Martes, 22 de Diciembre del 2015 (Parte Dos)

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Acababa de pasar a una tienda de conveniencia, en realidad no sabía sin funcionaba o no pero ya se encontraba tomando de una botella de tehuacan. Nunca en su vida se había levantado después de una borrachera con el cuerpo tan adolorido como lo tenía en ese momento.

Mientras caminaba hasta su casa se dio cuenta de que todo se veía aún surreal a pesar de ya no estar ebrio, podía caminar una linea recta a la perfección pero su forma de ver todo ya no era igual, era como si le hubieran cambiado los ojos por unos diferentes con mucha mayor capacidad para distorsionar la realidad, le preocupaba un poco pero no le daba mucha importancia, era probable que su cuerpo se estuviera recuperando de ayer, sólo era cuestión de tiempo antes de que su cuerpo y mente volvieran a ser las de antes, o al menos tenía en fe en que eso sucediera. También hacía la cuenta de los días que llevaba viviendo así, la lista iba más o menos de esta forma en su cerebro:

→Lunes, 21: Fiesta extraña del antro con Derek.

→Sábado, 19: Solo se alcoholizó en casa.

→Martes,15: Fiesta en casa de amigos del salón de Lydia.

→Jueves, 10: Fiesta en casa de amigos del salón de Lydia también.

→Lunes, 7: Sustancias de uso recreativo.

→Martes, 1: Fiesta en casa de amigos de Lydia, la primera que habían hecho, no podía faltar.

→Lunes, 30 de Noviembre: Fiesta de amigos de su salón.

→Todo mes de Noviembre: Borroso por abuso de sustancias recreativas.

Definitivamente tenía que cambiar sus hábitos porque nunca había tenido un fin de año más traumático y agitado en toda su vida. El punto era que siempre había sostenido la filosofía de "ignora los problemas y entonces desaparecerán en algún momento" pero en el fondo sabía que los problemas sólo se esconderían, y guardarían poder para en el momento apropiado, atacarlo. Lo que más le preocupaba era que siempre pasaba más tiempo y parecía que se estaba curando de sus vicios, pero no era así, cada vez pasaba menos tiempo antes de la próxima fiesta, y hace días que no pasaba ni una semana sobrio.

Cogió una cuerda negra que llevaba en el cuello, justo en ella, había dos llaves atrapadas, una era de su casa y la otra era de la casa de Theo, el chico se la había dado para que entrara a su casa cada vez que le diera la gana, pues todos en la familia de Theo le tenían mucha confianza, claro, menos el padre de Theo quien lo acusaba de volver homosexual a su hijo querido.

Abrió la puerta de su casa y entró para encontrar que todo se había quedado como lo había dejado.

—¡Oigan chicos! ¿Están aquí? —preguntó caminando hasta la mitad de la estancia.

Pese a su llamado, nadie le contestó, y por eso mismo caminó hasta el pequeño pasillo del fondo donde estaban las puertas del cuarto de sus amigos.

—Lydia —llamó abriendo la puerta para ver a su amiga dormida en la cama, con Scott a un lado—. Qué mierda... —susurró, a veces sus amigos tenían pequeños deslices cuando bebían de más, y sólo confiaba en la fuerza de voluntad de Lydia para que no hubiera pasado lo que creía que había sucedido.

Una buena señal es que ambos tenían ropa, y Scotty estaba tapado con las cobijas muy acurrucado, mientas que Lydia no estaba tapada y tenía las extremidades dispersas por todos lados además de la cara bien pegada a la fría pared. Se acercó hasta ellos, Scott poseía labial en los labios. Se habían besado.

—Sabía que era mala idea que vivieran juntos —comentó para sí mismo pero sin decirlo en serio, era hilarante cuando Lydia nunca dejaba de arrepentirse de tener deslices con Scott.

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