Regreso

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Abrí los ojos en plena oscuridad, el rugido sordo del motor delataba el viaje, estaba enterada que pasaríamos la noche en el camino, debíamos llegar a tiempo para devolver el colectivo, la sola idea me hizo retorcer el estómago, había pasado más tiempo en ese lugar que en la Finca y aún no me acostumbraba a la idea de hacerla mi hogar, la sensación que me embargó fue tan extraña y poderosa que necesité levantarme.

Pasé por las camas cuchetas, vi la sombra de Vian durmiendo y desee que estuviera despierto, me acerqué a Saúl, quizás le agradaría tomar café, yo prefería una gigantesca taza con té de Tilo.

Mi sorpresa fue grande cuando vi que detrás del volante se encontraba Vian, nunca había visto a nadie más conducir, Saúl era muy celoso de su lugar.

—¿Cómo te encuentras?— Me preguntó clavando por un momento sus hermosos ojos en mí desde el espejo retrovisor.

—Me he despertado y no logro conciliar el sueño nuevamente, venía a ofrecerle una taza de café a tu padre, pero debería ofrecértela a ti— La risa de Vian se sintió tan nerviosa como inesperada.

—¿Has oído alguna vez sobre la Ley de Atracción?— Dijo con su mirada distante, en la carretera.

—Sí, he escuchado algo, siempre me visualizaba abrazada a mi padre con la esperanza que se realice mi deseo. Podría decir que funciona, aunque me llevó más tiempo del que esperaba—

—Bueno, yo cada vez estoy más convencido, tenía tantas ganas de tomar un capuchino que empecé a imaginar el aroma, el sabor. Dicen que esta ley no funciona con otras personas, pero aquí estás, ofreciéndome el café que tanto esperaba—

—Bueno, gracias por despertarme— Bromeé mientras reímos despreocupados, el motivo de mi despabile no venía al caso.

Las horas pasaron rápidamente gracias a un amplio repertorio de preguntas que sorprendentemente Vian tenía para hacerme, hablé sobre lo extraño que era volver a hacer el mismo recorrido hacia la Finca con una realidad tan distinta, mis gustos en la lectura, los géneros de películas, mi padre y mi visión poco objetiva como su fan, en ningún momento mencionó a mi madre, sabía que aún necesitaba tiempo.

—Me alegra haber podido compartir toda esta experiencia de la gira, realmente fue increíble— El solo pronunciar la palabra fue hizo que el miedo se apoderara de mi estómago.

—Oye, esto no ha terminado, solo cosas buenas te esperan a partir de ahora— Me aseguró con una mirada fugaz, para volver sus ojos a la carretera, que aún así, tan rápida, la sentí como una ola que me traspasó haciendo vibrar las fibras de mi ser.

—Sí, como una pila de exámenes— Recordé para no sumergirme en mi embeleso por él.

—Todo irá bien, eres muy aplicada y tienes prácticamente todos los temas sabidos, no tendrás problemas—

—Bueno, ya me enfrentaré con el monstruo en su momento, uno nunca sabe, la vida es como una caja de bombones—

—Muy profunda tu filosofía— En sus ojos clavados en la ruta pude ver un brillo distinto, sus pómulos levemente elevados evidenciaban una sutil sonrisa.

—Una gran película Forrest Gump —

—A mi madre le gustaba. Le habría encantado verte de vuelta, siempre hablaba con mi padre de ti, de lo grande que estarías, que ya irías a la escuela, cada cumpleaños tuyo ella prendía una vela durante todo el día, nunca perdió la Fe—

—Me habría encantado conocerla. Tu padre la ama mucho ¿Verdad?—

—Sí, siempre la ha amado, eran muy buenos compañeros—

Si supierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora