Camille. |h.s|

19.

Parece como sí todo se hubiese detenido a mi alrededor, ¿Acaso esto es real? Si, lo era.

Harry mueve lentamente sus labios, al compás con los míos. De un momento a otro reacciono y me separo de golpe. Me siento un tanto apenada y nerviosa, lo único que hago es dar media vuelta y agachar la cabeza.

-¿Por qué hiciste eso? -Cuestiono un tanto temerosa-

-Te lo dije antes, siempre me has pertenecido.

-¡No! No mientas... -Levanto un poco la voz-

-Camille, por primera vez te soy sincero.

Volteo a verlo y su cara no muestra ninguna sonrisa, todo lo contrario, sólo mientras total seriedad.

-¿Por qué debería creerte? Nunca me has dado una razón.

Tal vez sueno un poco dura, pero no era para menos.

-Porque por alguna razón, cuando te veo salir con Liam o hablas con él, siento que me hierve la sangre, y quiero golpearlo a él o a cualquier otra persona que se acerca a ti...

Lo miro detenidamente, ¿acaso estaba celoso? Si, lo estaba, y me era increíble creerlo.

-¿Estás celoso?

-No, no lo sé... Quiero decir, sólo tengo este sentimiento contigo, Camille.

Mis manos sudan y Harry sólo toca su cabello, me cuesta creerle, pero por alguna razón me es increíble, el sentía celos de Liam, ¿Eso quería decir que me quería?

No quiero ceder tan fácil, la emoción y mi amor es tan grande por él que soy capaz de dejarlo todo por su cariño. Pero, ¿Y si es otro de sus juegos para herirme?

-Harry, ¿Esto es un juego para ti?

-No, Camille. -Gruñe con desesperación- Yo jamás había dicho algo como esto a alguien, y contigo lo estoy haciendo.

Lo miro y quiero ver más de sus ojos, pero lo único que demuestra es naturalidad, seriedad total en sus palabras y movimientos.

Pero si en verdad sus palabras eran ciertas, de alguna u otra forma no cedería fácil. No con todo lo que me ha hecho pasar.

Yo, no podía creerle, no lo haría, no esta vez.

-Lo s-siento Harry, pero no p-puedo creerte. -Mis palabras salían difícilmente, lo único que quería era dejar todo a un lado, correr a besarlo y aceptar su cariño-

Él me mira con asombro y ahora no sabe que decir.

-¿Qué? Camille, te estoy dando a conocer lo que siento. ¿Y dices un simple "Lo siento"? -Su enojo es vidente ahora-

-¿Y qué quieres que haga? -Levanto la voz- Después de todo lo que me haz hecho, ¿esperas qué salga a tus brazos corriendo aceptando lo todo?

-¡Si! Así funciona, es lo que siempre haz querido ¿no? -Suelto una risa sin humor y quiero golpearlo por aquello-

-No, las cosas así no funcionan, si lo que dices es de verdad, demuéstralo. -Suelto un suspiro- Demúestrame que aún vales la pena, y te juro que me arriesgo.