CAPÍTULO SIETE: LA VIDA ES ASÍ. (Primera parte)

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El padre Ernesto respira hondo el aroma de las flores del patio y le pregunta a la señora Esther, que lo mira con respeto y veneración:

-¿Cómo sigue ella?

-Igual, padre.

-¿Está yendo al colegio?

-No, padre, la retiré para evitar rumores y chismes. Las compañeritas ya empezaron a comentar cosas y a hacerle preguntas. Usted sabe cómo son las niñas a esa edad.

-¿Permanece todo el día en la habitación?

-Sí.

-¿Come normalmente?

-A veces sí y a veces no come nada. Según.

-¿Está siempre en trance?

-No, padre, que Dios se apiade de nosotras, eso sería lo peor. Por lo general las voces llegan en las horas de la noche.

-Y qué dicen las voces.

-Usted ya las escuchó, padre.

-¿Hablan de mí?

-Sí, padre.

-¿Qué dicen?

-Que tiene miedo, que sabe que va a perder, que es un cobarde.

-Qué más.

-Y que está sucio, que está en pecado. Pero yo sé que todas son calumnias, padre, no vaya a pensar que nosotras creemos esas cosas de usted.

-¿Alguien más sabe de esto?

-La muchacha que está conmigo ayudándome. Somos las tres.

-¿Qué dice su hija durante las horas del día?

-No recuerda, es como si fueran dos personas diferentes que llevaran dos vidas separadas. Me dice que quiere volver al colegio y tener una vida normal. Me parte el corazón verla así, pobrecita.

-¿Y ha notado en ella algún cambio físico?

-Sí, padre, tiene la menstruación constantemente. No se le quita.

-¿Sangra todos los días?

-Sí, padre.

-Esta pregunta que le voy a hacer es muy importante, doña Esther: ¿ha escuchado que su hija hable en otros idiomas?

Satanás - Mario MendozaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora