15- Huyendo

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No puedo creer que tenga ese descaro, esto es inadmisible, por lo menos para mi orgullo.
-dejalo ya-me interrumpe la voz de Marlene-sabías que iba a hacer eso.
Claro que lo sabía, pero tenía la esperanza de que no lo hiciera. Suspirando arruvo esta carta de invitacion a su boda. Maldita.
Hace una semana que volvimos y enseguida esa arpía de Antonieta me entregó con una resplandeciente sonrisa esta puta carta.
Estamos en el bunker de Javier tratando de encontrar mas informacion sobre la misteriosa Antonieta. Estamos estancados, no logramos encontrar nada, absolutamente nada.
Con respecto a Max, todo volvió a cero, ni nos miramos a los ojos, luego de esa segunda ronda de sexo desenfrenado no volvimos a tocarnos, ni siquiera para saludarnos como personas civilizadas.
-deja de golpear la mesa, me pones nerviosa- exclama Marlene haciendome volver a la realidad y mirarla estupefacta. Alza una ceja y yo me cruzo de brazos para no volver a tener esa tentación.
-Me voy- digo una vez me levanto. Siento mi estómago recolverse pero lo ignoro.
-¿A donde?-pregunta con el ceño fruncido Marlene.
-no lo se, solo se que me voy. Tengo dinero ahorrado, puedo sobtevivir un tiempo, despues buscaré trabajo. -digo seria, ya lo tengo decidido.
-pero... ¿porque?- pregunta levantandose igual que yo.
-porque no quiero ver como Max se casa con otra sabiendo lo que sabemos.
-entonces,¿porque no le dices?-pregunta Javier entrando en escena.
-no es facil, no me creería, ademas es su prometida-digo exasperada. Me quiero ir ya.
-Estas huyendo- me acusa Marlene.
-lo se.-es todo lo que digo antes de irme cerrando la puerta de un portazo.
Mientras corro por las calles desiertas hasta la que considero mi casa, un nombre no se quiere salir de mi cabeza, el apellido de Antonieta. Ella firma esta invitacion con otro apellido. Ella pone Antonieta Carter en lugar de Shaddon.
¿Que pretenderá? me pregunto. Por que justo con Max se tuvo que meter considerando que hay famosos y millonarios a quienes estafar. Algo se me escapa y no sé que es.
Llego a casa y como me lo esperaba todo está en silencio, la mamá de Marlene trabajando, Franco vete a saber tu donde, Alexa con su padre y Marlene esta con Javier.
Preparo mi bolso lo más rápido qud puedo, tomo algunas cosas importantes comp el celular, la billetera, la computadora y un modem. Escondo el bolso debajo de la cama y espero a que regrese Max.

Tocan la puerta y salgo pitando para allí, la abro violentamente, tomo a mi hija en brazos e intento cerrar la puerta pero uma fuerza me lo impide.
-¿Que quieres?,¡Largate!-le grito frustrada a Max.
-¿Pero que coño te sucede?-pregunta realmente extrañado. No lo se, la verdad es que no se porque me comporto así. Suspiro y lo miro a los ojos.
-ya terminó tu hora, ahora vete-digo lo más calmada que puedo.
-Es por lo de la invitación,¿verdad?- pregunta con el ceño fruncido.
-en parte-admito-es que es tan agradable que alguien a quien amas se case con otra persona y emcima esa persona es alguien tan perverso como lo es Antonieta. Si, es muy agradable-soy lo más sarcástica que puedo.
-vale qus a ella no le gusten los niños pero no es perversa-la defiende.
-¡Vete!-Exclamo furiosa.
-¿y ahora que hice?-pregunta alzando los hombros. Lo miro lo mas furiosa que puedo y estampo la puerta en su rostro.

Espero a que se vaya, tomo laz cosas y me largo de aqui. Tendría que dejar una nota pero temo que Max la encuentre o se lo digan. Prefiero mandarles un mensaje a todos.

Ya en el aeropuerto estoy esperando a que me atiendan. Luego de media hora es mi turno.
-diga-la voz monótona del empleado me vuelve a tierra.
-em.. si, un pasaje al Caribe- digo.
Pago lo que me dice y espero a que dentro de otra media hora llegue al aeropuerto con destino al Caribe.
En la espera juego con Alexa, paseo con ella por el lugar sacando miles de suspiros a todas las mujeres que me rodean.

Ya en el avion me coloco lo mejor que puedo con Alexa en mis piernas, le pongo alguna pelicula de dibujos  y yo me coloco los auriculares olvidándome del mundo y centrándome en la musica.
-Todos los pasajeros con destino al Caribe por favor vayan preparandose.
Quito mis auriculares, cierro el bolso, apago la tele y me quedo sentada a la espectativa de que el avion llegue a la pista. Una vez el avion se queda quieto soy la primera en levantarme y como tengo una bebé me dejan el paso.
Bajo y lo primero que me golpea es el fuerte sol, de una de las playas caribeñas.

Busco un hotel, uno desconocido que no haya casi gente. Luego de caminar, preguntar, y fijarme en los panfletos encontré el ideal.
Está cerca de la playa pero no es muy concurrido al ser que está lejos de la zona turística y del centro comercial.
-Disculpe, una habitacion-pido.
-¿Cuantos son?- pregunta una mujer mirandome a traves de sus gafas.
-una bebé y yo-digo.
-lo siento, no hay lugar-responde y vuelve a teclear de lo mas normal en la computadora.
Impotencia, eso es lo que me genera esta mujer.
Golpeo fuertemente una mano en frente de sus ojos haciendola sobresaltar y que fije sus repugnantes ojos en mi.
-¿Disculpe?, este lugar está casi vacío. y usted no me deja halojar porque llevo una bebé- exclamo en voz normal, pacífica. Eso en alguien que me conoce significa qud la tormenta está por venir.
-No se admiten niños en este lugar, búsquese otro-dice despachándome hacia afuera.
Abro los ojos terriblemente furiosa, estoy por gritarle unas cuantas palabras no muy bonitas cuando alguien me toma el hombro haciéndome girar violentamente y con ganas de mandarlo a Júpiter.
-Tranquilícese, soy el gerente-responde.
El señor tendrá unos cincuenta y tantos años, canoso, bigotudo y panzon.
-Entonces usted podría explicarme porque es que esa señora no ddja halpjar a madres con bebés. -digo saltando un poquito para acomodar a mi hija y de paso hacerle acto de presencia.
El señor carraspea y susurra.
-Este lugar es para magnates que no quieren ruidos extraños ni llantos estruendosos.-susurra. Abro la boca para reclamar pero no me deja, continúa hablando-pero haremos una excepción, esta niña parece tranquila-dice sonriéndole a Alexa quien sonríe mostrando sus dientecitos.
-Saluda al hombre, mi amor-digo besándole la cabecita.
-Hola- susurra mordiendose un dedo provocando la risa del señor panzon.
-Síganme-dice pasando por alto a esa horripilante mujer.
Nos metemos en un ascensor y llegamos al tercer piso. Recorremos un pasillo largo y llegamos a una puerta. Recordar:pedirle un mapa y un GPS al gerente.
-Aquí es señorita-me dice abriéndome la puerta. -¿Su nombre?
-Lucía Fox-digo.
-Soy Alan Sprousse-dice sonriendo mostrando sus amarillos dientes. Interiormente anoto buscar informacion sobre este señor. Su apellido me resulta familiar, no puede ser coincidencia.

Siempre fuiste tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora