21- Compromiso

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Baño a mi hija en silencio, ella parece notar la tension que hay en el ambiente ya que no habla.
La visto como para dormir y la acuesto en la cama.
Momento mas tarde aparece la cabeza de Max en el umbral, le invito a pasar con un asentimiento de cabeza.
-Hoy quiero cenar contigo-me dice Max en cuanto se sienta en la cama.
-no-digo enojada.
-¿porque?-pregunta realmente sorprendido.
-no quiero que intentes convencerme de quedarme, ya sabes la respuesta.No-digo mirándolo con el ceño fruncido.
-no quiero convencerte, ya me quedo claro que eres terca y que quieres ponerte en riesgo-dice con una sonrisa ladeada.
-¡Está mi familia allí!-le grito exasperada.
-vale, vale-susurra-ya entendí.
-me parece perfecto-sonrío satisfecha.
-igual quiero ir a cenar contigo-dice con un brillo juguetón en sus ojos. Ruedo los ojos y asiento.-pues entonces prepárate, en media hora te vengo a  buscar-dice y ain mediar palabra se retira intentando no hacer el mád mínimo ruido.
Abro los ojos mirando aun la puerta, cuando reacciono corro hacia abajo donde estan hablando Alex y mi tío.
-Alex-lo llamo aun cuando estoy bajando.
-¿ahora que?-su cansancio se le nota a la legua.
-estoy muerta-digo exagerando un poco con mi cuerpo-Max me invitó a cenar y no tengo nada decente que ponerme.
-mujer hormonal-susurra Alex.
-Tranquila querida, yo tengo algunaz prendas guardadas de tu madre-interviene Alan. -fijate podrían servirte-se encoge de hombros.
¿Mi...mi madre?¿Voy a poder conocer un poco a mi madre?. Mi transformacion parece evidente porque ambos hombres se miran alarmados y temerosos de que yo estalle en llanto. Es lo que tengo ganas, tengo ganas de llorar.
Asiento con la cabeza como puedo haciendo que Alan dude en su propuesta.
-vamos, no tengo nada que ponerme-digo con la voz un poco afectada.

Alan nos guia hasta una habitacion cerrada que se encuentra en la última planta del edificio. Todo está impecable como si alguien viviera aqui. Las paredes estan adornadas por fotos, diplomas, retratos y demas cosas. En el fondo de la habitacion hay un baul bien cerrado.
-Alan, nunca me contaste donde se encuentra mi padre-digo recordando de golpe muestra comversacion.
-está desaparecido-dice-creo que lo tiene ese hombre, tu...tu padrastro-lo ultimo le sale en un hilo de voz y sin mirarme.
Con Alex nos miramos significativamente pero no acotamos nada.
-querida, ahí tienes, todos los vestidos que usaba tu madre para salir con mi hermano-dice con un deje de nostalgia. Acaricio suavemente su brazo dandole fuerza para seguir a pesar de los recuerdos.

Resulta que mi madre tenia los mismos gusto que yo asique estuve quince minutos sin decidirme que ponerme. Alex, con su mejor gusto para chicas, me eligió uno que me queda divino. escote en la espalda, corto hasta las rodillas y de color rojo.
Alex se ofreció a cuidar de Alexa, asique lo único que me quedó por hacer era esperar a que sonara el claxon de Max.
Despues de estar esperando por diez minutos llega su auto y toca el claxon haciendome sobresaltar y casi correr hacia la salida.
-mi bella dama- susurra con voz ronca Max en cuanto me ve, extiende un brazo para abrirme la puerta del asiento del copiloto. Sonrío con un poco de timidez recordando lpa viejos momentos en los que él se comportaba así.
Aun no me puedo creer que le haya dicho que no en pleno altar a Antonieta, tendría que haber estado allí para ver la escena, no me la quería perder.
Luego de intentar comenzar una charla decente con Max, me di por rendida, él solo miraba con una sonrisa la calle y solo contestaba con monosilabos venidos de su garganta son despegar los labios. Me cruzo de brazos enfurruñada y miro por la ventanilla.
Estaciona el auto, baja y me abre la puerta, en un acto infantil de venganza le piso el pie con mi tacon y paso por delante de él ignorandolo.
Cuando llega a mi toma de manera un tanto agresiva mi cintura evitando tocar mi panza. Revuelo los ojos y hago como que no siento nada.
-no seas infantil, solo quería que fuera una sorpresa-dice en un tono enojado. Eso hace que me remplantee haberle hecho lo que le hice.
-lo siento-susurro.
-perdonada-sonrie-pero... vas a tener que aceptar sin rechistar-no entiendo de que esta hablando hasta que veo el grado de lujocidad del restaurante.
Miro anonadada a Max, el solo sonríe y continua caminando, habla con un camarero y nos guia hasta la reserva.
Me sienta y luego se sienta él. pedimos nuestros platos y luego comienzan nuestras seducciones con la mirada, solo damos insinuaciones con nuestros ojos y sonreimos malévolos cuando el otro entiende a lo que vamos.
La comida llega y con eso el mejor vino de la region.
-ya me conoces asique debo suponer que ya sabes que esto es mas que una cena-dice poniendose de golpe nervioso y morando hacia todos lados como pidiendo ayuda. Yo no ayudo mucho quedandome mirandolo de forma fija pero es tanta la intriga que no me queda otra.
- si te conozco, pero no se a donde quieres llegar-admito. Larga todo el aire contenido y eso me hace suponer que yo no debía saber a que vinimos. Eso me da más intriga aun.
Extiende sus manos instandome a que le imite, lo hago y entrelaza nuestros dedos.
-veras-dice y hace una larga pausa. De los nervios me dio sed, quito una mano y tomo la copa, la llevo a mis labios y cuando estoy bebiendo el decide hablar. -quisiera pedirte que... te cases conmigo-pide en un susurro. De la impresion y de la sorprsa escupo todo el vino, logro tener un acto reflejo y giro la cabeza pero eso no deja de significar algo feo, algo que no estoy pensando. Me limpio con una servilleta y cuando me atrevo a mirar a Max él está con una cara lívida.
Le tomo rápidamente las manos y lo miro.
-si, si quiero Max-digo con una gran sonrisa-solo me tomaste de sorpresa-me excuso.
El color vuelve a su rostro y besa mis manos. Saca una cagita de terciopelo rojo y la abre enfrente de mi, Es un precioso y fino anillo de oro.
-es hermoso-no puedo evitar comportarme como toda una embarazada hormonal.
-algo lindo para una linda chica-dice citando la primera frase qie cruzamos cuando nos conocimos. Sonrío recordandolo.
De golpe me cae la cuenta de algo.
-Max, estoy embarazada-digo con un tono asustado.
-ya,¿y?-pregunta.
-como que y... no puedo tomar vino-digo dandome cuenta de nuestro gran olvido.
Agranda los ojoso y llama al mesero. Le pedimos agua y el resto de la velada sigue normal y nos reimos de nuestro pequeño desliz.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora