Prólogo

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Nevada; Abril, Año 1998.

Llovía fuertemente aquella noche, el sonido de las gotas cayendo hacia eco en las calles, la brisa tempestuosa que azotaba los árboles, producía un silbido que se escuchaba en la lejanía.

Aquel murmullo del viento se mezcló con un sollozo, audible y tormentoso para el castaño que yacía de pie frente a la ventana mirando a través de aquellos cristales empañados, su cielo se tornaba oscurecido aquel instante, su mundo estaba a punto de derrumbarse, la tempestad que contemplaba no era comparable con la tormenta que se avecinaba sobre sus vidas.

A pesar de la calidez de lugar donde se encontraban el joven temblaba como si no tuviese refugio como si el frío del exterior llegase hasta él y se apoderase de sus huesos, pero no eran las bajas temperaturas lo que lo hacia temblar, el miedo a lo desconocido era el causante de su mal, temor que incrementaba al percibir la angustia en los ojos de su amada, su mirada distante y las lágrimas que fluían libremente por sus mejillas.

El silencio reinó en aquellas blancas paredes, su mente viajo en ese instante al primer recuerdo mas feliz de su vida juntos, el momento en el que delante de Dios le profesaba amor eterno convirtiéndola en su esposa.

- Estoy embarazada -recordó de pronto - vas hacer papá cariño - susurro su memoria
- Es una niña es nuestra pequeña - vislumbró el recuerdo y acaricio la yema de sus dedos cerrando los ojos imaginando acariciar la pequeña manito de su hija como la primera vez que la sostuvo entre sus brazos.

Ese ultimo le hizo pestañear y tras dirigir su mirada a un costado de la habitación una lágrima viajo solitaria por su mejilla, se acerco a su esposa y poso una mano sobre la suya acariciando sus nudillos.

Se miraron por un eterno minuto, no fue necesario decir nada mas ambos sabían que sus vidas estaban a punto de cambiar por completo ese día y tras volver simultáneamente la vista hacía la pequeña de cabellos castaños, quien yacía postrada sobre la cama de aquel cuarto hospital, se fundieron en un abrazo, esperando un diagnóstico certero.

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Chicago; Agosto, Año 2000.

-Debo decir que la operación resulto un éxito -Dijo el doctor acercándose con paso firme a los padres, quiénes le esperaban con ansias y poniéndose de pie también fueron hasta él, el moreno llevo las manos a su cara y frotó su rostro mientras la mujer blanca de cabello azabache a su lado acariciaba sus propios nudillos claramente nerviosa.

Tras recibir la noticia de la enfermedad de su hija la joven pareja había decidido Trasladarse a Chicago en busca del mejor tratamiento quirúrgico para su pequeña, yendo de puerta en puerta, de hospital en hospital, de doctor en doctor, aquellos últimos dos años habían sido los mas fuertes para el matrimonio, pero al contrario de separarlos los había unido más que nunca.

-¿ Ella esta bien? - se apresuró a preguntar el castaño, sus ojos, y los gestos de su rostro delataban su angustia.

- pueden estar tranquilos - aseguró el peligris, para calmar a los jóvenes y tras un corto suspiro continuo - la rotación de cadera fue exitosa, necesitará un par de intervenciones más, pero os puedo asegurar que con la rehabilitación adecuada podrá empezar a caminar pronto. - el rostro de los padres se iluminó con una amplia sonrisa y un par de lágrimas de alegría fluyeron libremente tras escuchar la voz de la esperanza.


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Chicago; Febrero, Año 2003.

-Mami yo quiero.. ir ..a jugar con los ...niños -lloraba la pequeña, volteando a ver a los demás niños que jugaban en el parqué.

como cada tarde, como todos los días, tras un largo suspiro su madre respondió -Evelin te he dicho que te puedes golpear - y tomando la carita de su hija entre sus manos, llevó un mechón de cabello tras su oreja - venga cariño, no llores mas, vamos por un helado

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Chicago, Octubre 2009.

- Cada vez que vuelves del colegio te encuentro llorando - La morena acariciaba la larga cabellera color caoba de su pequeña, quien lloraba boca abajo en su cama aferrada a su almohada -¿podrías confiar en mi y contarme que te pasa? - sonrió sin humor.

- No es nada mama estoy bien - respondió en voz apenas audible aun sin mirarle.

- Soy tu madre Evelin - le recordó - quiero que confíes en mi. - su voz se quebranto tras la impotencia de no poder ayudar a su hija.

- joder que si eres mi madre - volteo hacia ella mirándole con ojos hinchados y con dolor vociferó - pero te comportas como ellos - su madre le miro con lastima - es que crees que no me doy cuenta cuando me miras con lastima, preferiría que te burles de mi como lo hacen mi compañeros de curso.

- yo nunca haría eso - respondió dolida la Mayor.

- pero si que me tenéis lastima y eso es mucho peor, estoy harta de las malditas muletas, de mis malditas piernas, estoy harta de la maldita compasión de la gente - volvió a elevar la voz.

-Evelin - replico su madre - te prohíbo que hables así - le riñó

- como si ya la mitad de las cosas no fuesen prohibidas para mi - contraatacó - por favor dejame sola - pidió pero al darse cuenta que su madre no hacia ademán de retirarse volvió a elevar la voz - joder que quiero estar sola - le miro con dureza que su madre interpretó como desesperación y antes de salir exclamo:

-llamare a tu padre - dijo para salir de la habitación, no sin que antes un sollozo escapara de sus labios, estaba segura que era mas qué un berrinche de adolescente, nuevamente habían herido a su hija y ella no podía hacer nada para protegerla.

Las palabras suelen causar mas daño al corazón que una bala a quema ropa.

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Chicago, Septiembre, Año 2012.

- ¡¡¡me han aceptado!!! ¡¡Me han aceptado!!! -gritaba alegremente la chica cuya adolescencia había marcado su cuerpo y su mente.

Tras enviar la solicitud a la universidad de Boston, por fin obtenía respuesta, la alegría no cabía en su pecho por la satisfacción de lograr una de sus metas sin prejuicios, obstáculos o condiciones, estaba dispuesta a convertirse en abogado como siempre lo había deseado, aunque sus padres no estuviesen de acuerdo, aunque tuviese que alejarse de ellos.

- Evelin ya lo hemos hablado de esto, no creo que sea adecuado que... - quiso replicar el castaño cuyo cabello ya pintaba algunas canas.

-oh no.. - le interrumpió alarmada - eso si que no, no me arruinaran esto - hablo claramente molesta dejando sin palabras a su padre

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Hola hace algún tiempo publique esta historia decidí detenerla por pequeños percances pero ahora la continuare hasta terminarla con modificaciones que la hagan mas creíble, que se asemejan mas a una realidad gracias por darle la oportunidad...

Mas Alla De Tu Figura (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora