El plan

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Lia vio a una Lavender muy sonriente por uno de los pasadizos cercanos a la biblioteca, eso quería decir que las cosas se habían arreglado, o al menos eso quería pensar... Siguió andando rumbo a la biblioteca, esperaba que Ginny o Hermione estuvieran allí. Iba a entrar cuando de repente chocó contra alguien, provocando que un grueso libro cayera al suelo estrepitosamente con un golpe seco.

─Lo lamento, déjame ayudarte ─dijo agachándose y tomando el libro, era un tomo considerablemente grueso y pesado.

─ ¡Fíjese por donde va! ─bramó una voz muy conocida.

Lia no se atrevía a alzar la mirada y encararlo, si no lo veía, no había pasado, no era real ¿no? -No seas ilusa- se dijo a si misma, sabes contra quien has chocado y ha pasado de verdad. Joder...

La joven se levantó y le tendió el libro con la cabeza gacha, veía su zapatos negros inmaculados y brillantes, subió poco a poco la mirada, pasando por los pantalones igualmente negros, siguió subiendo, encontrándose de cara con su pecho cubierto por su usual levita con infinitos botones, estaba cerca, muy cerca, tan cerca que incluso podía olerlo, un sutil aroma la embriagó de repente, ¿que? Se congeló al ver su rostro, estaba enfadado, más bien furioso, su mirada era aterradora e intimidante ¿no había sido para tanto, no? Pero tratándose de Snape ya se sabía...

-Pro-profesor, lo... lo lamento mucho- intentó disculparse alejándose un paso y mirándolo fijamente. Ella nunca, jamás, apartaba la mirada de nadie, si su profesor la regañaba o castigaba, seguiría con la cabeza bien alta. Se fijó en sus ojos completamente negros, nunca había visto unos ojos tan oscuros, no podía casi ni diferenciar la pupila del iris, eran peligrosos y prohibidos, pero al mismo tiempo bellos.

─Cinco puntos menos para Gryffindor señorita Blake, por no mirar por donde va ─su tono era ambiguo, neutro. Y tras decir eso vio como se alejaba con sus característicos andares y la capa ondeando tras él.

¿Qué fue eso? Lia estaba confundida por el extraño sentimiento de noqueo cuando aspiró su aroma, su olor le había agradado en demasía. ¿¡Y porqué me fijo en sus ojos!? ¿Pero que me ha pasado? ¡Es Snape por Merlín! Se llevó la mano al pecho, su corazón latía frenéticamente y no sabía decir si era por el susto, o por algo más... Definitivamente me estoy volviendo loca... Sacudió la cabeza y se adentró en la biblioteca en busca de alguna de sus amigas.

Encontró a Ginny y Hermione juntas en una mesa, hablando en susurros para que la señora Pince no las reprendiera, genial estaban las dos allí. Se acercó a ellas y se dejo caer en una silla a su lado, realmente se sentía contrariada, decidió dejar de pensar en ese incidente y centrarse, tenían algo importante que hacer y su idea era genial.

Después de hablarlo con sus amigas, todas estaban de acuerdo, ni siquiera Hermione puso objeción alguna en formar parte en la broma, fueron a buscar a Luna y se dirigieron a su habitación a prepararlo todo, en menos de tres horas se pondría en marcha el plan.

─De acuerdo, vamos a repasarlo por última vez. Hermione, mientras tú le pides prestada la capa y el mapa a Harry, Ginny y yo iremos a buscar a los gemelos. Luna, tu deberás esconderte cerca de la sala común de Slytherin e intentar averiguar la contraseña ¿crees que podrás hacerlo? ─preguntó Lia.

-Por supuesto, confiad en mi ─dijo con una sonrisa encantadora, era una chica muy dulce.

-Una vez lo tengamos todo, nos pondremos en marcha, vuestros nombres en clave eran- pidió que lo dijeran una vez más, para no olvidarse.

-Yo Rojo- contestó Ginny.

-Amarillo- dijo Hermione.

-Yo Azul- dijo Luna sonriente.

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