, sentada última en la fila de tributos al fondo del escenario. Una gran "O" se formó en su boca y luego la cubrió con su mano mientras sus mejillas se coloreaban del mismo rojo que el vestido, entonces se tapó la cara con ambas manos y bajó la vista, totalmente atónita y tomada por sorpresa. Es obvio que no tenía idea. Puedo ver miradas de sorpresa en varios de los otros tributos también, todos se vuelven a verla. Siento impotencia de no poder ayudarla, de no poder estar ahí para pegarle a Mellark por avergonzarla en público y a quienes la están mirando de forma burlesca como los profesionales. Ahora Katniss no sabe qué hacer, dónde mirar, sabe que todo el mundo la está observando y escrutando en estos momentos... y sé que no le gusta ser el foco de atención. Levanta la vista un breve momento para ver si acaso la están enfocando y al verse ella misma en primer plano vuelve a mirar al suelo, toda confundida. No sabe qué hacer.

 No sabe qué hacer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yo tampoco. Hasta que la pequeña Posy tira de mi manga otra vez, preguntando si Katniss y Peeta son novios. Me pregunta lo mismo cuando sabe que he salido con una chica. "¿Son novios? ¿Se van a casar?", insiste mi hermanita, a ella le encantan estas cosas, sueña con bodas tipo cuentos de princesas, viste con hilachientos trapos blancos su única muñeca y juega a casarla con un payaso de tela que primero fue mío, luego de mis hermanos y por último llegó a manos de Posy. Hace un rato también estaba encandilada con el vestido de Katniss y quiere uno igual para su próximo cumpleaños, pero en amarillo. Con suerte lograré canjear un vestido amarillo desteñido de segunda mano en el Quemador o si me va bien en la caza, conseguiré una buena presa con una buena piel que podré intercambiar por tela para que mamá le haga un vestido. 

Gale y Madge: Fresas en el BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora