Mas Alla De Tu Figura (EDITANDO)

Capitulo V

Confundida

Boston, Enero, Año 2017.

Narra Evelin.

Comencé a temblar, mis manos no respondían, no lograba introducir la llave en la maldita cerradura, cayeron al suelo y me agache para recogerlas — un sollozo salió de mis labios — mis ojos se cundieron de lágrimas, traté de contenerlas pero me resultó imposible, la impotencia me venció y como un cause rodaron por mis mejillas.

—¿como pude ser tan tonta? —Si tenia alguna duda del extraño interés de Erick en mi ya había sido disipada, — limpie mis lágrimas con brusquedad pero siguieron fluyendo sin detenerse — no había mas culpables que yo

¿como pude en creer que alguien como él se fijaría en mi físicamente?.

tras abrir la puerta, pasé de prisa a mi habitación, me tumbe contra la cama y lloré.

lloré porque quería, lloré porque lo necesitaba, lloré porque nadie podía verme, aunque desconocía el motivo.

—¿Porque carajos estas llorando Evelin? — me reprimi

Detuve los sollozos tras escuchar a alguien gritar mi nombre, era Francia quien había llegado a casa, mi corazón se aceleró, ella  no podía verme en ese estado, corrí al baño, enjuague mi cara y tome una toalla cubriéndola.

—Evelin—  escuché mi nombre nuevamente y sus pasos acercándose — Evelin estas sorda — la morena estaba parada detrás de mí sonando su tacón.

salí del baño con el rostro aun cubierto por la toalla esquivándole — te escuche Mamá — señale fastidiada.

—Que tal te fue hoy — quiso saber y tras tirarse en mi cama suspiró divertida — tengo algo que contarte  — dijo animada, obligándome a descubrir mi rostro y fingir una sonrisa.

Al verme fruncio  el ceño cuestionandome: —¿Que tienes? — No era una persona de demostrar mis emociones, no se que me sucedía.

Al verme acorralada solo pude decir — tengo una jaqueca horrorosa — mentí nerviosa

— tomaste analgésicos — preguntó logrando relajarme.

— si ya tome — soy una experta en la mentira, y dispuesta a desviar la atención de mi retomé lo dicho antes — ¿ que es eso que tienes que contarme? — pregunte sentándome a su lado, tras soltar una risita confesó.

—tengo novio — no esperé eso.

— ¡que!, desde cuando — cuestioné sorprendida

Se puso de pie dándome la espalda y tras soltar un largo suspiro, volteó a mirarme diciendo — desde hoy —  sus mejillas estaban sonrojadas.

— porque no me habías contado sobre él —le reproche

— no quería ilusionarme con él antes de tiempo 

— me alegro por ti — dije sinceramente.

—Gracias — se sonroja —comiste, traje pollo frito —me ofreció y ahora si me sorprendo y mirándola con incredulidad pregunté

—¿pollo frito?, pero si tu no comes en la calle.

—esta delicioso — rió y mirándola con ceño fruncido volví a cuestionar

— quien eres y que hiciste con Francia — la apunto con mi dedo y rió a carcajadas, encogiéndose de hombros me confesó

— Bruno, lo compro y me dio pena despreciarlo