Ser clase media, poco atractivo, y que tú padre tenga un éxito en su negocio para volverte un nuevo chico rico, es un cambio radical en la vida de todo pre-adolescente normal. Fiestas, caprichos, chicas...
Todo empieza a llegar una vez estás en la cima y empiezas a olvidar cosas que son necesarias. Confianza, respeto, amigos, amor. Empiezas a tratar a los demás como basura cuando no quieren hacer lo que les mandas, sólo porque son menos pudientes económicamente y eso te vuelve la peor escoria de la vida.Y eso lo aprendí por las malas cuando perdí a una de las personas más importantes para mí, y me lo recuerda cada vez que trató de hacer algo para acercarme aesa persona y sólo terminó alejándola y haciendo que me odie.
Sabía que iba a estar en el concurso para una beca escolar, que hasta ahora no sabe que auspicia mi padre y que estaba más que seguro que ella ganaría.Es la persona más capaz que jamás he conocido y por mi estupidez la aleje de mí, la lastime. Fui el responsable de hacer que se alejara de todas las personas que la rodeaban, fui el responsable de que no dejará que nadie se le acercará nunca, y de que todos empezarán a inventar chismes sobre ella.Sólo para ver si eso la desplomaba, pero siempre me sorprendía y me enganchada más cuando la veía caminar ante todos con la cabeza en alto, y burlase de las personas a la que escuchaba regar esas falsedades.
La había visto unos días atrás y no quería volver a verme, aún después de estos años, ella nunca me había dicho que no quería volver a verme jamás y lo peor es que prometí a mis padres graduarme de esta escuela.Me gustaría no haberlo prometido, así por lo menos podría verla hacer su vida sin mí, desdela distancia, como lo hago desde hace unos años.
Estuve cerca de ella todo el tiempo, pero no me notó. Le mostré todo el campus y ella no se molestó por mi presencia, pero, ¿cómo podrías molestarte por algo si no sabes que está ocurriendo?
—Terréense—me llamó uno de mis amigos, haciendo que me alejara rápidamente de Alex. No quería que se molestara por tenerme cerca.
—Hola Chase, ¿pasa algo? —el chico se acercó con su típica sonrisa en el rostro.
—¿Ya viste a la chica nueva?—dijo ampliando su sonrisa—. Dicen que es sexy, aunque no la pude apreciar porque estaba algo lejos del podio.
—Chase, no te acerques a ella.—dije molesto.
—So, chico, para tu carro.—dijo frunciendo el ceño—. ¿Hay algo que deba saber? —pregunto, parecía curioso por mi respuesta.
—Sólo diré, que ella no debe estar en tu lista.—dije para dirigirme a mi recámara.
***
Me dirigí a mi habitación para perderme en mis pensamientos,sabiendo que uno de mis compañeros no estaría aquí, aunque para mi mala suerte, el otro sí. Patrick Jones lograba sacarme de mis casillas con sólo verlo sonreír con suficiencia.Aunque esa sonrisa arrogante lo caracterizaba.
—Hola Príncipe, lograste sacar tu mal genio en la reunión de hoy.—me hizo fruncir el ceño al instante.
—Yo creí que socializar te haría perder lo estúpido, pero creo que no.—suspira como si hubiese perdido esperanzas—. Hay cosas que jamás deberían soñarse pada no desilusionarse, ¿no crees? —dije para luego dirigirme a mi habitación.
Melancé a mi cama y me quedé escrutando el techo unos segundos antes de revisar las fotos que teníamos juntos, era mi mejor amiga y aún sigue siendo mi amor platónico.
***
Quedé hecha trizas anoche por caminar tanto, como lo supuse este lugar es malditamente enorme y precioso en un estilo gótico que me encanta.
Tocaron a mi puerta y me levanté de la cama para abrir.
—Buenos días, dormilona.—dice Chels entrando a la habitación.
—Hola.—digo para adentrarme y tomar mi toalla.
—Oye, te busqué en la fiesta, pero no te encontré.—dijo ella mientras se arreglaba unos flecos rebeldes que salían de su trenza—. ¿Dónde te metiste?
Me metí al baño y seguí respondiendo desde allí.
—Sólo fui a caminar—dije aún somnolienta—. No quiero perderme en mi primer día.
—No tenías que preocuparte por eso, soy del club de bienvenida y tengo que llevarte a buscar tu horario y todo el absurdo papeleo.
—Entonces todo lo que camine anoche fue en vano, genial —dije para salir del baño envuelta en la toalla y buscar la ropa interior, una franelilla a parte de mi uniforme claro.
Volví al baño y salí casi lista, sólo me faltaba peinar mi cabello y colocarme los zapatos. Empecé a hacerme una cola alta, pero Chealse me arrebató la goma para pelo. Fruncí el ceño mirándola algo confundida.
—No me mires así, lo hago por tu bien, aquí nadie te conoce y si vas como la niña tierna, como tierna te pacharán y te caerán todas las zorras encima para hacerte la vida una mierda. Trata con, no lo sé, la niña aplicada a la que todo le vale madres.
La miré unos segundos, pero como no me dejaba hacerme la coleta y se hacía con todas mis gomas para el pelo sólo lo desenredé y lo dejé suelto.
—Sólo para que lo sepas Chels, soy aplicada y todo me vale madres.—dije para terminar de preparar mi mochila y salir detrás de Chealse.
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a la mierda con todos
Randomnadie puede escoger en que familia nacer, ni que puñeteros problemas les toca solucionar y de el futuro... de eso mejor ni hablemos, no puedo decir que me queje de mi vida, después de todo, Dios le da las más grandes batallas a sus mejores soldados...