Los días pasaban lentamente, sentía la ausencia de Vian como un cuentagotas, no deseaba evidenciar mi ansiedad preguntando a mi padre por su regreso, aunque prestaba atención a cada conversación solo para enterarme de alguna información.
Me encontraba en mi habitación hablando con Julia cuando mi padre me llamó con insistencia desde su oficina, a unos metros.
La puerta estaba cerrada, golpee tres veces, lo escuché invitándome a pasar, abrí lentamente y me asomé.
—Pasa mi amor— Dijo él.
Al entrar me encontré con la sonrisa de mi padre, las palmas de sus manos descansaban sobre el escritorio donde apoyaba su espalda, sentado junto a él reconocí a Vian, que se giró para saludarme.
—Qué sorpresa— Admití.
Vian me miró a los ojos y me desarmó con una de sus sonrisas.
—Hija— Interrumpió mi padre invitándome a sentarme con un gesto —Me gustaría que hablemos de algo—
Me acerqué a Vian, apoyé mis labios en su mejilla y le di un beso, de esos que atesoraría en mis recuerdos, no porque haya sido especial sino por lo bien que me hizo sentir dárselo.
—Bienvenido ¿Cómo te ha ido?— Le pregunté.
—Bien, gracias— Respondió amablemente.
—Me alegro. Dime ¿De qué quieren hablarme?— Pregunté a mi padre, sintiéndome completa y entusiasmada.
—Sabes que me siento feliz de que estés de regreso, pero como tu padre tengo responsabilidades— No sabía por qué pero no me sonó nada bien —No puedo dejar que pierdas el año escolar—
Definitivamente no me gustaba nada lo que estaba escuchando.
—Papá, yo solo quiero recuperar el tiempo que nos sacaron— Contesté apesadumbrada, eligiendo muy bien las palabras y la emoción, para remarcar que solo era una víctima de las circunstancias y merecía disfrutar de mi regreso –La escuela me demanda mucho tiempo, no solo por asistir, debo estudiar todo el día—
—Lo sé, sé que eres una alumna aplicada— Miró la pila de carpetas que tenía sobre su escritorio, no podía creerlo, eran mis cosas, me sentí abochornada, sobre todo porque se encontraba la carpeta empapelada con fotos de muchachos semidesnudos, froté mi frente con la mano, me sentía realmente apenada.
—Ya he hablado a una escuela que se encuentra cerca y es excelente su nivel, estarán felices de incorporarte—
—Papá solo quedan cuatro meses de clases, no voy a incorporarme ahora, no me pidas eso, el año que viene repetiré el año, no es gran cosa—
—Por supuesto que no, no perderás un año de estudio— Su voz fue firme pero su gesto se suavizó, no deseaba forzarme luego de mi ruego —En todo caso, veré si puedes rendir los finales en las mesas de fin de año—
—Me parece justo— Accedí, era lo mejor que podía negociar.
—Hija, hay algo que necesito que tengas en claro— Su expresión era más serena —Como tu custodio personal, Vian te acompaña en todo momento, claro que dentro de la escuela no es necesario, pero a cada reunión y salidas—
Las palabras "Custodio Personal" me resultaron violentas y confusas, necesité un momento para comprender lo que ocurría, miré a Vian y él me devolvió una mirada cautelosa, me levanté y me dirigí hacia la puerta.
—¿Desde cuándo tengo custodio personal?— Las palabras salieron de mi boca sin pensarlo, clavé mis ojos al piso.
—Desde que has llegado— Respondió mi padre — No es por nada en particular, solo deseo cuidarte, hay muchos curiosos y yo me siento más tranquilo si se encuentra contigo—
![](https://img.wattpad.com/cover/57572669-288-k788122.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Si supieras
Teen FictionConocer a tu ídolo Descubrir que es tu padre... Mell es una joven adolescente con una vida ordinaria y simple, la única diferencia es la ausencia de su padre y el manto de misterio que su madre se dedicó a tejer sobre él. El camino de su búsqueda...