Camille. |h.s|

22.

-Me miró como si fuese un monstruo, me sentía fatal de sólo verlo. -Su voz se cortó-

-Camille, no fue tu culpa y lo sabes, tú sé lo advertiste, y él lo aceptó. -Dice Harry tratando de calmar a la rubia-

-Es que no es eso simplemente, de verdad me siento mal por él. No quería que eso pasara, no de esa manera.

Camille sé acomoda en la cama mientras quita sus pequeños zapatos de sus pies. Por otro lado, Harry estaba secando su cabello con una toalla, mientras otra estaba alrededor de su cintura. Toma de un cajón un bóxer color negro, y entra al baño nuevamente para ponerse su ropa interior.

Había pasado alrededor de tres horas desde que llegó de la casa de Liam, o mejor dicho, desde que fue echada. Sólo se limitó a llorar, no podía contárselo a nadie, debido que Harry no estaba en casa y no tenía amigos en Nueva York.

Cuándo escuchó la puerta abrirse, sé lanzó automáticamente a los brazos de su marido, éste la observó y al instante identificó el por qué lloraba. La abrazó fuertemente, mientras depositaba un pequeño beso en su cabellera rubia.

Después de ello, Harry la invitó a comer, pero Camille simplemente no quizo salir de casa. Se sentía fatal con Liam y con ella misma. ¿Qué clase de persona hace lo que ella acaba de hacer? Es claro que Camille jamás había hecho algo así. Tal vez Liam tenía razón en lo que dijo; Ella era igual a Harry después de todo.

-Sabes, deberías tomar un baño y relajarte. -Habla tranquilo Harry-

El simple hecho de hablar de Liam a Harry le molestaba e irritaba. Pero no podía hacer nada, ya que decía algo terminaría peleando con Camille; y es lo que menos quería, no en ésta noche.

Camille lo mira por un instante y después de ello le regala una sonrisa a él rizado. Éste le sonríe de vuelta y sé acerca a ella.

-Tal vez tengas razón, sólo debo tranquilizarme, tomar un baño y así despejar todo lo sucedido con Liam. -Habla Camille y sé levanta del colchón-

-Es lo mejor, y después de ello, puedes venir a la cama conmigo. -Harry sé acerca más y sé para frente a la chica- Prometo darte un buen masaje. -Le sonríe pícaramente, lo que provoca que el rostro de Camille sé ponga rojo-

La toma por la cintura y la acerca más a su cuerpo, está da un respingo y comienza a temblar.

-¡Harry! -Chilla- Basta. Me iré a tomar una ducha. -Dice rápidamente y Harry suelta una carcajada-

Camille empieza a caminar pero al instante Harry la toma de la mano y la vuelve a acercar a su cuerpo. Los dos sé miran fijamente, Harry toma un mechón rubio que está sobre el rostro de su esposa y lo quita, poniéndolo detrás de su oreja. La mira una vez más y luego habla.

-Eres la persona más hermosa que he visto, Camille. -Dice serio-

Camille baja su rostro debido a la vergüenza y pena, pero Harry levanta su rostro. Ambos sé miran y de un momento a otro el rizado sé empieza a acercar más a Camille, es obvio que la quiere besar, pero la rubia sólo siente su nerviosismo a flote.

Harry mira los labios de Camille, y cuando ella quiere irse, sus labios ya están juntos. Ambos cierran los ojos y todo se torna lento, sus labios se mueven en un ritmo en el que ambos se sienten soñados. Harry empieza un beso más tosco, por lo cual Camille lo sigue.

En este instante sus respiraciones se escuchan más fuertes que hace un minuto. Ella sabe que debe parar, pero por alguna razón no quiere, no a estás alturas. Harry empieza a tocar el abdomen plano de la chica, por lo cual empieza a subir su blusa, Camille no hace nada por detenerlo, por lo cuál eso le da una señal a Harry y termina por deshacerse de su blusa.