Camille. |h.s|

26.

*Narra Harry*

He salido de la casa echo una furia, ¿cómo es qué siquiera se dió cuenta de lo qué pasó?

Lo estoy hechando a perder todo, y gracias a mi rapidez y calentura de Jenny. ¿A caso soy tan débil por haberme dejado caer por aquella mujer y sus mamadas tan buenas qué hace?

Debo enfocarme, debo hacer esto sin distracciones, o de lo contrario Camille se dará cuenta.

No quería esto, no está vez. Todo marchaba de acuerdo a lo planeado, y ahora ella estaba dudando de mí una vez más.

Suspiro y me calmo, me siento en una banca del parque al que vine con Camille la vez que la abandoné. Los recuerdos me invaden, pero los borro de inmediato.

Sé que Camille es una buena mujer pero no para mí, y ni yo para ella. Simplemente éramos diferentes, es una pena que tenga que hacer todo esto de ésta manera. Yo se lo advertí, le dije que me diera el divorcio o que me dejara ir; Pero se negó y ahora aquí las consecuencias.

La verdad que lo que ha pasado hace unas semanas con Camille no me lo esperaba de ninguna manera. Fue diferente, fue distinto a toda la mierda que he pasado con otras mujeres, ella realmente está feliz, lo estaba.

Y yo sin duda me sentía extraño al hacer y tener todas esas cosas con Camille. Desde los besos, las caricias y el sexo. Realmente espero que no esté encariñandome con ella, o que llegue a sentir algo.

Y es que sólo de recordar la manera en que Liam la tenía y pasaba momentos con la rubia, siento que la sangre me hierve del enojo. Y no son celos.

Después de pasar éste tiempo con Camille, sólo espero que ella no me odie, aunque será imposible. Sé merece algo mejor y definitivamente yo no puedo darle lo que ella quiere; mi amor.

Todo estaba planeado, pero las cosas que pasaron salían al natural, absolutamente todo. Esa chica es la única que puede hacerme explotar, y al poco tiempo me tiene como si nada hubiese pasado, y realmente no lo entiendo.

Reflexiono una vez mas lo que voy a decir y decido regresar a casa; conociendola seguramente estará triste, pero sólo yo sé como volver todo a la normalidad.

(...)

Al entrar a la casa no noto movimiento alguno, tal vez Camille está en la habitación. Cuando estoy por subir las escaleras escucho un estornudo, que proviene del patio trasero. Camino hacia allá y lo primero que noto es que Camille está incada sobre el pasto; Sus rodillas están llenas de tierra, ya que está plantado algunas flores de color carmín.

No puedo evitar quedarme parado allí viéndola, mientras ella está distraída y arruga su nariz al no poder plantar su flor.

Sonrió de lado y algo dentro de mí se siente fatal al hacer ésto. Pero no hay de otra. Rápidamente tomo mi postura y la sonrisa se me borra.

Es hora de la realidad.

-Camille. -La llamo y ella me voltea a ver-

No me dirige palabra alguna, por lo que es más que obvio que está enojada o triste, sepa Dios.

Me acerco más a ella y tomo asiento en una de la banca del jardín.

-Camille, vamos, por favor... -Ruego-

-¿Qué es lo qué quieres Harry? -Dice y sigue plantando su flor-

-Quiero hablar de lo sucedido.

-No tienes nada que decir.

-Si, si tengo. Yo, lo siento, metí la pata y lo sé. Es sólo que yo no estaba en mis sentidos.

-Esa es una e-excusa más. -Noto como su voz se entre corta-

-Tal vez la sea, pero yo solo quiero que me dejes explicarte. -Ruego a Dios porque no se ponga más complicado ésto-

Ella me mira por primera vez y sus ojos están totalmente rojos. Algo dentro de mí se siente mal por aquello.

-Habla. -dice de repente-

-Ayer fui por lo papeles con Michael, los lleve a la oficina y después sólo fui por un trago. No me di cuenta de la hora y mucho menos de cuanto había bebido.

Miro a Camille y ella mantiene la vista fija en mí.

-Cuando estaba por irme, una mujer se me acercó, me habló y fue muy amable, pero cuando ya no daba para más; me atacó el cuello sin explicación alguna, desde luego me alejé. Pero ya era demasiado tarde, había dejado estos chupetones en mí.

Miro a Camille una vez más y no tiene expresión alguna en su rostro. Ahora si cruzo los dedos porque me crea.

-De verdad Camille, eso fue lo que pasó. -Sigue sin decir nada y creo que es hora del segundo plan-

Me levanto de mi lugar y la veo a los ojos.

-Te dije todo lo qué pasó, todo dependerá de ti si me crees o no, Camille. -Doy media vuelta y empiezo a caminar-

-¡Espera! -Grita-

Sonrió un poco y doy regreso la vista a la rubia.

-¿Eso fue todo? -Su mirada expresa un poco de alivianes- ¿No pasó nada más?

-No, Camille. Fue todo lo qué pasó.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo, amor. -Soy una mierda de persona, de eso estoy seguro-

Ella se levanta del césped y corre hacía mis brazos. Automáticamente los abro y la enredó en mí. Esto no me lo esperaba, pero resultó todo bien, y espero que así siga.

-Lamento haberte juzgado de esa manera. -Susurra y baja la mirada-

-Descuida, fue culpa mía por no haberte explicado todo. -Tomo su mentón sobre mis dedos y la miro, ella se sonroja y al instante depósito un beso en sus labios-

-Estar contigo es lo mejor que me ha pasado, Harry.

Sus ojos están llenos de entusiasmo, y no se que responder a eso. Sólo me limito a besarla una vez más y creo que eso la mantuvo feliz.

-Deberíamos entrar, se está poniendo fresco el día. -Digo mirándola-

-De a cuerdo.

Ambos entramos a la casa y nos dirigimos al gran sofá café. Ella se acomoda sobre mi pecho y enciende el televisor.

-Te amo, Harry.

Oh mierda. ¿Le respondo lo mismo? Si no lo hago todo podría ser aún más peor de lo que ya es, y es un lujo que no me puedo dar, sin duda alguna.

-También te amo, Camille. -Le depósito un beso en la frente.

-Después de todo, vamos a estar juntos por mucho tiempo, Harry. -Dice la rubia-

Mi vista se pierde en un punto cualquiera y solo me queda responder al algo que no quiero y que eso sería el plan después de todo.

-Así es preciosa, hasta que la muerte nos separe.