Camille. |h.s|

30.

—¿Estás bien aquí, cariño? —Dice mi madre mientras me deja en la sala de estar—

—Estoy bien. —No tengo expresión alguna—

Estar en ésta maldita silla de ruedas es lo peor, no sólo no puedes caminar, si no que también tienes que ser una molestia para los demás.

—¿Necesitas algo?

—No, gracias mamá.

—¿Agua, comida, ir al baño? —Dice muy amable—

—No, de verdad.

—¿Segura? —Su última insistencia bastó para explotar—

—¡Que no, maldita sea! —Grito y mi madre se sobresalta— !Dios! Estoy bien ¿si?

—De acuerdo. —Ésta dice apenada y se retira de mi vista—

Sé que mi madre tiene las mejores intenciones del mundo, pero desde que salí del hospital nada es lo mismo, tan solo han pasado dos días y esto ya parece un infierno para mí. Sé que he estado muy irritante y un tanto grosera con todos, pero no es con intención, simplemente me sale al natural.

No quiero, yo no soy así, y esto me empieza a molestar; Supongo que la peor parte se las han llevado mi madre y Hershel, sin duda alguna.

Lo único que hago en ésta esquina sentada es pasarla de lo peor; Pensar qué he hecho mal en mi vida, ¡por Dios! Tuve el peor castigo de todos, no simplemente me casé con un hombre el cuál no me amaba, si no que también tuve que vivir la pérdida de mi bebé. ¿Qué ha hecho mal él? Era solo un personita, no sabía de maldad alguna, no tenía la culpa de nada. Absolutamente de nada.

Y hablando de Harry, no he sabido nada de él desde que se fue del hospital, aparte de que no puedo subir a la que una vez fue nuestra habitación no se si haya sacado todas sus cosas de aquí, no quiero preguntarle nada a mi familia y ellos no me han comentado nada tampoco, supongo que así está mejor.

Me duele el saber que no me volvió a buscar, que no hizo el intento, tenía la esperanza en él; Pero personas así ya no cambian. Fui una tonta al estar con él todo este tiempo, sabiendo lo que hacía a mis espaldas, era más mi amor por él que por mí misma. Jamás me respeté, no tuve ni un poco de amor por mí, y aquí están las consecuencias; Admito que me duele el alma que ya no esté más aquí conmigo, pero se fue, y eso fue lo mejor para ambos.

No puedo evitar que unas cuantas lágrimas resbalen por mis mejillas, duele, duele mucho. Las limpio y sorbo mi nariz, a Harry no le gustan las mujeres tiernas, ni mucho menos las que lo aman de verdad; Un gran cambio se acerca, eso será más que obvio.

(...)

*Narra Harry*

He estado aquí sentado viendo la televisión sin siquiera prestarle atención, no tengo ni la mínima idea de lo que dicen. Sólo pienso en alguien; Camille.

—¿Estás bien? —Pregunta el moreno—

—No, o sea, no quiero perderla si es a lo que te refieres. —Susurro— Yo... Yo de verdad la extraño, Zayn. —Mi voz se entrecorta—

Sé que fuí un verdadero idiota y poco hombre para haber dejado ir aquella rubia, y es que ahora solo yo sé cuánto me arrepiento de haber sido como lo fui.

No dejo de pensar en la última vez que la ví, justo como alguna vez quise verla; hecha pedazos. Ahora me arrepiento de ello, de cada momento que la hice llorar, cada momento que la negué; Es demasiado tarde eso es evidente.

Justo ahora la extraño mucho más de lo que quisiera; extraño tanto su forma de hablar, su aroma que tanto me encantaba, extraño su voz llamándome Hazz y yo que tanto lo odiaba pero adoraba como salía de su boca, extraño verla tomando fotos con su cámara, lo que alguna vez odie ahora lo extraño inmensamente. Creo que siempre me gustó Camille y no lo quise ver, estaba cegado por el coraje de haberme casado con alguien a quien no toleraba, y justo ahora es a quien más extraño y quiero ver cada minuto de mi puta existencia. Ahora simplemente la quiero, la adoro y la amo más que a nada.