Tener porte, gracia, estilo y apariencia, es algo que uno necesita en el mundo de la alta sociedad. Requisitos importantes y de gran peso cuando eres hijo único y todos esperan maravillas de ti. Pero algo no cuadra, y eso es que una vez te cansas no hay muchas cosas que te puedan hacer cambiar de parecer.
Ser el hijo perfecto, con amigos perfectos, notas perfectas, novias perfectas, respuestas diplomáticas y sin dar chance a un margen de error, es lo que se necesita para llegar a ser lo mejor de lo mejor. Los errores no son para los hombres que nacen para el éxito.
Que las chicas te lluevan por montones, es el sueño de todo chico, o más bien de la mayoría. Puesto que a mí me sobran, ya no es tan divertido como lo era al principio.
No es que tenga nada de malo, sino que, desde hace un año despertéun día y ya no quería seguir con las relaciones de una noche, ni con chicas mimadas que solo quieren puntos de popularidad. Era el mismo tiempo en que la había conocido a ella. Y encontré a ese alguien que se mantenía fuera del estatus de TheExcellence High.
***
Mi móvil empezó a sonar sacándome de mis pensamientos e indicándome la llegada de un nuevo mensaje de texto por parte de la academia.Al leerlo me moleste un poco. Las fiestas, bailes y reuniones me tienen hastiado, ya estoy harto de tener que lucir bien frente a las cámaras. De rechazar chicas porque ya no quiero estar con nadie, solo quiero un tiempo lejos de todo y de todos para poder aclarar mi mente.Quiero saber qué es lo que realmente quiero para mí mismo.Y estar en un lugar donde siempre te exijan la perfección, no es como que te ayude a ser el mejor de todos.
Llego la noche de la fiesta, ceremonia había transcurrido tranquilamente.Ahora llega la parte que más detesto, socializar. Aun no entiendo es, ¿porque debo socializar con las mismas personas que estoy harto de ver todos los días?
Pasando por el mar de personas, me dirijo al balcón para tomar un poco de aire, y alejarme de todos los niños mimados que le temen a la brisa fría. Para cuando llegue a fuera, había una persona. Me sorprendí un poco al verla. No recordaba a nadie de esta institución correría el riesgo de enfermarse y perderse el próximo evento escolar.
Curioso de saber quién era decido acercarme a la chica.
—Creo que estar en este lugar, sin una vestimenta adecuada, es una mala idea. —dije captando su atención.
—¿Acaso los niños ricos solo salen en la noche si están abrigados? —pregunto sin darse la vuelta y haciendo que me confunda.
Espera, ¿acaso dijo "niños ricos"? ¿Por qué dijo niños ricos? ¿Será que una de las camareras? No lo parecía, llevaba el uniforme femenino
Giro para darme la cara, y parecía que se estaba riendo... de mí.
—Bueno, esgratificante saber que a alguien aquí no le interesa de donde venga la gente.—dice para extender su mano—. Me llamo Alex.
Esa noche no tenía ni idea de quien era, no hasta después de la fiesta y de ciertos sucesos que pasarían a lo largo del tiempo en el instituto. Al final me entere de que era la chica por la cual Terréense estaba enamorado. La misma chica que no puedo sacar de mi cabeza, y ahora que sabía su nombre, creo que será más difícil.
—Mucho gusto Alex.—dije correspondiendo el saludo—.Mi nombre es Patrick. —me presente con una media sonrisa algo arrogante.
—¿Te conozco de algo? —pregunta un poco confundida, como tratando de recordar de dónde.
—No lo creo. —digo para desaparecer sospechas.
—Mmm. —parecía como si aún se lo pensara—. Bueno, de seguro es solo mi cabeza empezando a alucinar. Fue un placer.
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a la mierda con todos
Randomnadie puede escoger en que familia nacer, ni que puñeteros problemas les toca solucionar y de el futuro... de eso mejor ni hablemos, no puedo decir que me queje de mi vida, después de todo, Dios le da las más grandes batallas a sus mejores soldados...