Andrés observa los cerros desde la ventana de su estudio. La mujer, detrás de él, insiste una vez más con la esperanza de hacerlo ceder, de convencerlo:
—No sé por qué te niegas si has pintado muchos retratos antes. Andrés se da la vuelta y dice:
—Ahora no quiero pintar retratos.
—Pero por qué.
—No sé, Angélica, no quiero.
—¿Es algo personal?
—No, no es eso.
—Si tienes algo contra mí, dímelo.
—No lo tomes así.
—¿Y yo qué te he hecho para que te niegues a pintarme?
—No tengo nada contra ti, ya te lo dije.
—Entonces píntame. Si lo que te estoy ofreciendo no es suficiente...
—No es cuestión de dinero.
—No entiendo nada, Andrés.
—No quiero pintar retratos, eso es todo.
—No te creo, es algo personal, estoy segura.
—Estás equivocada.
—Siempre te gustó pintar retratos, sabes que tienes un talento especial para eso.
—Ahora estoy metido en otra cosa.
—En qué.
—Estoy preparando mi próxima exposición.
—Y qué, eso no te impide sacar una tarde para pintar un retrato.
—Pero es que no quiero hacer retratos, qué de malo hay en eso...
—¿Es por lo que pasó entre nosotros?
—Eso no tiene nada que ver.
—Si no funcionó no fue por culpa mía.
—Ya hablamos de eso muchas veces, Angélica...
—Entonces dime por qué no quieres pintarme, dame una explicación.
Angélica empieza a llorar en silencio, sin gemir, sin secarse los gruesos lagrimones que le caen por las mejillas. Dice:
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Satanás - Mario Mendoza
General FictionSinopsis Una mujer hermosa e ingenua que roba con destreza a altos ejecutivos, un pintor habitado por fuerzas misteriosas, y un sacerdote que se enfrenta a un caso de posesión demoníaca en La Candelaria, el barrio colonial de Bogotá... historias qu...