8-Lo Nuestro es imposible

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Durante toda una semana todo esta tranquilo. Max viene a buscar a Alexa casi a mi hora de ir a trabajar y me la devuelve cuando llego a casa. Con mi hermana somos cada vez mas unidas y con Franco y Marlene somos inseparables.
Hay que añadir al hecho de que tanto mi madre como la de Marlene viven pendientes de la niña.
Estoy mirando el reloj de muñeca un tanto desesperada. Está por ser la hora de ir al trabajo y Max no está asique termino por decidirme por marcarle.
Al tercer tono atiende.
- oye, cuando tienes pensado venir?- pregunto con mi mano libre en mi cintura.
- escuchame bien- me contesta una voz de mujer y esta furiosa. Quisiera no reconocerla pero si lo hago, es esa tal Antonieta. Su nombre en mi boca suena ácida. -que quieres?- pregunto de mala gana.
- deja de molestar a mi marido- dice furiosa- no me conoces, estúpida, no sabes con quien estás jugando- su amenaza no hace efecto en mi, sonrío cinica a travez del celular como si pudiera verme.
-tu tampoco me conoces, querida-digo en tono dulce- ademas el juego es de a dos, no?- pregunto retórica.
-quieres que tu hija esté bien? pues no vuelvas a llamarlo-dice con tono de querer cortar la llamada.
-wow,wow, wow-digo -espera un minuto vaquera, él es el padre de mi hija y tiene tanto derecho como yo a verla y estar con ella-digo enojada por su actitud posesiva.
-no se sabe si es su hija asique no molestes y si quieres dinero solo pideselo, te lo dará- dice y corta la llamada dejandome con la garganta ardiendo de enojo.
Golpeo lo que rengo mas cerca. Una pared.
Esa mujer no sabe con quien se ha metido. De algo me tiene que servir un pasado no muy agradable y estable, no?.
-y papa?- su voz me saca de mi ensimismamiento.
-no ha podido venir, mi cielo-digo sonriendole con cariño. -asique hoy te vienes conmigo, tienes ganas de conocer el lugar de trabajo de mama?- pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.
-si!- exclama. La alzo y me la llevo asi hasta el auto.
-Adios familia!- grito antes de cerrar la puerta. Me siento en el lugar del piloto.- alla vamos- susurro.
Mientras voy por el camino hasta el trabajo voy pensando en lo que dijo Antonieta. No se que es lo que pretende, lo que es segurp es que no se anda con chiquitas y piensa hacer algo muy grande.
Sonrío de lado al tiempo que se me ocurre una idea de como prevenirme.
Llegamos a mi trabajo y camino con mi niña en brazos al tiempo que sonrio a todas las mujeres que suspiran encantadas con mi niña.
-hola Miguel- saludo a mi jefe con dulzura.
-hola querida, al fin traes a tu niña- me sonrie mirando por encima de sus gafas.
-si, no me ha quedado otra opcion- digo.
-pero no hay drama- le quita importancia al asunto-amo a los niños-dice con una radiante sonrisa.
-gracias-suspiro aliviada.
Me siento delante de mi computadora y comienzo con mi trabajo olvidandome de todos mis problemas. Cada tanto miro hacia todos lados buscando a mi hija, siempre esta entretenida con algo.

El rugido del motor hace subir mi adrenalina provocando que mi sontisa se ladee a un lado de mi rostro. La oscuridad de la noche es mi gran amiga acompañada por los reflectores de mi coche. Aprieto el acelerador y el autp corre a estas hpras avanzadas de la noche. Llego al descampado donde estan todos los coches de gente que le gusta lo prohibido y corre clandestinamente. Aparco donde estan todos y me bajo acercandome a Javier.
-puedo hablar un momento contigo?- pregunto en un susurro apenas audible. Asiente con la cabeza serio.
Nos durigimos a un lugar apartado del bosque.
-aue sucede, lu?-pregunta cruzandose de brazos.
-necesito ayuda, como en los viejos tiempos- digo, frunce el ceño intrigado.
- pero tu ya no eres espia-dice- lo dejaste en el momento en wue ese tonto se fue-dice señalando con la cabeza a Max, que esra en la otra punta riendo con unos amigos de el.
-ya. pero " ese estupido" como dices, es el padre de mi hija- digo reprendiendolo levemente. Abre los ojos pero no dice nada, me conoce de sobra, sabe que tengo algo mas que decir.- necesito informacion de su prometida y de todo su entorno. -digo largandolo todo. Este era y es mi plan, ella quiere jugar pues... juguemos.
-hecho-dice con una sonrisa, chocamos manos y volvemos con el resto.
Una vez llegamos y estoy lo suficientemente cerca de Max logro distinguir un moreton el el ojo derecho y el labio partido. me dan muchas ganas de acercarme y preguntarle que le sucedio, pero me contengo. No es momento de sentimentalismos, mi hija está de por medio y no coy a jugar con ella. Respiro hondo y desvío mi vista de su rostro.
-Lu, tienes ganas de jugar una vez más?- susurra Javier. Lo miro con una sonrisa ladeada y asiento.
-pero no tengo acompañante-digo.
