Capítulo 36: Amantes Clandestinos

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- Te quiero, princesa -susurro cerca de su oído. No hay respuesta...

Ladeo un poco la cabeza para mirarla y compruebo que Madge se ha quedado dormida. Hace una media hora que empezó a bostezar y cabecear en mi pecho, hasta que finalmente Madge se ha rendido al sueño. En mis brazos. Sonriendo. Es tan hermosa y más cuando sonríe así, sus labios de un suave rosa levemente curvados. Me acomodo un poco pero no me atrevo a moverme mucho, para no despertarla, esto es demasiado perfecto para arruinarlo. Centímetro a centímetro logro deslizarme hasta apoyar mi cabeza en la almohada, semi recostado con esta bella princesa acurrucada en mi regazo. Beso su frente.

¿Cuándo en mi vida me habría imaginado yo que iba a dormir con Madge Undersee?

Jamás lo habría siquiera vislumbrado. La abrazo, estrechándola más todavía contra mi pecho, recostado de espalda en el lecho. Tenerla así en mis brazos es tan gratificante como besar sus dulces labios, como perderme en el mar de sus ojos azules y en el trigal de sus cabellos. Me doy cuenta que esto, dormir con Madge, me satisface y me reconforta tanto como besarla. Mi corazón salta y bombea de pura felicidad dentro de mi pecho. Ojalá Madge no despierte hasta mañana, ojalá pudiera tenerla en mi regazo y vigilar su sueño todas las noches, no necesito sexo con ella para amarla. Cuando Madge se asustó porque mis manos empezaron a explorar bajo su vestido, trazando el borde con encaje de su ropa interior sobre sus caderas, vi su cara de miedo y dudas... y no pude seguir. Si vamos a estar juntos íntimamente, tiene que ser consensuado, no impuesto. Nunca he forzado a una chica a nada conmigo, pero sé que la primera vez algunas están nerviosas y asustadas. Yo no quiero eso con Madge, quiero que ella lo decida cuando se sienta preparada. No voy a forzar la situación hasta entonces.

Siento su respiración pausada sobre mi pecho, mientras acaricio su pelo y la suave piel de su hombro. Valió la pena esperar todo el día para estar con Madge así. No sé si lo merezco, pero lo disfruto. Podría escribir una cantidad infinita de poemas cantando alabanzas a sus ojos azules, a sus labios tan dulces o sus cabellos dorados, dispersos ahora en mi pecho. Por no hablar de toda su piel, blanca y suave como el alabastro pulido. Madge puede ser mi nueva musa inspiradora. Nunca le he escrito poemas a otra chica excepto a Candance. Porque ninguna ha despertado tales sentimientos en mí hasta ahora; me pregunto si Candy aprobará que me enamore de Madge... supongo que sí, porque dijo que Madge necesitaba compañía y protección, pero no me dijo cómo y de qué manera acompañarla y protegerla. Además, en la carta insiste que siga adelante y continúe mi vida, recordándola, que me enamore de nuevo y sea tan feliz como era con ella. Mientras sigo acariciando el brazo de Madge, aspirando el aroma sutil de sus cabellos, supongo que en algún minuto de la noche me quedo dormido con ella reposando sobre mí.




Despierto. Confundido porque no estoy en mi casa, estoy en una pieza extraña; me toma unos cinco segundos darme cuenta dónde pasé la noche... en la casa de Madge sobre la alcaldía. Con Madge en mis brazos, que sigue dormida. Mi princesa. Mi Bella Durmiente. Por un minuto me permito disfrutar y alargar esta placentera sensación de tenerla tan cerca, jugando con un rizo de su cabello, enroscándolo en mi índice. Pero el deber me llama y debo ir a cazar para llevar comida a casa y hacer mis canjes o ventas. Con mucho cuidado empiezo a salirme poco a poco de la cama, ya que Madge está usando mi hombro y pecho de almohada, una vez que deposito su cabeza suavemente sobre el almohadón de plumas y su cuerpo sobre las finas sábanas, no dejo de mirarla mientras me calzo mis botas. Beso su frente otra vez. Bajo por la misma escalera de emergencia por donde Madge me hizo subir anoche, no quiero aventurarme por los pasillos y toparme con su madre o bajar a la cocina y encontrarme cara a cara con Hannah, quizás esté despertando allá abajo en su pieza de servicio.

Gale y Madge: Fresas en el BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora