Sección de fotos
~Dos meses después~
—Vamos preciosa, muéstrame ese lado salvaje —dijo Robert mientras tomaba un sinfín de fotos
Las niñas jugaban a disfrazarse mientras yo me tomaba las fotos, pero al parecer volvieron a escaparse del camerino y área de maquillaje y se habían colado al estudio corriendo directamente hasta mí.
—Chicas, no pueden estar aquí —dije mientras me agachaba con ellas. Parecían princesas con los vestidos que llevaban puestos y un leve maquillaje
—Queríamos que nos vieras lindas —dijo luna un poco tímida.
—Si, queríamos vernos como tú en las revistas —dijo luz sonriente.
Robert seguía fotografiándonos sin parar.
—¡Oh!, divinas chicas, ¡me fascinan! —dijo para vernos y enfocar—.La cámara las ama y yo amo a la cámara.
—Tu jefe está loco — me susurro luna en un tono más que audible.
—El punto de murmurar es no ser escuchado — dije entre risas.
—No me gusta hablar a espaldas de nadie —dijo encogiéndose de hombros.
—Terminamos por hoy — dijo Robert apagando la cámara—.Me gusta su energía y ese carisma mm unm unmm — dijo como si degustara las palabras—.Tiene que ser algo de familia, y si no lo es díganme el secreto.
Las chicas y yo nos miramos y volvimos a reír, las tomé de las manos y las conduje nuevamente a los vestidores, donde encontré a dos asistentes peinando el lugar mientras rebuscaban y a una maquillista tirada en el sillón.Al vernos sus caras estaban entre relajadas y a punto de un colapso nervioso.
—Santo cielo —dijo Katia—.Creí que las habíamos perdido, las buscamos por todas partes
—Lo siento, chicas —dije rápidamente—.Se que tiene mucho trabajo que hacer, y ahora les traigo a un par de trabajo EXTRAS. Lo lamento.
—¡OYE! —se quejaron las gemelas al unisonó.
—Descuida. No hay problema, cariño —dijo Lucia—.Es solo que nos preocupamos muchísimo —se puso a la altura de las niñas—.Creímos que se habían perdido o les había pasado algo malo.
Miré a las niñas con reproche y ellas bajaron la cabeza avergonzadas.
—Perdón —dijo Luna—.Es solo que queríamos estar lindas para que Alex nos viera.
—Queríamos parecer princesas al igual que ella cuando sale en las revistas —dijo Luz dejando que se le escapara una lágrima.
Mi corazón se rompió, como podía regañarlas. Solo son un par de niñas traviesas que buscan un poco de diversión. No puedo obligarlas a no ser felices, a pesar de que suelen ser un desastre y sus travesuras sacan de sus casillas a un santo, pero siguen siendo niñas.
—Bueno chicas, espero que la próxima vez sean un poco menos traviesas y les digan que las acompañen —las niñas asintieron y se disculparon—. Bien. Ahora, vaya a cambiarse, aún tenemos que tomar un autobús.
—¿Autobús? —dijo Celia mirándome extrañada
—Sí. Ya saben que no soy la mayoría de las otras chicas, esas que piensan que el mundo a su alrededor y tienen un chofer personal que las busca para llevarlas a todos lados. Yo tomo el autobús, y además mi casa está a 6 horas de camino —dije quitándome las prendas.
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a la mierda con todos
De Todonadie puede escoger en que familia nacer, ni que puñeteros problemas les toca solucionar y de el futuro... de eso mejor ni hablemos, no puedo decir que me queje de mi vida, después de todo, Dios le da las más grandes batallas a sus mejores soldados...