-yo te acompaño- interviene Max dejandome petrificada y congelada en mi sitio.
Me esta poniendo en un aprieto y eso lo sabe. Suspiro frustrada y cierro los ojos. Asiento con la cabeza con desgano, dejando ver que me derrotó. Cuando abro los ojos lo miro desafiante y el tiene esa sonrisa llena de superioridad y prepotente que tanto me gustaba. Al verle esa gran sonrisa mostrando los dientes hace que mi corazon brinque y recuerdos vengan a mi memoria recuerdos que creia olvidados y superados.
Miro a Javier diciendole que puede seguir con las aclaraciones que siempre hace antes de una competencia, pero me encuentro con su mirada interrogativa. Le hago una mueca expresando que no me queda otra solucion que aceptar. O abandonar la competencia pero eso sería hacerme mala prensa, y no puedo darme ese lujo ahora.
-Bien!- grita llamando al público. -ya tenemos una pareja para competir, quien desea enfrentarlos y convertirse en el triunfador!?, o en el humillado?- termina en un susurro. No puedo evitar sonreir con suficiencia.
-Yo- dice una voz grave saliendo de la penumbra. Me pongo en puntillas y achico los ojos siguiendo el origrn de la voz hasta que logro ver a un fortachon saliendo como todo un maton de cine desde la oscuridad.
Por el ceño fruncido de algunos, y por las bocas abiertas de otros, puedo afirmar que nadie lo conoce.
-Vale!- vuelve a gritar Javier llamandonos a todos a Tierra. -que comience el juego!- grita dando inicio a un revuelo de gente.
Me voy derecho hasta mi auto ain prestar atencion a Max. Me siento en el lado del piloto y espero a que se suba, en eso mi celular suena.
-si?- sigo cansada.
-Joder, Lucia!- oigo el grito de Marlene desde el otro lado de la linea. -Donde te has metido!?- pregunta susurrando pero me la puedo imaginar gritando y con el ceño fruncido.
-Tranquila, amiga-digo despacio y con voz suave-estoy bien-digo sonriendo.
-te has vuelto loca?- pregunta.
-no-digo frunciendo el ceño-que sucede?-pregunto.
-que sucede?- imita mi pregunta-queres saber que sucede?, pues que has vuelto a hacer lo de antes, has vuelto a tus vicios. Has vuelto a correr! Y sola!- su exasperacion se nota a la legua.
-ya cálmate-le digo cansada-necesito concentrarme si quiero ganar-digo.
-contra quien?- pregunta entuciasmada. Levanto una ceja a pesar de saber que no me ve. Esta chica es rara.
-Contra un tal Favio Lorenci-digo haciendo memoria.
-no!- susurra imprecionada- contra la bestia?- pregunta.
-que se yo, sulongo que es la misma persona, por?- pregunto.
- lo siento querida amiga, pero tenemos una competicion que empezar- interrumpe mi conversacion Max quitandome mi felular y apagandolo.
-pero quien te crees...? sabes que?, olvidalo-digo suspirando frustrada. Se que luego se me va a venir una regañina por parte de Marlene.
Areanco el coche y me coloco en la posicion de salida.
Como todos los corredores que se creen los ganadores arrancan a todo lo que da su coche. Este tal Favio no es la excepcion.
-lo siento-dice recostando su cabeza en el respaldo de su asiento.
-no digas nada- mi voz cortante da sentido a lo que siento por dentro.
-porque me tratas asi?- pregunta haciendose el dolido.
-ah, quieres saberlo?- pregunto cada vez mas furiosa. Estaciono el coche sin importarme que estoy en medio de una competencia. -te fuiste asi, sin mas a Europa por trabajo. Sin importarte mi decision, lo que yo sentia, sin importarte nada. Luego de tres años sin saber abaolutamente nada de ti vienes con una mujer nueva, encima comprometido y me tratas como si yo fuera la culpable de todo. Y Tercero, te empeñas en joderme la vida desde que llegaste. Primero tu y lurgo tu mujercita esa-digo en un susurro.
- que paso con Antonieta?- pregunta captando que lo dije por algo en especifico.
- no importa, si hasta ahora pude sola, voy a seguir pudiendo asique no te molestes en aparecer en mi vida. Solamente para hacerte cargo de Alexa, nada mas. -termino sanjando la conversacion. Miro el mapa de la pista y veo que mi competencia me sacó un buen trecho pero nada que no se pueda lograr con un poco de velocidad y algunos trucos bajo la manga. -sostente del asiento-digo mirando la carretera.
-que?- pregunta sin entender. A modo de indicacion arranco el coche y lo tuerco cosa que quede en dos ruedas. Es peligroso pero no imposible de hacer.
Llego hasta mi competencia y lo saludo desde mi asiento.
Aprieto el acelerador hasta que la aguja del velocimetro marca 270km/h. En cada curva doblo en dos ruedas y luego sugo con esa velocidad.
En cinco minutos no solo deje a mi competencis atras sino que llegué a la meta.
Antes de bajarme miro a Max y le palmeo una pierna.
-ya llegamos- digo- y recuerda. Lo nuestro es imposible.-salgo del coche.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora